¿Cómo se realiza el proceso de filtración en el sector vitivinícola?

Los procesos de filtración se realizan de tres maneras

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La limpieza es un elemento indispensable en nuestro día a día. Seguir prácticas de higiene es fundamental para no contraer enfermedades o, incluso, la muerte. Por consiguiente, la ausencia de prácticas de aseo ha ocasionado graves pandemias en todo el mundo a lo largo de la historia. Quizás el cólera sea la más conocida.

Por ello, los hábitos de limpieza deben estar presentes en todos los aspectos de nuestra vida diaria. Ya sea en el hogar o en el trabajo. Precisamente, vamos a considerar qué hábitos de higiene se debe tener en cuenta en el proceso de filtración en la producción del vino.

Enólogos realizando pruebas de calidad en vinos

Debido a que el periodo de un vino es muy largo, durante su producción atraviesa por diferentes procesos de filtración, antes de la estabilización de vinos, de la crianza o del embotellado.

Por supuesto, las personas involucradas en dichos procesos siguen estrictos hábitos de higiene. Distintos estados han establecido pautas específicas en lo concerniente a desinfección y limpieza para que la producción se realice bajo estrictas medidas sanitarias.

Por ejemplo, se ha establecido el uso obligatorio de desinfectantes y detergentes. Los dispensadores de jabón son más versátiles que los convencionales, por lo que son empleados en las áreas de producción, mientras que los detergentes son usados en las áreas de embotellamiento. Finalmente, los desinfectantes son utilizados en las bodegas, de modo que se mantiene un registro de cómo se emplea cada elemento y cada cuánto tiempo.

FILTRACIÓN EN ENOLOGÍA

Este proceso consiste en que el líquido obtenido tras la vinificación traspase una capa filtrante donde se retienen las partículas sólidas y las impurezas provenientes de la uva, de la vendimia y de los procesos anteriores. Esta primera filtración se encarga de eliminar partículas grandes y las sustancias finas.

Con este primer paso se acelera la clarificación del vino y su estabilización. Como resultado, tenemos un líquido que cumple los estándares necesarios para su comercialización. Si los clientes observan un color turbio en la botella, simplemente no la compran, pues da la sensación de estar contaminada o adulterada.

Los vinos de mayor calidad requieren de unas instalaciones con estrictas medidas de desinfección e higiene

Ahora bien, los procesos y filtrados en los vinos de mayor calidad son más rígidos e incluso pueden eliminar los compuestos o componentes que ayudan al envejecimiento de la bebida.

Por otro lado, los procesos de filtración se realizan de tres maneras. Tenemos, en primer lugar, la filtración por tierras. Este sistema usa arena fósil, la cual retiene las impurezas del vino. En segundo lugar, está el sistema de filtración por placas. Para este método se emplean placas prefabricadas con distintos grados de porosidad, los cuales sirven como material filtrante.

Por último, la filtración por membrana se realiza antes del embotellado. De esta manera, se garantiza la estabilización. Por lo general, se trabaja en matizado, con poros de menor tamaño que las partículas que deben eliminarse.

Si bien es cierto hay otro tipo de filtración, la tangencial, no es muy usada debido a que su coste económico es bastante superior. Con este método el vino se limpia por medio de membranas. Aunque hay poca pérdida del producto y una mayor higiene, su elevado precio lo convierten en la opción menos rentable.

Aunque algunos consideran que la filtración no es un proceso indispensable, lo cierto es que este proceso ayuda a alcanzar la estabilidad físico-química microbiológica del vino. Diversos estudios sostienen que si la filtración se realiza de manera correcta, la calidad del vino no tiene que verse alterada, sino por el contrario, su olor y aromas deben mejorarse. En todo caso, son los enólogos quienes deben determinar las técnicas a usarse, así como los materiales que empleará.

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