Un método científico permite certificar la edad real de 84 viñedos históricos de garnacha en Campo de Borja

Las viñas viejas muestran mayor riqueza aromática y capacidad de reflejar el terreno que las jóvenes

Lunes 03 de Noviembre de 2025

Compártelo

Leído › 878 veces

Un método científico permite certificar la edad real de 84 viñedos históricos de garnacha en Campo de Borja

El norte de California acogió el pasado 31 de octubre, la conferencia internacional Old Vine Conference Meeting of the Minds, donde se han presentado los resultados del proyecto Garnachas Históricas. Esta investigación, iniciada en 2022 por la Denominación de Origen Campo de Borja, ha contado con la colaboración de la Universidad de Zaragoza, la Universidad Pública de Navarra y las bodegas Borsao, Ainzón y Aragonesas. El objetivo principal ha sido poner en valor las parcelas de garnacha vieja y proteger este patrimonio vitícola en una región reconocida como origen de esta variedad.

El proyecto se ha desarrollado en dos líneas principales. Por un lado, el equipo dirigido por el profesor Vicente Ferreira, de la Universidad de Zaragoza, ha estudiado cómo influye la edad de la vid en la capacidad de envejecimiento y el desarrollo aromático del vino. Por otro lado, el grupo liderado por el profesor Luis Gonzaga Santesteban, de la Universidad Pública de Navarra, ha trabajado en una metodología científica para certificar la edad real de los viñedos, un aspecto relevante en zonas donde los registros históricos son incompletos.

Para los estudios se seleccionaron seis parcelas históricas con edades comprendidas entre 30 y 90 años, situadas en los municipios de Magallón, Pozuelo de Aragón, Fuendejalón, Ainzón, Borja y Tabuenca. Estas parcelas se encuentran entre los 300 y 900 metros sobre el nivel del mar. Además, se eligieron parcelas adyacentes más jóvenes (de 8 a 13 años) para comparar los resultados.

Durante tres años consecutivos, el Laboratorio de Análisis del Aroma (LAAE) de la Universidad de Zaragoza ha analizado las características aromáticas de uvas garnacha procedentes tanto de viñas viejas como jóvenes. Para garantizar la objetividad se elaboraron mistelas que conservan los aromas primarios y se aplicaron técnicas instrumentales avanzadas. Los resultados muestran que las uvas procedentes de viñas viejas presentan una estructura aromática más potente y una mayor presencia de compuestos asociados a fruta negra. Además, estas uvas reflejan con mayor intensidad las características del terreno donde crecen.

El estudio también revela diferencias según la ubicación. Las uvas históricas de Pozuelo, Magallón y Tabuenca contienen más tioles varietales y compuestos que aportan frescura y notas frutales. En cambio, las uvas históricas de Borja, Ainzón y Fuendejalón presentan un perfil más floral debido a una mayor concentración de terpenos e ionona. El análisis comparativo indica que las muestras jóvenes son más homogéneas entre sí, mientras que las históricas muestran perfiles aromáticos diferenciados según su origen.

En cuanto a la certificación precisa de la edad del viñedo, el equipo navarro ha combinado varias fuentes: fotografías aéreas tomadas desde 1956 hasta 2022, mediciones del crecimiento anual mediante escáneres y análisis genético tanto del material vegetal como del portainjerto. Se estudiaron 84 parcelas representativas para determinar no solo su antigüedad sino también su marco y densidad de plantación. El análisis morfológico mediante cortes en las vides permitió establecer un crecimiento medio anual y desarrollar una fórmula para calcular la edad real a partir del tamaño total del tronco.

El método desarrollado permite datar con rigor científico los viñedos viejos incluso cuando los registros oficiales son insuficientes o poco fiables. Se comprobó que muchas plantaciones anteriores a 1970 utilizaban el portainjerto Rupestris du Lot y que el sistema en espaldera comenzó a implantarse hacia 1997.

La presentación contó con la intervención del secretario técnico del CRDO Campo de Borja, José Ignacio Gracia López, y la Dra. Laura Catena del Instituto Catena del Vino. Ambos pusieron en valor el trabajo realizado por los equipos científicos españoles y subrayaron que estos avances permiten certificar con precisión la edad real de las parcelas más antiguas. También remarcaron que los vinos elaborados con garnacha procedente de viñas viejas muestran una mayor aptitud para el envejecimiento y expresan mejor los matices propios del terreno.

Sarah Abbott, cofundadora de la Old Vine Conference y Master of Wine, señaló que estos resultados aportan pruebas científicas a lo que muchos productores ya intuían: las viñas viejas producen vinos con mayor concentración aromática y capacidad para reflejar su origen. Además, consideró relevante disponer ahora de un método fiable para verificar la edad real en regiones donde los datos históricos son incompletos.

El proyecto Garnachas Históricas cuenta con apoyo del Gobierno de Aragón y fondos europeos. Sus conclusiones refuerzan el papel del Campo de Borja como referente en investigación vitivinícola aplicada a la conservación y valorización del patrimonio vitícola antiguo. Los responsables insisten en que estos avances benefician tanto a viticultores como a bodegas al permitirles certificar sus viñedos históricos y diferenciar sus vinos en el mercado internacional por su singularidad y calidad asociada al origen.

¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 878 veces

Tendencias

Más Tendencias