Miércoles 12 de Noviembre de 2025
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La tercera edición de “El Futuro del Vino Argentino” se celebró en Mendoza con la organización del Fondo Vitivinícola y la Corporación Vitivinícola. El evento reunió a más de 300 asistentes y contó con la participación de expertos como Guillermo Oliveto, Andrés Malamud, Yvette Van Der Merwe y Carolina Nuñez. El objetivo principal fue analizar las tendencias actuales y los problemas que enfrenta la industria del vino en Argentina, así como identificar oportunidades para captar nuevos consumidores.
Durante el encuentro, Andrés Malamud, politólogo e investigador principal del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa, abordó el impacto de los cambios demográficos, geográficos y tecnológicos en el comercio internacional del vino. Malamud explicó que Argentina busca estabilidad en un mundo que también atraviesa momentos de inestabilidad. Señaló que la decisión del gobierno argentino de acercarse a Estados Unidos, en lugar de Asia, responde a una estrategia para posicionarse como un país periférico estable en medio de tensiones internacionales. Según Malamud, esta posición puede ser ventajosa para el sector vitivinícola argentino al mantenerse alejado de los principales focos de conflicto geopolítico.
Carolina Nuñez, consultora de WorldPanel By Numerator y especialista en consumo masivo, presentó un estudio sobre el comportamiento de compra y consumo de bebidas alcohólicas en Argentina. El análisis se basó en datos recogidos en 5.300 hogares. Nuñez informó que el vino es la segunda bebida alcohólica más consumida en el país, con una presencia en el 72% de los hogares, solo superada por la cerveza. Sin embargo, tanto el vino como la cerveza han experimentado una reducción en la frecuencia de compra durante los últimos años.
El estudio también examinó el crecimiento de la cerveza sin alcohol, que ha multiplicado por cuatro su penetración en los hogares argentinos en los últimos cuatro años. Siete de cada diez compradores consideran esta bebida como una alternativa cuando no desean consumir alcohol. Este aumento se atribuye a su precio competitivo y a campañas promocionales intensas.
En cuanto al vino de baja graduación alcohólica, Nuñez señaló que solo dos de cada diez consumidores conocen este producto. No obstante, cerca del 50% manifestó interés en comprarlo y uno de cada cuatro estaría dispuesto a pagar un precio superior por él. El principal motivo para elegir vinos con menos alcohol es el cuidado de la salud. Entre las barreras identificadas figuran el temor a perder parte del disfrute o a que cambie el sabor respecto al vino tradicional. Nuñez subrayó que existe un mercado potencial de 4 millones de hogares interesados en este tipo de vinos y recomendó definir claramente el público objetivo, reforzar la comunicación y ofrecer información precisa para aumentar su conocimiento entre los consumidores.
Guillermo Oliveto, consultor especializado en estrategias comerciales y consumo, expuso los resultados de un estudio sobre la disposición del público hacia innovaciones en el sector vitivinícola. Oliveto remarcó que aunque el conocimiento sobre los vinos de baja graduación es bajo, sus beneficios son reconocidos: se perciben como más ligeros, frescos, con menos calorías y menos propensos a causar sueño. Según Oliveto, presentar estos atributos puede mejorar la percepción del producto e incentivar su consumo entre nuevos públicos y en diferentes ocasiones.
Oliveto también habló sobre el auge del vino en lata, impulsado por su practicidad y facilidad para consumirlo individualmente. Esta modalidad resulta especialmente atractiva para jóvenes que buscan opciones más informales y accesibles.
Yvette Van Der Merwe, presidenta de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), centró su intervención en las tendencias relacionadas con sostenibilidad e innovación dentro del sector vitivinícola mundial. Van Der Merwe afirmó que uno de los principales problemas actuales es adaptarse al cambio climático y a las exigencias relacionadas con prácticas sostenibles. Recomendó invertir recursos para comprender mejor a los nuevos consumidores y adoptar enfoques científicos sobre la relación entre vino, salud y sociedad.
Van Der Merwe consideró que Argentina tiene posibilidades reales para convertir los problemas internacionales en oportunidades si apuesta por la cooperación científica e innovación tecnológica. Además, recalcó la importancia del trabajo conjunto con organismos internacionales como la OIV para acceder a datos fiables y orientación técnica.
El foro “El Futuro del Vino Argentino” volvió a reunir a figuras relevantes del sector para analizar tanto las tendencias locales como internacionales que afectan al negocio vitivinícola argentino. Los expertos coincidieron en que conocer mejor al consumidor final e innovar tanto en productos como en comunicación serán claves para aprovechar nuevas oportunidades dentro del mercado nacional e internacional.
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