Mejillón y vino gallego triunfan en Francia

Mejillón y vino gallego triunfan en Francia

Viernes 03 de Octubre de 2008

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Desde el punto de vista del intercambio de información, la jornada no pudo resultar más extenuante. A las ocho de la mañana, la comitiva arousana partió de Granville para desplazarse al vecino municipio de Gouville-sur-Mer, donde se concentra el grueso de la infraestructura que la joven acuicultura normanda (los métodos de producción comenzaron a modernizarse hace unos treinta años) ha puesto en pie.

La primera parada, la sede de la Seccion Regional Conchylicole, organización a la que todos los productores del departamento de La Mancha deben pertenecer obligatoriamente. La entidad, lo más parecido a una cofradía que puede encontrarse en Francia, extiende sus competencias a lo largo del litoral que separan Bretaña de la frontera francesa con Bélgica. Su presidente, Joseph Costard, acompañado por Thierry Louis, responsable de la organización de productores de la región, explicaron el origen, desarrollo y situación actual del cultivo de ostra y mejillón. Las diferencias comienzan a marcarse en este mismo punto, pues el sistema normando obvia la batea para centrarse en el engorde del mejillón en torno a un poste de madera que se dispone, en interminables hileras, a lo largo de arenales que se internan miles de metros hacia el océano. Esto es mar abierto, con unas mareas de pánico que llegan a alcanzar variaciones de 14 metros, mientras las oscilaciones máximas, en aguas galaicas, rara vez superan los 4 metros. Por esta razón, las concesiones atienden a la longitud. En 100 metros pueden colocarse hasta 125 bouchots (postes de cría). Las ostras, a su vez, se cultivan en una suerte de planchas, empleando sacos plásticos. La magnitud a tener en cuenta es, en este caso, la superficie.

Redondeando los datos, puede decirse que cada hectárea de concesión da lugar a un puesto de trabajo. En total, la actividad acuícola genera 1.400 empleos permanentes en La Mancha, además de 2.030 empleos temporales y alrededor de 6.500 empleos indirectos.

Estamos hablando de 288 kilómetros de cuerda de mejillón y 927 hectáreas de cría de ostra. Las concesiones, punto de máximo interés para los mejilloneros gallegos, y aquí Javier Blanco, de Virxe do Rosario, estuvo bien atento, se extienden a lo largo de 35 años. A la hora de abordar su renovación, es preciso un período de exposición pública. Si nadie pugna con el antiguo concesionario, el contador volverá a empezar. Pero si otro productor u otra empresa están interesados por hacerse con sus derechos, será un comité compuesto por representantes del sector y de la Administración el que tome la decisión última. «La filosofía es dar prioridad al concesionario antiguo», explicó Costard, cuestión de la que Blanco tomó buena nota.

De allí, la siguiente escala fue la visita al Syndicat Mixte pour l'Equipement du Litoral, un instituto creado por la Administración regional para analizar la trayectoria del sector e investigar nuevas líneas de desarrollo y producción.

Uno de los objetivos principales del Concello de Vilagarcía a la hora de impulsar la embajada a Granville era facilitar a los empresarios y sectores productivos del municipio arousano un canal para entrar en contacto y entablar relaciones comerciales con las empresas y productores de la Baja Normandía. Y en este aspecto, las cosas están rodando a la perfección.

A los primeros acuerdos cerrados durante el jueves y el viernes con el mejillón y la conserva como protagonistas se unieron ayer otros dos productos emblemáticos de Vilagarcía y su comarca. El comercial de la bodega Valdumia, José Domingo Garrido, mantuvo una reunión de trabajo con la representante de una cadena de establecimientos delicatessen dedicados específicamente al mundo del vino. Su Rías Baixas será incluido entre su oferta, y existe la posibilidad de funcionar a través de un distribuidor especializado en productos de gran calidad. Es más, el albariño de Valdumia podrá ser comercializado incluso en Senegal.

La segunda novedad tiene que ver con la almeja de Carril. Aunque se trata únicamente de un primer paso, un empresario normando mostró al patrón mayor, Fernando Franco, su interés por comprar almeja japónica. El comercializador se pondrá en contacto en breve con el pósito para avanzar en un posible acuerdo.
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