Lunes 22 de Diciembre de 2025
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La celebración de una cata de vinos ucranianos en la Cité du Vin de Burdeos ha generado malestar entre los productores locales. El evento, que pretendía mostrar la diversidad de los viñedos internacionales, se ha producido en un momento complicado para el sector vitivinícola de la región. Muchos viticultores atraviesan una situación económica difícil, con precios bajos y ayudas públicas que consideran insuficientes.
El pasado jueves, el sindicato Jeunes Agriculteurs de Gironde (JA33) organizó una protesta para expresar su descontento. Los manifestantes calificaron su acción como “funeral de la agricultura francesa” y criticaron la promoción de vinos extranjeros en un territorio que, según ellos, sufre una crisis profunda. En un comunicado, los jóvenes agricultores señalaron que la elección de celebrar esta cata en Burdeos supone una falta de consideración hacia quienes trabajan en el viñedo local y no logran cubrir sus costes de producción.
La protesta se desarrolló finalmente a los pies del puente Chaban-Delmas, después de que los organizadores del evento presentaran sus disculpas. Inicialmente, los manifestantes tenían previsto verter heno frente a la Cité du Vin, pero optaron por una concentración menos llamativa tras el gesto de los responsables del centro cultural.
La dirección de la Cité du Vin ha reconocido que el evento pudo ser percibido como una provocación por parte del sector local. Sin embargo, ha recordado que su misión es dar a conocer el vino en todas sus dimensiones y procedencias, no solo las francesas. El centro defiende su papel como espacio cultural y turístico abierto a todos los viñedos del mundo.
Algunos profesionales del sector consideran que la polémica refleja un desencuentro entre las prioridades culturales y las necesidades económicas inmediatas del viñedo bordelés. Mientras tanto, otros recuerdan que la proyección internacional de Burdeos depende también de su capacidad para relacionarse con otras regiones productoras.
El malestar expresado por los viticultores no se dirige tanto contra los vinos ucranianos como contra lo que consideran una falta de respuesta adecuada a los problemas estructurales del sector en Burdeos. La situación pone de relieve las dificultades actuales del mundo vitivinícola local y la tensión existente entre la promoción cultural y las urgencias económicas.
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