Lunes 17 de Noviembre de 2025
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El sector del vino en Brasil se encuentra en alerta tras la presentación de una simulación sobre el impacto de la Reforma Tributaria. Según datos expuestos por Maurício Salton, director de la Unión Brasileña de Vitivinicultura (UVIBRA), durante una audiencia pública en la Comisión de Finanzas y Tributación, la carga fiscal sobre el vino podría pasar del 29,9% al 54,94%. Este aumento representa un incremento del 86,9% y ha generado preocupación entre productores y representantes políticos.
La audiencia fue presidida por el diputado Pedro Westphalen, del Partido Progresista de Rio Grande do Sul. Westphalen ha iniciado conversaciones con líderes del sector para buscar alternativas que eviten que la nueva legislación ponga en riesgo una de las cadenas productivas más desarrolladas del país. El diputado subraya que la vitivinicultura brasileña tiene un peso económico, cultural y social considerable.
Aunque tradicionalmente asociada al estado de Rio Grande do Sul, la producción de vino en Brasil se extiende actualmente a más de 17 estados, entre ellos Bahía, Espírito Santo, Minas Gerais, Distrito Federal, Paraná y Santa Catarina. El sector mueve más de 50.000 millones de reales al año, involucra a cientos de bodegas y genera miles de empleos directos e indirectos. Westphalen explica que el avance del vino brasileño es resultado de la profesionalización y formación técnica de los descendientes de colonos, quienes han mejorado los métodos de cultivo y han identificado zonas aptas para la producción. Como consecuencia, los vinos y espumosos brasileños han obtenido premios internacionales y compiten con etiquetas europeas en calidad.
Durante su intervención, Westphalen también abordó el papel del vino como producto cultural y gastronómico. Recordó que su consumo moderado está vinculado a beneficios cardiovasculares comprobados científicamente. En este sentido, pidió que no se trate al vino como si fuera un producto perjudicial para la salud.
Otro problema señalado por el diputado es el contrabando y la falsificación de vinos procedentes principalmente de Argentina y países europeos. Según Westphalen, muchas botellas entran ilegalmente en el país sin pagar impuestos; algunas llevan etiquetas falsas o mezclan productos inferiores con marcas reconocidas. Esta situación afecta tanto a la industria nacional como a los consumidores, ya que supone una pérdida de competitividad para las bodegas brasileñas y un riesgo para la salud pública.
A pesar de las acciones llevadas a cabo por la Policía Federal para combatir estas prácticas ilegales, Westphalen considera necesario reforzar los controles y endurecer las sanciones. Una ley que aumenta las penas por falsificación de bebidas ya ha sido aprobada en el Parlamento brasileño.
El diputado insiste en que el Congreso debe analizar con rigor técnico los efectos de la Reforma Tributaria sobre el sector vitivinícola. Pide que los legisladores basen sus decisiones en datos concretos y simulaciones fiables. Según sus palabras, proteger esta cadena productiva es fundamental porque genera ingresos, aporta valor añadido y permite a Brasil competir en mercados internacionales.
Westphalen concluyó su intervención recordando que el vino brasileño ha alcanzado un nivel que le permite medirse con los mejores del mundo. Considera que corresponde al Estado facilitar su desarrollo y no poner obstáculos a su crecimiento.
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