Madrid
Viernes 07 de Diciembre de 2012
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La nueva estructura del Gobierno valenciano pretende "pasar página" al periodo de ajustes y elevar el peso de la atención social, según ha explicado Fabra a los periodistas.
En este nuevo esquema, las competencias de Turismo dejan de estar junto a las de Cultura y pasan a la Conselleria de Economía e Industria (Máximo Buch), a la que también se suma la gestión de Empleo, hasta ahora unida a Educación (María José Catalá), que recupera las competencias de Cultura y Deporte.
Justicia y Bienestar Social se desgajan: los asuntos sociales adquieren rango de Conselleria exclusiva, con la concejala del Ayuntamiento de Alicante Asunción Sánchez Zaplana como titular, y Justicia recae en Gobernación (Serafín Castellano, también secretario regional del PP).
Los otros dos nuevos titulares del Gobierno valenciano son Manuel Llombart (director de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología -IVO) y Juan Carlos Moragues (delegado de la Agencia Tributaria en Castellón), que asumen las Consellerias de Sanidad y de Hacienda y Administraciones Públicas, respectivamente.
Llombart deberá afrontar la puesta en marcha del nuevo modelo de gestión sanitaria compartido, que comenzará a aplicarse en 2013 y Moragues se ocupará de la difícil situación económica de la Generalitat, cuyos presupuestos del próximo año ya están en trámite parlamentario.
El nuevo conseller sustituye a Jose Manuel Vela, que la semana pasada dimitió por la supuesta filtración de un documento relacionado con el "caso Cooperación", marcha que la oposición sitúa como el verdadero motivo de la remodelación del Gobierno valenciano.
Por su parte, el vicepresidente y portavoz del Gobierno, José Císcar, asume las competencias de Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua, mientras que Isabel Bonig se mantiene al frente de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente.
Salen del Gobierno de la Generalitat los hasta hoy consellers Luis Rosado, Jorge Cabré, Dolores Johnson y Maritina Hernández.
Según ha justificado Alberto Fabra, este era el momento "más propicio" para acometer un cambio de gobierno, porque la Comunitat Valenciana ha superado un periodo de ajustes "con medidas complicadas" y afronta un periodo tendente a la estabilización económica.
El optimismo del president se fundamenta en unos acuerdos apalabrados con el Ministerio de Hacienda que permitirán solventar los problemas de liquidez y acelerar un calendario de pagos que "tranquilice a tantos colectivos y instituciones a las que debemos dinero".
Así, la Generalitat solicitará acceder al "sobrante" del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) una vez finalizado el plazo de adhesión, para intentar lograr una financiación de hasta 1.900 millones de euros, casi 400 millones más de los que ya han sido asignados a la Comunitat (1.575) para cubrir la emisión de deuda.
Fabra advierte señales de "esperanza" en los últimos datos sobre el desempleo y la producción industrial, y cree que las medidas de austeridad aplicadas hasta ahora "están dando sus frutos", tanto que tal vez no sea necesario "pedir más esfuerzos a los ciudadanos".
Por tanto, es momento de "agradecer" el trabajo hecho por el que hasta hoy ha sido su equipo de gobierno y de "dar un paso adelante" para cumplir las expectativas de 2013, que puede convertirse en "un punto de inflexión".
Los grupos parlamentarios de la oposición no comparten la visión de Fabra; creen que malinterpreta a los ciudadanos maquillando sus políticas y que ha jugado su última baza antes de convocar elecciones anticipadas.
Desde el PSPV-PSOE, Antonio Torres, recuerda que los electores querían "cambios en la forma de gobernar" y no en las carteras de gobierno.
El portavoz de Compromís, Enric Morera, cree que es solo un cambio "cosmético", porque "mantiene las mismas políticas que nos han llevado al desastre", y la portavoz de Esquerra Unida, Marga Sanz, ve este cambio como "el último cartucho de Fabra" antes de un "irreversible" proceso electoral anticipado.
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