Martes 26 de Diciembre de 2023
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Las fluctuaciones climáticas extremas del año 2023 han dejado una huella indeleble en el paisaje agrícola de España, con especial incidencia en los viñedos.
Según datos recientes de Agroseguro, la entidad encargada de los Seguros Agrarios Combinados en España, la siniestralidad en la agricultura ha alcanzado cotas históricas. Hasta el 30 de noviembre de 2023, la superficie agrícola afectada superó los 3,4 millones de hectáreas, de un total de casi 17 millones de hectáreas de cultivo en el país. Esta situación ha llevado a una previsión récord de indemnizaciones por parte del seguro agrario, que se estima superarán los 1.200 millones de euros en 2023, un 48,7% más que en 2022.
La crisis climática ha exacerbado las inclemencias del tiempo, con una visibilidad particular en las elevadas temperaturas. El año 2023 está marcado como uno de los más calurosos desde 1961, acompañado de una reducción significativa en las precipitaciones, aproximadamente un 12% menos de lo habitual. Estas condiciones han resultado ser particularmente perjudiciales para la viticultura, donde la sequía ha sido la principal causante de siniestros, con indemnizaciones que ascienden a más de 470 millones de euros, afectando también a otros cultivos como los herbáceos, el olivar y las hortalizas.
La vendimia de 2023 ha experimentado una caída significativa en su cosecha, estimada en un 15%, debido principalmente al clima seco y las olas de calor extremo. Además, la inestabilidad climática se ha manifestado en eventos como la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) de septiembre, que trajo consigo lluvias torrenciales, pedriscos y vientos fuertes.
El pedrisco, en particular, ha sido un factor destacado en el daño al campo, con una estimación de casi 270 millones en indemnizaciones. Javier Alejandre, técnico de seguros de la organización agraria UPA, señala que, aunque el pedrisco siempre ha sido un factor en la agricultura, su intensidad y duración están incrementando. Del mismo modo, las heladas han causado importantes daños, con indemnizaciones que superan los 100 millones de euros.
Frente a este escenario, el sector asegurador ha desempeñado un papel clave este año que acaba. Las indemnizaciones por daños en los cultivos no solo abarcan a la uva de vino, sino también a una amplia gama de cultivos afectados por diversas adversidades climáticas. Los vientos, por ejemplo, han causado daños significativos en cítricos, caqui y olivar, con indemnizaciones que superan los 80 millones de euros.
La situación actual en los viñedos españoles refleja un panorama complejo y preocupante. El cambio climático ha puesto de manifiesto la necesidad de adaptación y resiliencia en el sector vitivinícola, un reto que no solo es agronómico sino también económico. Las indemnizaciones millonarias son un paliativo necesario, pero no la solución ya que subrayan la importancia de estrategias a largo plazo para mitigar y adaptarse a estos fenómenos extremos. La viticultura española tiene por delante un futuro incierto que solo será posible superarlo con determinación e innovación.
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