Martes 09 de Junio de 2020
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• Por supuesto que los vinos tintos son también para el verano y te lo vamos a demostrar.
• La primavera nos la han robado, pero el verano ya está aquí y lo vamos a disfrutar (si nos dejan).
Se acercan días, noches mejor dicho, de reunirse por fin con la familia y los amigos, con responsabilidad y todo lo que nos han explicado mil veces, pero nadie nos quitará esas barbacoas en la terracita, en el patio de la casa del pueblo o en el chalet, al lado de la piscina (todos tenemos un amigo con piscina que se convierte en nuestro mejor amigo a partir del mes de mayo).
La compra de barbacoas se ha multiplicado durante el confinamiento y todo hace pensar que la tendencia continuara el resto del verano. La compra de vino para tomar en casa, también se ha disparado. Los datos facilitados por el MAPA correspondientes al consumo en alimentación en la novena semana de confinamiento muestran un aumento del consumo de vino y derivados del 64,5%.
Aviso a navegantes: a partir de ahora sustituiremos barbacoa por parrilla, primero porque no es lo mismo y segundo porque este artículo es en castellano, oiga, un poquito de respeto al idioma de Cervantes y de Juan Rulfo.
¿Y qué pondremos encima la parrilla, señores y señoras? ¿una lubina? ¿una mazorca de maíz? ¿verdura quizá? No es mala idea, pero seamos sinceros... y realistas... ¿a quién queremos engañar?
¡¡Pondremos carne!!!!! ¡¡Muuuucha carne!!!
Carne de cerdo: panceta, montaítos, cerdo ibérico, presa, secreto...para los más gourmets (o cualquier extremeño que se precie).
Y nuestra debilidad, ¡choricitos, longaniza blanca y chistorra!
Somos muy fan también de los pinchos morunos en la parrilla, ese olor a feria de pueblo que también nos han robado este año.
Y carne de ternera: entraña, asado de tira, jugosísima para la barbacoa y por supuesto, chuletones para rematar.
Puestos a ser sinceros, lo que le va a esta carne es un vino tinto. Pero no cualquier vino tinto, es verano, hace calor y lo ideal es un vino que podamos meter un poco en frío, es decir, un vino joven.
Lo ideal es un vino joven porque un vino con crianza perdería toda su gracia al pasar por frío y porque además, la situación no es la más apropiada para apreciar la complejidad de un vino que ha pasado por barrica, un respeto, por favor. Hay un vino para cada momento y para este momento distendido entre amigos, de risas y gritos, lo ideal es un vino joven que se aprecia copa a copa. Eso sí, con buena relación calidad precio pues vamos a abrir unas cuantas botellas.
Una sugerencia de entre muchas posibilidades que cumple todos los requisitos anteriormente mencionados es un Carlos Plaza Joven (90% Tempranillo, 10% Syrah): un vino joven, fresco y afrutado, con la intensidad aromática y en boca capaces de aguantarle el tipo a esas carnes serranas y a temperaturas un poco bajas.
Recomendamos introducir la botella en agua con hielo unos 10 minutos antes de abrirla, (procuraremos evitar el frigorífico y por descontado el congelador, pues temperaturas tan bajas podrían alterar la estructura del vino), además de que el vino perdería aromas y no tendría apenas sabor.
Vino tinto y parrillada de carne, esto, más que un amor de verano, ¿no os parece un matrimonio perfecto y para toda la vida?

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