Lunes 24 de Noviembre de 2025
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La industria del vino llega a 2025 en un momento de cambio que afecta al consumo, a la elaboración y al comercio internacional. El informe Moore Global Wine Report 2025 publicado recientemente señala que el consumo mundial cayó en 2024 hasta 214 millones de hectolitros, la cifra más baja desde 1961, debido a la inflación y a la modificación de hábitos de vida, lo que obliga a productores y distribuidores a ajustar sus estrategias . Aunque se bebe menos, la facturación prevista para 2025 asciende a 347.100 millones de dólares y confirma que el mercado se desplaza hacia vinos premium y de alta gama, impulsados por consumidores que buscan calidad, origen y relato, según los datos recogidos en la tabla de previsiones económicas del informe .
El documento explica que esta transformación también está marcada por la sostenibilidad, que pasa de ser una iniciativa voluntaria a convertirse en una exigencia del mercado. En diversos países se aplican prácticas agrícolas que mejoran la salud del suelo y reducen el impacto ambiental, con técnicas orgánicas, biodinámicas y regenerativas presentes en regiones que buscan proteger su viñedo a largo plazo, como se detalla en las páginas dedicadas a nuevas formas de manejo del terreno y al uso responsable del agua . Las bodegas incorporan energía solar, transporte más eficiente y envases ligeros o reciclables, mientras que certificaciones como HVE en Francia o IPW en Sudáfrica ayudan a generar confianza en el consumidor, tal como recoge el informe en los apartados sobre reducción de emisiones y acreditaciones ambientales .
El interés por los vinos naturales crece entre quienes buscan procesos con mínima intervención. El estudio explica que estas elaboraciones recurren a fermentaciones espontáneas, bajas dosis de sulfitos y ausencia de aditivos, lo que genera vinos sin filtrar ni clarificar y con una expresión distinta de las variedades y el territorio. En este mismo capítulo se menciona la recuperación del método georgiano del qvevri, con vasijas enterradas que se emplean desde hace 8.000 años, una técnica que vuelve a atraer a productores de distintas regiones por su vínculo con la tradición y su capacidad para ofrecer estilos singulares .
El turismo del vino aparece como un motor económico para regiones consolidadas y emergentes. El informe describe cómo destinos como Burdeos, Napa, Toscana o zonas en Sudáfrica, Argentina o Nueva Zelanda impulsan experiencias que combinan visitas, gastronomía y formación, dirigidas a un público que busca conocer de cerca la elaboración del producto . El documento añade que cursos, catas guiadas y actividades virtuales desde ciudades como Ciudad del Cabo o Tokio facilitan el acceso a nuevos consumidores interesados en ampliar su conocimiento.
La innovación tecnológica también ocupa un lugar central en 2025. Según el informe, las bodegas utilizan drones, sensores y sistemas de riego basados en datos para mejorar la gestión del viñedo, especialmente en zonas con presión climática como el sur de Europa, Sudamérica o Australia . En paralelo, herramientas digitales como el comercio electrónico, los clubes de suscripción y la personalización mediante algoritmos permiten llegar a consumidores en Estados Unidos, Reino Unido, China o Australia sin intermediarios y con campañas ajustadas al comportamiento de compra. En mercados con riesgo de fraude, algunos productores de Francia, Italia o Japón están probando sistemas de trazabilidad mediante blockchain para certificar origen y prácticas sostenibles, tal como aparece en la sección de transparencia de la cadena de suministro del documento .
El informe dedica un extenso bloque a los aranceles aplicados en 2025, que modifican de forma directa la circulación del vino. Estados Unidos mantiene tarifas del 20% para vinos procedentes de la Unión Europea y del 10% para los de Australia y Nueva Zelanda, una medida que altera precios y relaciones comerciales, según se detalla en las páginas sobre políticas aduaneras del estudio . El texto señala que algunos estados y organizaciones estadounidenses han presentado demandas por considerar que estas tarifas perjudican a empresas locales. En paralelo, Canadá ha respondido con medidas propias, mientras que la Unión Europea ha decidido no incluir el vino en sus acciones recíprocas para evitar una escalada, aunque el riesgo de nuevas tensiones continúa. El documento también subraya que las políticas fiscales de países como Reino Unido, Estados Unidos o Japón impulsan la producción de vinos con menor graduación debido a impuestos más bajos para este tipo de productos.
El estudio recoge además el papel de las regiones emergentes, con ejemplos en Europa del Este, Sudamérica, África subsahariana o Asia, donde países como Rumanía, Uruguay, Kenia o India introducen nuevas variedades y estilos que amplían el mapa mundial del vino . También se menciona la incorporación de nuevos perfiles profesionales —mujeres, jóvenes y grupos minoritarios— que amplían la representación en enología, sumillería y dirección empresarial, un fenómeno que, según el documento, influye en la manera en que el sector incorpora nuevas ideas y modelos de negocio.
El informe apunta que los mercados de Asia, África y América Latina están impulsando gran parte del crecimiento previsto. En China se observa una recuperación de las importaciones, mientras que India, Vietnam y Corea del Sur comienzan a mostrar un aumento del consumo a partir de segmentos urbanos y con interés en vinos premium, según los apartados dedicados a mercados en expansión . En África, países como Kenia o Nigeria incorporan el vino a su oferta turística y hostelera, y en América Latina destacan los avances de México, Brasil y Perú en producción y consumo.
Otro elemento importante es la adaptación al clima mediante variedades resistentes a sequías y calor. El informe describe cómo en el sur de Europa se recuperan uvas locales con mayor tolerancia, mientras que regiones como Australia, California o Portugal prueban variedades mediterráneas por su idoneidad ante temperaturas extremas, una información que aparece en los capítulos sobre viticultura y cambio climático .
Por último, el documento explica que el sector se mueve de un modelo basado en volumen hacia otro centrado en valor. Los consumidores priorizan vinos ligados al origen, la sostenibilidad y la artesanía, y las bodegas refuerzan su relato mediante colaboraciones con cocineros, artistas o marcas del mundo del diseño, así como con herramientas digitales como etiquetas con realidad aumentada o espacios de cata virtuales, un fenómeno presente en las páginas dedicadas a nuevas formas de comunicación y experiencias de marca .
| Más información |
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| (PDF)Moore Global Wine Report 2025 |
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