Raúl Pérez triunfa en Baiona

Raúl Pérez triunfa en Baiona

Miércoles 04 de Febrero de 2009

Compártelo

Leído › 2375 veces

Ni que decir tiene que Raúl llenó el aforo. Y más que hubiera habido. Aprovechó la ocasión para presentar en primicia los vinos que sacará al mercado dentro de tres o cuatro meses y, de paso, para explicar sus personales prácticas de elaboración de caldos. La experimentación es lo que ha llevado a este leonés al Olimpo de los enólogos.

Todo empezó en la bodega familiar de su Bierzo natal, pero ya hace tiempo que no solo vuela por su cuenta, sino que ha conseguido que su imperio llegue desde Galicia a Sudáfrica, y desde Estados Unidos a Japón. Y eso que lo suyo, en cuestión de números, es el minimalismo. De algunos vinos apenas produce unos pocos centenares de botellas; cinco o seis mil de los que más. De ahí que los 55 comensales del viernes (el Pazo de Mendoza no tiene sitio para más), se sintieran tan privilegiados.

Raúl Pérez descubrió el albariño (como enólogo, claro) hace apenas siete años. Fue por prescripción médica. No porque el galeno le sugiriera beber sendas copitas a las horas de la comida y de la cena, sino porque le prescribió reposo absoluto para el estrés que le traía, como a Almodóvar, al borde de un ataque de nervios. Eligió la ría de Arousa para seguir la prescripción médica de tumbarse a la Bartola. Al final, para entretener tanto descanso, terminó haciendo lo que mejor sabía, vino. Uno de sus famosos vinos de garaje, porque fue precisamente en el garaje de la casa donde realizó la operación. Así nació su albariño Skecht. Luego vendrían más, pero este fue el le convirtió en personaje mediático después de que se le ocurriera probar cómo evolucionaría el vino si sumergía las botellas en el mar.

En un lugar secreto de la ría de Arousa sumerge cada temporada la producción de albariño. Empezó haciéndolo a 30 metros, pero la presión y la actividad de los pulpos, que sacaban los tapones, fue obligándole a corregir sobre la marcha hasta rozar la perfección. Según explicó, ahora las botellas están a 16 metros de profundidad y la evolución del vino es inmejorable. Para muestra, el botón del viernes. La iniciativa de Raúl Pérez ya tiene imitadores. Se la ha copiado una empresa mallorquina, en este caso con objetivos turísticos.

Son los que ha vivido hasta ayer María del Pilar Carballo, la abuela de As Neves y A Cañiza. En el primer municipio fue en el que vino al mundo el 22 de enero de 1907. En concreto en la parroquia de Cedeira. El segundo es en el que reside. Para más señas en la residencia Nuestra Señora del Rosario. Allí fue donde Pilar sopló las velas de la tarta con la ayuda de Carmen Gil, concejala de Servicios Sociales de su pueblo natal; César Mera, regidor cañicense, y José María Vázquez, director de la residencia.

Éste fue el encargado de contar unas cuantas pinceladas acerca de la peripecia vital de la protagonista, que reside en la casa desde hace cuatro años. Imposible hacer un recorrido pausado por 102 años de vida en unos minutos, ni siquiera en toda una tarde. Pues sí.

Es lo que dice una encuesta que ha realizado la firma Randstad, considerada líder en soluciones de recursos humanos. La firma en cuestión hizo la misma consulta el año pasado por primera vez. El caso es que una vez comparados ambos resultados ha descubierto que un 18 por ciento más de los curritos encuestados estarían dispuestos a mantener una relación sentimental con un compañero de trabajo (49% frente al 31%). Los datos demuestran que tanto candidatos como empresas son cada vez más abiertos a las relaciones personales en el marco laboral. Eso sí, sigue habiendo un 44% de trabajadores que sigue a rajatabla aquella máxima de «donde tengas la olla...», y ni por todo el oro del mundo mantendría una relación sentimental con un compañero de trabajo. Pues eso. Las flores están bien, pero lo que prima este San Valentín son las experiencias relajantes. El Balneario de Mondariz y el Gran Hotel Hesperia de A Toxa han tenido la misma idea, un programa especial San Valentín. Por si están enamorados, lo celebran y el bolsillo se lo permite, sepan que pueden quedar muy bien por 105 o 135 euros. Además de placeres acuáticos diversos, el precio incluye alojamiento, desayuno y atenciones varias como cava, frutas con chocolate para disfrutar en la habitación...

Es lo que manda el calendario por San Blas, es decir, hoy. Al ave en cuestión es a la única que no se espera hoy en Bembrive. El resto del mundo seguro que se da cita en el fiestorro. Avisados quedan.
¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 2375 veces

Tendencias

Más Tendencias