Jueves 23 de Octubre de 2025
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La denominación Etna DOC, situada en la región de Sicilia, ha mostrado en 2024 una recuperación importante tras las dificultades vividas durante la vendimia de 2023. Según los datos presentados por el Consorcio de Tutela Vini Etna DOC durante los Etna Days 2025, la superficie de viñedo registrada ha pasado de 1.147 hectáreas en 2023 a 1.347 hectáreas en 2024, lo que supone un aumento del interés por la producción en la zona. En total, se han implicado 474 viticultores y la producción de vino con derecho a denominación ha superado los 58.000 hectolitros, lo que representa un crecimiento del 69,7% respecto al año anterior.
El comportamiento de las diferentes variedades dentro de la denominación ha sido desigual. El Etna Bianco, segunda variedad por volumen, ha experimentado una bajada del 16% respecto a 2023, situándose por debajo de los 15.000 hectolitros. El Etna Bianco Superiore también ha descendido un 12,17%. El Etna Rosato ha sufrido una reducción más acusada, con una caída del 43,51%, pasando de 3.400 hectolitros en 2023 a menos de 2.000 en 2024. Por el contrario, el Etna Rosso, considerado el vino más representativo de la denominación, ha mantenido cierta estabilidad con casi 20.000 hectolitros y una bajada del 5,9%. Las variedades espumosas han mostrado una evolución positiva: el Etna Spumante Bianco ha crecido un 7,9% y el Etna Spumante Rosato un 75,28%, lo que indica un interés mayor por este tipo de vinos elaborados principalmente con la variedad nerello mascalese.
En conjunto, la producción total embotellada en 2024 se ha situado en torno a los 40.000 hectolitros, un 11,98% menos que en 2023, pero dentro de los valores habituales para la denominación. Los responsables del consorcio señalan que la recuperación es clara y que las perspectivas para 2025 son positivas.
El reconocimiento internacional de los vinos del Etna se refleja en la atención que reciben por parte de la crítica y en su presencia en mercados estratégicos. Estados Unidos absorbe aproximadamente una cuarta parte de las botellas producidas bajo la denominación, seguido de Alemania, Reino Unido, Suiza y los países escandinavos. Más del 70% de la producción certificada se destina a la exportación, situando a los vinos del Etna en el segmento de vinos de alta gama junto a otras denominaciones europeas.
A pesar de los problemas derivados de los aranceles y la incertidumbre política en Estados Unidos, los productores del Etna informan de una situación estable e incluso de crecimiento en algunos casos. Giulia Monteleone, de la bodega Monteleone, explica que su empresa prevé alcanzar un récord de facturación en el mercado estadounidense este año. Señala que los vinos del Etna, con precios a partir de los 10 dólares, no se han visto tan afectados por los aranceles como otros vinos más económicos. Jacopo Maniaci, de Tenuta di Fessina, indica que ha ajustado los precios y aumentado los volúmenes para compensar el impacto de los aranceles, logrando mantener e incluso incrementar las ventas.
Otros productores, como Christian Liistro de Tenuta delle Terre Nere y Emanuele Mazzoleni de Custodi delle Vigne dell'Etna, confirman que el consumidor estadounidense está dispuesto a asumir pequeños incrementos de precio y que los importadores y productores han absorbido parte del impacto. Federico Graziani, de la bodega que lleva su nombre, reconoce que la situación no es sencilla, pero considera que los vinos del Etna cuentan con ventajas frente a otras zonas gracias a su perfil contemporáneo y su capacidad para comunicar el valor del territorio.
Rossella Marino Abate, responsable de marketing de Firriato, y Manuela Seminara, de Tenute Ballasanti, coinciden en que la clave está en mantener relaciones sólidas con los socios comerciales y en trabajar tanto con importadores como con consumidores finales. Gina Russo, de Russo Winery, considera que si los aranceles no aumentan, el mercado se estabilizará y los vinos del Etna seguirán teniendo salida.
Algunos productores han detectado retrasos en los pedidos o cierta cautela por parte de los compradores estadounidenses, pero no consideran que la situación sea alarmante. Antonio Ceccarelli, de Torre Mora, indica que el mercado estadounidense ha crecido entre un 15% y un 20% anual en los últimos tres años para su empresa. Otros, como Costante Planeta de Planeta y Alberto Tasca de Tasca d’Almerita, subrayan que la denominación Etna DOC, al ser pequeña y estar bien posicionada, resiste mejor las dificultades.
En cuanto a la búsqueda de nuevos mercados, varias bodegas están ampliando su presencia en Asia, América Central y del Sur, y Europa del Este. Rossella Marino Abate menciona el interés creciente en Japón y Alemania, mientras que Manuela Seminara observa un aumento de la demanda en América Central y algunas zonas de Asia. Maria Ausilia Borzì, de Serafica, señala que han recibido solicitudes de Corea y que han establecido nuevas colaboraciones con importadores. Giacomo Bardazzi, de Frank Cornelissen, informa de la entrada en Brasil y considera que Sudamérica puede ser un mercado interesante.
El grupo Piccini, presente en 35 países con los vinos del Etna, identifica a los mercados asiáticos como especialmente receptivos a este tipo de producto. Salvino Benanti, de Cantina Benanti, destaca el interés mostrado en ferias internacionales como Vinitaly por parte de compradores sudamericanos y asiáticos. Gina Russo y Giulia Monteleone también mencionan el crecimiento de la demanda en el norte de Europa y el potencial de América Latina tras la firma del acuerdo con Mercosur.
En Australia y el sudeste asiático, bodegas como Tenuta di Fessina y Tenuta delle Terre Nere han comenzado a trabajar con distribuidores y observan una buena acogida. Emanuele Mazzoleni apunta que el norte de Europa y Quebec son mercados interesantes para el futuro, aunque la producción limitada dificulta una expansión rápida.
En Francia, Federico Graziani ha encontrado un mercado receptivo gracias a las similitudes entre los vinos del Etna y algunos franceses. Carla Maugeri, de Cantina Maugeri, celebra la entrada en países como Perú, Portugal y Polonia, donde han sido contactados directamente por importadores interesados.
La denominación Etna DOC afronta así un periodo de consolidación y expansión internacional, apoyada en la calidad de sus vinos y en la capacidad de adaptación de sus productores ante las dificultades comerciales y climáticas. La estrategia pasa por mantener la presencia en Estados Unidos y Europa, al tiempo que se abren nuevas oportunidades en Asia y América Latina.
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