De Magallanes a la agricultura ecológica

Bodegas Nao Victoria toma su nombre del líder de la primera vuelta al mundo para dar un nuevo impulso a los vinos que se llevaron desde Sevilla para este viaje en 1519. Su ‘Pigafetta’ es un producto exclusivo basado en el mayor respeto a las viñas del Parque Natural de la Sierra Norte

Susana Formoso

Martes 05 de Mayo de 2015

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Corría el año 1519 cuando Fernando de Magallanes impulsó la primera vuelta al mundo junto con Juan Sebastián Elcano y Pigafetta. Viajaron en cinco naves, una de ellas la Nao Victoria. Un viaje para el que se llevaron vinos elaborados en la Sierra Norte de Sevilla y que llegarían a los paladares más remotos.

Quiso el destino que esta historia se encontrase con Ramón Salas, que por casualidad descubrió los vinos de Cazalla de la Sierra, para después crear Bodegas Nao Victoria en honor a ese hito histórico. Fuertemente vinculado al terruño, este proyecto se basa en “tres objetivos claros: elaborar un vino de calidad, escuchando y respetando a la tierra, a través de la agricultura ecológica; mantener la personalidad de nuestro vino, y convertir nuestra pasión por el buen vino en una realidad de productos de excelencia que circunnaveguen el planeta”, indica el propio Ramón Salas.

Una de las claves para la elaboración de vinos exclusivos como los que se producen en Bodegas Nao Victoria radica en la calidad de los “viñedos únicos” ubicados en un entorno tan privilegiado como el Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla y que ocupan una superficie de 25 hectáreas. Las cepas crecen a unos 700 metros de altura en ladera aterrazada y con suelo pizarroso cuyas uvas beben del clima mediterráneo convirtiendo los vinos que de ellas salen en únicos.

Además del propio cuidado de los viñedos, la apuesta por la agricultura ecológica también se centra en realizar una “vendimia a mano, por separado de cada variedad –Cabernet Franc, Merlot y Syrah- a medida que van madurando para elaborar el vino en nuestra bodega haciendo un uso coherente de los recursos (energía, trabajo y agua)”, indican desde la empresa. De esta cosecha sale una producción limitada de 2.000 botellas de un vino de la más alta calidad, el Pigafetta.

El nombre del producto insignia de Bodegas Nao Victoria retoma nuevamente la primera vuelta al mundo, aludiendo al cronista de esta expedición, Antonio Pigafetta. Con un 40% de variedad Syrah, 40% de Cabernet Franc y un 20% de Merlot, este vino destaca por un color granate intenso con reflejos violáceos.

El mimo en su elaboración se remonta a la vendimia desarrollada en la segunda quincena de septiembre de 2010, para después vinificar cada una de las tres variedades por separado. Controlando la temperatura (entre 25º y 27º) durante la fermentación se bazuqueó dos veces al día. A continuación, se trasegó el vino a barricas de roble francés y americano donde se envejeció durante 14 meses. Se completó el proceso con el embotellado en febrero de 2012 ofreciendo un vino de aroma muy intenso y suave y pleno en boca, deleitando a los paladares más exigentes.

Esta creación regresa aquellos vinos que se habían llevado en la expedición de Magallanes y que recorrieron el globo. Precisamente en honor a esa vinculación con la historia y la tierra de la Sierra Norte, desde Bodegas Nao Victoria se han unido al movimiento ciudadano y a las instituciones públicas que trabajan por la celebración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo en Sevilla en 2019-2022. Todo un hito que se puede representar a través de los vinos exclusivos elaborados en esta bodega.

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