El vino cambia de envase

Bodegas y supermercados apuestan por aluminio, PET reciclado, papel y latas para reducir emisiones y atraer a consumidores jóvenes

Lunes 06 de Octubre de 2025

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Wine Industry Embraces Alternative Packaging Amid Environmental and Consumer Shifts

El sector del vino está viviendo una transformación en los envases utilizados para la comercialización de sus productos. Aunque la botella de vidrio de 750 mililitros sigue siendo el formato más habitual, varias bodegas y empresas están adoptando alternativas con el objetivo de reducir el impacto ambiental y responder a nuevas demandas de los consumidores.

En enero del año pasado, Bogle Family Wine Collection presentó Element[AL] Wines, una línea que utiliza botellas de aluminio de 750 mililitros. Según Jody Bogle, vicepresidenta de relaciones con el consumidor, la decisión se tomó por motivos medioambientales, ya que el vidrio es el principal responsable de la huella de carbono del vino. El aluminio permite mantener la forma tradicional de la botella, pero ofrece ventajas como menor peso y reciclabilidad ilimitada.

O’Neill Vintners & Distillers también ha apostado por el aluminio para su gama FitVine. Blaire Fraser, vicepresidenta de marketing, explica que este envase está pensado para consumidores activos y situaciones fuera del entorno doméstico tradicional, como actividades al aire libre o reuniones informales. El envase es ligero, resellable e irrompible.

Por su parte, la cadena de supermercados Albertsons lanzó en septiembre del año pasado Bee Lightly, un vino en botella fabricada con tereftalato de polietileno (PET) reciclado al 100%. Este material es un 87% más ligero que el vidrio y su forma plana permite transportar casi el doble de botellas por palé, lo que reduce las emisiones asociadas al transporte.

Otra innovación llega desde Bonny Doon Vineyard, que ha introducido Carbon…Nay!, un vino rosado presentado en una botella de papel con una bolsa interior de PET. Este producto se vende exclusivamente en Whole Foods Market y busca alinearse con las expectativas medioambientales de los consumidores.

A pesar del avance de estos formatos alternativos, la botella de vidrio sigue siendo preferida por muchos consumidores y profesionales del sector. Phillip Cleveland, director de marca en Ste. Michelle Wine Estates, señala que el vidrio mantiene su imagen tradicional y elegante para ocasiones formales o regalos. Sin embargo, los formatos alternativos ganan terreno en situaciones informales y entre consumidores jóvenes. Según estudios internos de la empresa, las personas entre 25 y 49 años muestran mayor apertura a estos nuevos envases.

El vino en caja también mantiene su presencia en el mercado, especialmente en formatos de tres litros. Kathy Pryce, vicepresidenta de marketing en Delicato Family Wines, indica que las cajas siguen teniendo buena acogida por su relación calidad-precio y comodidad. Los envases tipo tetra pack y las latas individuales cubren nichos específicos para consumo fuera del hogar.

Precept Wines lleva años apostando por alternativas como cajas y latas bajo la marca House Wine. Alex Evans, directora de marketing, explica que estos formatos están dirigidos a todo tipo de consumidores pero resultan especialmente atractivos para quienes buscan practicidad o consumen vino en movimiento. La empresa ha ampliado recientemente su oferta con latas individuales más pequeñas.

Sin embargo, la aceptación generalizada de estos envases alternativos es limitada según algunos minoristas estadounidenses. Adithya Bathena, director ejecutivo de Buy-Rite Liquors en Nueva Jersey, afirma que las cajas grandes tuvieron un repunte durante la pandemia pero ahora solo mantienen ventas estables los formatos medianos. Las latas se utilizan sobre todo en eventos o lugares donde no se permite vidrio. En Texas, Josh Minton, responsable de planificación en Twin Liquors, observa un crecimiento moderado en formatos pequeños pero sin cambios drásticos en las preferencias generales. Jim Shpall, director ejecutivo de Applejack Wine & Spirits en Colorado, confirma que sus clientes siguen prefiriendo la botella tradicional salvo para ocasiones muy concretas.

Algunas bodegas han optado por reducir el peso del vidrio como medida intermedia. Precept Wines está cambiando progresivamente a botellas más ligeras en toda su gama. Browne Family Vineyards ha lanzado una iniciativa junto a la organización One Tree Planted: desde 2022 sus botellas pesan un 31% menos que las estándar y no llevan etiqueta para facilitar el reciclaje. Cuvaison Winery también ha reducido el peso de sus botellas un 27% y eliminado cápsulas metálicas para disminuir emisiones.

La percepción del peso sigue influyendo en la imagen del producto entre ciertos consumidores. Shpall considera que una botella pesada transmite sensación de calidad en vinos premium. Minton coincide en que muchos asocian peso con valor añadido aunque reconoce que los jóvenes prestan más atención al impacto ambiental.

La transparencia informativa es otra tendencia emergente. Sokol Blosser Winery ha empezado a incluir información nutricional e ingredientes en sus etiquetas traseras para responder a la demanda creciente entre los consumidores más jóvenes. Precept Wines también está incorporando datos clave como calorías en cada lata bajo la marca House Wine.

El sector vitivinícola continúa buscando soluciones para equilibrar tradición y sostenibilidad mientras atiende a las nuevas expectativas del mercado y los cambios generacionales entre los consumidores.

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