Vinos Barco presenta “El desembarco de Madrid”

Vinos Barco lanza esta Navidad "El desembarco de Madrid", una campaña audiovisual que narra, desde dentro y con un tono cercano y divertido, el viaje simbólico de sus vinos hasta la capital. La pieza reúne a varios de los viticultores que forman parte de Vinos Barco, cuyas voces y experiencias narran una historia que habla del esfuerzo compartido y el significado de alcanzar un mercado que es clave para la bodega.

La campaña utiliza la metáfora de un viaje para contar todo lo que implica llevar un vino desde su lugar de origen hasta una gran ciudad: la organización, las dificultades del camino y la implicación de muchas personas que trabajan con un mismo objetivo. Un enfoque que conecta con la identidad colectiva de Vinos Barco y con su manera de entender el vino.

A través de esta pieza audiovisual, "El desembarco de Madrid" combina momentos de complicidad, recuerdos del trayecto y reflexiones sobre el valor de llegar a la capital. Construye un relato que se apoya en la cercanía y en el carácter de quienes hacen posible el proyecto.

"Madrid es un mercado fundamental para nosotros y queríamos contar esa llegada desde dentro, poniendo el foco en las personas y en todo el trabajo que hay detrás de cada botella. Es una forma de explicar quiénes somos y cómo entendemos este proyecto colectivo", explica Alfredo Vázquez, director comercial de Vinos Barco.

Con esta campaña, Vinos Barco refuerza su presencia en Madrid y reivindica el valor del trabajo colectivo al apostar por una comunicación honesta que pone en primer plano a quienes hacen posible el vino.

Vinos Barco es una bodega de vinos del noroeste de España situada en el Barco de Valdeorras, Ourense. Podemos presumir de que el primer vino Godello de España se embotellara en nuestras instalaciones. Nacimos como cooperativa en 1958 y cuatro años más tarde arrancamos con la primera cosecha. Así, contamos con la primera planta embotelladora de vino de la comarca de Valdeorras y una de las primeras de Galicia con unos 800 pequeños productores. Desde entonces hasta ahora, no hemos dejado de trabajar la tierra, cuidando cada cepa como el legado familiar que supone en cada una de nuestras casas.