Cinco delitos con el vino que debes evitar

Te decimos que debes hacer para disfrutar plenamente del sabor y placer del vino

Luis Expósito García

Compártelo

Leído › 51361 veces

Bien por desconocimiento, bien por hábitos erróneos, a veces cometemos "pequeños" errores que puede dejarnos sin querer una mala experiencia con el vino.

A continuación te mostramos cinco "delitos" a la hora de disfrutar de un buen vino que se pueden evitar fácilmente.

1.Servir los tintos demasiado calientes siguiendo el mito de "a temperatura ambiente"

Su origen se remonta a aquellos tiempos en los que no existía la calefacción central y en los que nuestros hogares podían estar a temperaturas que oscilaban los 17 grados. En la actualidad, están normalmente entre 22-23 grados, una temperatura que puede causar que los grandes tintos tengan un sabor "turbio". En su lugar, mantenlo en lugar fresco y refrigéralo sin miedo en caso de ser necesario.

2. Servir los blancos fríos

Lo normal para muchos es guardar el vino blanco en la nevera horas antes de tomarlo, o incluso días, para no olvidarnos de enfriarlo. No obstante, el resultado es que puede que esté muy frío en el momento de beberlo. Esto no se nota tanto con vinos frescos y de peor calidad, incluso puede servir para ocultar defectos, pero le quitará una gran parte del sabor a un buen blanco de calidad. Con una hora en la nevera antes de consumirlo es más que suficiente.

3.Llenar la copa

Es de mal gusto llenar la copa de vino. No des por hecho que tus invitados quieran beber 250 mililitros de vino, en particular porque se irá calentando en la copa a medida que lo van tomando. Una regla simple: sirve un tercio de la copa y nunca más de la mitad, siempre podrás rellenarlo después. Dos excepciones: Los espumosos (Cava, Champagne,...) servidos en copa de flauta, y los vinos generosos servidos en copa de jerez pueden llenarse más de la mitad, pero sin llegar hasta arriba.

4.Servir vino en copas sucias o con polvo

Si eres de los que guarda las copas de vino para ocasiones especiales, puede haber muchas probabilidades de que tengan algo de polvo (o incluso moho). Antes de usar las copas míralas a contraluz y comprueba que no tengan polvo, grasa, marcas de dedos, suciedad,... también huele el interior de la copa vacía, si detectas algún olor extraño -aunque la copa esté limpia- es posible que esté contaminada por algún hongo o bacteria. Es algo muy obvio, pero si no has usado las copas desde hace más de 2 días acuérdate siempre de lavarlas, aclararlas bien y secarlas. Huelga decir, que nunca sirvas vino en copas mojadas.

5.No airear suficientemente los vinos

En ocasiones al descorchar (o desenroscar) una botella no es suficiente para "abrir" el vino. Gran parte de los vinos llevan en el vidrio meses o incluso años, por lo que el vino se presenta "cerrado" y en la copa no muestra toda su plenitud de sabores. Los tintos potentes, en particular, se benefician de una buena ventilación, ya que ésta ayuda a suavizar los taninos y mejorar aromas. Muchos vinos, incluso los jóvenes, mejoran sustancialmente su sabor cuando son aireados. Si tienes un decantador úsalo. Si no tienes decantador puedes servir el vino en una jarra de cristal y luego volver a introducirlo en la botella, este simple procedimiento es suficiente para oxigenar y "abrir" el vino.

Luis Expósito García
Profesor y escritor
¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 51361 veces