¿Qué es un vino "millésime"?

Los 'millésime' son vinos de extraordinaria calidad, pero ¿cómo se producen y que características deben cumplir?

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Antes de abordar el concepto "millésime" conviene recordar la importancia del cultivo en la calidad del vino, ya que este término hace referencia directamente a ésta.

La próxima vez que abras una botella de vino, recuerda que la materia prima con la que está hecho (las uvas) representan hasta el 70% de la calidad de un vino, y que un buen vino, o al menos aceptable, puede conseguirse con una materia prima mediocre y buenas técnicas de elaboración, pero para lograr un vino excelente solo puede hacerse con una gran vendimia.

En este sentido, cada año en el viñedo existen determinadas características que afectan a la cosecha y en consecuencia al vino elaborado. Encontramos factores de tipo permanente (como el "terroir" o la Denominación de Origen), variables (como los vinos "Millesime"), accidentales (como plagas o desastres meteorológicos) o modificables (las labores del cultivo).

Y son estos factores los que hacen que se produzcan diferencias tanto en la cantidad como en la calidad de los vinos de un mismo viñedo produciendo, en definitiva, que los vinos sean diferentes de un año para otro.

Los factores variables son aquellos que varían de año a año, siendo generalmente factores de tipo climático, donde la mano del hombre poco puede hacer para paliarlos o modificarlos.

La expresión del conjunto de estos factores, representan el concepto de "millésime" o añada de los vinos, un término del que pocos conocen su significado.

Dentro de un determinado clima, la variación anual de las condiciones climáticas, principalmente iluminación, temperatura y humedad, modifican el desarrollo de la maduración y por lo tanto las características de la vendimia obtenida y de los vinos elaborados.

En las regiones vitícolas, situadas en áreas donde influye más de un tipo climático, la climatología anual puede ser más variable y por lo tanto acentuarse las diferencias de las cosechas de una campaña a otra; surgiendo entonces en su verdadera dimensión el concepto de "millésime" o la añada en los vinos producidos.

Por el contrario, en aquellas zonas donde un solo tipo de clima se encuentra muy definido, las diferencias climáticas interanuales suelen ser menos amplias y las cosechas resultan de año a año bastante iguales y por lo tanto el concepto "millésime" pierde valor o desaparece.

Cabe destacar que de un modo general, la diferencia de calidad entre añadas se reduce en los vinos blancos, porque son menores los requerimientos climáticos en la maduración de las cosechas y además en su elaboración, la tecnología enológica es capaz de corregir algunas deficiencias. Sin embargo en los vinos tintos, las diferencias pueden ser mucho más acusadas, pues la climatología del año condiciona más la maduración de la uva. Motivo por el cuál la calificación de las "millésimes" de muchas regiones vinícolas en el histórico de los últimos años ofrece mayores diferencias en lo tintos que en los blancos.

FACTORES VARIABLES DE LOS VINOS MILLESIME

En la práctica, son tantos los factores variables que influyen en las uvas, que resulta imposible predecir o fijar las condiciones exactas que determinen la calidad de una añada y su vino.

Sin embargo, existen algunos factores variables que se dan en todos los viñedos del mundo y que determinan en gran medida la calidad del vino.

Desde Noelia Bebelia, nuestra bodega de referencia en cuanto al cuidado de los vinos desde el viñedo, nos dan las claves de cuáles son estos factores.

Temperatura

El régimen de temperaturas anuales del viñedo, determina junto a otros factores la cosecha de uva y sobre todo su calidad. Es especialmente importante en el período de vegetación de la vid y sobre todo en la última fase de maduración de la uva. La formación de los azúcares, ácidos orgánicos, polifenoles y aromas dependen en gran parte de este factor.

Luz

La iluminación al igual que la temperatura también tiene una gran influencia en la síntesis de compuestos en la uva, ya que la mayor parte de ellos proceden de la fotosíntesis realizada en la planta, y la luz es precisamente la energía que toma la vid para realizar estas transformaciones.

La cantidad de iluminación que recibe un viñedo está en función directa de su superficie foliar (cantidad de hojas) pero también otros factores como pueden ser la disposición del viñedo, su orientación en el terreno y los sistemas de conducción y poda utilizados.

Humedad

La vid es una planta resistente a la sequía, pudiendo sobrevivir con menos de 300 mm de pluviometría anual. Se acostumbra a decir que soporta mejor la sequía que el agua, de hecho la vid es sensible al exceso de humedad, sobre todo en terrenos anegados.

Se dice que las mejores calidades en vinos se logran con una pluviometría comprendida entre 350 y 600 mm anuales.

No obstante, es un error pensar que cuanta menos agua mejor. La humedad es indispensable para la vida de la cepa, y es responsable de la mineralidad de los vinos al disolver los compuestos minerales que contiene el suelo para poder ser absorbidos por las raíces.

Aunque la humedad está considerada como un factor variable en la calidad "Millesime" del vino, ya que depende de las condiciones climáticas del año, en la actualidad es un factor que puede convertirse muy fácilmente en modificable, aplicando técnicas correctoras ( cubierta vegetal, drenajes, sistema de riego...).

Edad del viñedo

La conocida calidad de los viñedos viejos puede ser considerada un factor variable, pero no impredecible, como ocurre con las condiciones meteorológicas del año, pues a medida que la viña alcanza edades más avanzadas, la calidad de los vinos aumenta en la misma medida.

Algunos de los motivos por los que los viñedos viejos producen mejores vinos son varias, a saber: En estas vides las uvas maduran mejor y los granos son más pequeños, con una mayor concentración de azúcar. Además sus grandes y complejas raíces (sistema radicular) exploran un mayor volumen de terreno, asegurando mayor aporte mineral, así como también una mayor disponibilidad de agua.

ASPECTOS COMERCIALES

Desde el punto de vista del consumidor, el uso comercial de este término está poco extendido. En general un vino que exprese en su etiqueta "millésime" es sinónimo de una añada de gran calidad y por tanto presumiblemente un vino excelente. Si bien el término "millésime" puede referirse a cualquier tipo de vino, en la actualidad su uso está muy extendido entre los espumosos franceses. Un Champagne que refleja su año en la etiqueta, con o sin el término "millésime" a continuación, indica que la uva procede íntegramente de esa añada, sin haber sido mezclado con otras cosechas, y que además es de excelente calidad.

Podemos afirmar entonces que un vino Millésime será aquel que cumple dos requisitos básicos:

  • Su materia prima procede de una cosecha de alta calidad, de acuerdo a unos parámetros variables (temperatura, luz y humedad) excepcionalmente óptimos para la vendimia de ese año. 
  • No ha sido sometido a coupage, o mezcla de vinos, con las cosechas de otros años. Es decir, el vino procede 100% de la uva de esa cosecha excepcional.

Algunos autores hacen alusión también a un tiempo de permanencia mínima de guarda en bodega de 3 años.

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