Lunes 03 de Noviembre de 2025
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Las principales empresas internacionales de bebidas alcohólicas han perdido más de 800.000 millones de dólares en valor bursátil en los últimos cuatro años, según un índice elaborado por Bloomberg que sigue a cerca de 50 compañías cotizadas del sector. El índice se sitúa actualmente un 46% por debajo de su máximo alcanzado en junio de 2021. Este descenso se atribuye a cambios en los hábitos de consumo, mayores preocupaciones por la salud y factores económicos como los aranceles estadounidenses, los altos tipos de interés y el encarecimiento de las materias primas.
En China, la demanda se ha visto afectada por la baja confianza de los hogares y la prohibición del alcohol en actos oficiales. Sarah Simon, analista de Morgan Stanley, explica que existe un cambio estructural: la gente consume menos alcohol. Las grandes empresas europeas como Diageo, Pernod Ricard y Rémy Cointreau han registrado caídas en sus acciones hasta niveles no vistos en al menos una década. Otras compañías como Brown-Forman, propietaria de Jack Daniel’s, Treasury Wine Estates de Australia y Kweichow Moutai en China también han sufrido descensos importantes.
El sector afronta no solo una reducción de ingresos, sino también elevados niveles de deuda y cambios en la dirección de las empresas. Bloomberg señala que el principal problema es el cambio en el comportamiento del consumidor. Una encuesta realizada por Gallup en agosto mostró que el consumo de alcohol en Estados Unidos ha caído a su nivel más bajo desde 1939. Las advertencias sanitarias emitidas por organismos como la Organización Mundial de la Salud y el Cirujano General estadounidense han influido especialmente entre la Generación X. Entre los millennials y la Generación Z, el alcohol ha perdido atractivo.
La popularidad entre personajes públicos que no consumen alcohol, como Tom Holland o Katy Perry, ha impulsado la tendencia hacia productos sin alcohol. Además, el uso extendido de medicamentos para perder peso y el aumento del consumo de cannabis han añadido presión sobre el sector. Laurence Whyatt, analista de Barclays, afirma que el impacto sobre el consumo ha sido cuatro veces mayor que durante la crisis financiera.
Ante esta situación, las empresas han lanzado nuevos productos y realizado cambios internos. Carlsberg presentó una sidra sin alcohol en febrero y Campari lanzó su bebida sin alcohol Crodino en Estados Unidos en mayo. Diageo adquirió Ritual Zero Proof, una empresa con sede en Chicago dedicada a bebidas sin alcohol, mientras Moët Hennessy invirtió en French Bloom, una marca francesa de espumosos sin alcohol. Además, varias compañías han cambiado a sus directivos principales este año, como Diageo, Rémy Cointreau, Campari, Treasury Wine Estates, Molson Coors y Suntory. Kweichow Moutai ha tenido dos presidentes diferentes en dos años.
Sarah Simon señala que nunca había visto tantos cambios directivos en este sector y mantiene más recomendaciones negativas para bebidas que para cualquier otra categoría europea de productos básicos para el consumidor.
A pesar del retroceso bursátil, algunos inversores ven oportunidades. El índice internacional del sector cotiza ahora a unas 15 veces los beneficios previstos, menos de la mitad que en 2021. El fondo estadounidense Cook & Bynum ha aumentado su participación en las cerveceras Ambev (Brasil) y Backus y Johnston (Perú). Richard Cook, socio del fondo, considera que las personas seguirán consumiendo alcohol y espera que las cerveceras vendan productos más exclusivos con mayor margen.
Sin embargo, otros inversores no han tenido buenos resultados. Berkshire Hathaway, dirigida por Warren Buffett, ha visto caer cerca del 40% su inversión en Constellation Brands desde que empezó a comprar acciones el año pasado. Artisan Partners ha incrementado su participación en Diageo hasta superar los 50 millones de acciones desde menos de nueve millones hace un año; sin embargo, el valor bursátil ha bajado alrededor del 30% este año.
Andrew Gowen, responsable de análisis en Bell Asset Management, indica que hace cinco años nadie habría comparado la industria del alcohol con la del tabaco. Ahora las empresas deben reducir costes y centrarse en opciones más asequibles debido al descenso del volumen vendido. Según Gowen, aunque esta industria tiene miles de años de historia, puede experimentar grandes cambios.
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