El mercado de vinos de alta gama crece un 135% en Reino Unido y Asia tras tocar precios mínimos en cinco años

El mercado de vinos finos cierra el año con señales de recuperación, según el último informe de Liv-ex, la plataforma internacional de intercambio y análisis de datos sobre vinos. Los precios han alcanzado su nivel más bajo en cinco años, lo que ha impulsado el interés de compradores y ha generado un aumento en la actividad del mercado secundario. El valor total de las ofertas ha llegado a 31 millones de libras, la cifra más alta desde abril de 2023. Los principales índices de Liv-ex han registrado sus mayores subidas en más de tres años, lo que indica una mejora en la confianza entre los operadores del sector.

La caída de precios desde 2020 ha creado una oportunidad poco habitual para quienes buscan invertir o ampliar sus colecciones. La demanda está creciendo, especialmente entre compradores del Reino Unido y Asia, que han incrementado su actividad un 135% respecto a la media del año anterior. Los índices Liv-ex 50, 1000 y Bordeaux 500 han experimentado sus primeras subidas desde principios de 2023. El Liv-ex 1000, el índice más amplio del mercado, subió un 0,4% en noviembre, encadenando tres meses consecutivos al alza. El Liv-ex 50 lideró las ganancias con un aumento del 1,5% en noviembre y del 2,9% en el trimestre.

El informe señala que los compradores europeos representan ahora casi el 40% de las compras, su mayor cuota desde agosto de 2022. La demanda asiática también muestra signos de recuperación tras varios meses marcados por un exceso de existencias. Sin embargo, la demanda estadounidense sigue siendo baja, con una cuota del 16,8%. Entre los vinos italianos se observa un repunte importante: en noviembre representaron más del 25% del volumen negociado, el porcentaje más alto en dos años. Etiquetas como Produttori del Barbaresco, Argiano y Tignanello han sido especialmente activas.

En cuanto a los vinos que mejor han soportado la corrección del mercado, Sauternes figura entre los más estables. Las cinco referencias principales del Sauternes 50 se encuentran entre las diez etiquetas menos afectadas por la caída generalizada. Chateau Climens Premier Cru Classe (Barsac) y Chateau Coutet Premier Cru Classe (Barsac) incluso han registrado ligeros aumentos desde septiembre de 2022. Joseph Drouhin Montrachet Grand Cru también ha evitado descensos notables pese a la debilidad generalizada en Borgoña. Entre los italianos, Solaia y Gaja han mantenido cierta estabilidad.

Por el contrario, Borgoña y Champagne han sufrido las mayores caídas tras haber experimentado fuertes subidas entre 2020 y 2022. Domaine Georges Roumier Bonnes Mares Grand Cru ha perdido un 53,6% desde septiembre de 2022. En Champagne, etiquetas como Cristal y Salon han bajado más de un 30%. En Burdeos, los grandes vinos y sus segundas marcas también han registrado descensos importantes; las añadas recientes (2018 y 2019) han sido las más afectadas.

El valor medio diario negociado aumentó un 3,7% en noviembre respecto a octubre, aunque el valor total mensual descendió un 9,9%. Los compradores parecen animados por la estabilización de precios: provocaron el 38% de las operaciones realizadas durante noviembre, su mayor participación en lo que va de año.

Entre los vinos más negociados por volumen figuran Produttori del Barbaresco (Barbaresco 2021), Argiano (Brunello di Montalcino 2018) y Fuligni (Brunello di Montalcino 2020). Por valor económico destacan Chateau Lafite Rothschild Premier Cru Classe (Pauillac 2022), Giacomo Conterno Barolo Monfortino Riserva (2019) y Petrus (Pomerol 2015).

Tom Burchfield, responsable de inteligencia de mercado en Liv-ex, explica que el sector muestra signos claros de estabilidad tras tres años de caídas continuadas. Señala que persisten algunos problemas como el exceso de existencias recientes y la necesidad de ajustar precios en las próximas campañas de Borgoña y Burdeos para mantener la recuperación.

Aunque todavía existen dudas sobre si se ha superado definitivamente la fase bajista iniciada hace tres años, los movimientos recientes invitan al optimismo moderado. La situación actual permite a los compradores acceder a referencias clave a precios no vistos desde hace cinco años. La subida en el número y valor de ofertas indica que tanto inversores como coleccionistas están aprovechando este momento para adquirir vinos con potencial a medio plazo.