Martes 16 de Diciembre de 2025
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El acuerdo comercial entre la Unión Europea y los países del Mercosur se encuentra en una situación incierta tras la oposición de Francia y las protestas de agricultores europeos. El pacto, negociado durante más de 25 años, busca eliminar progresivamente los aranceles sobre casi todos los productos intercambiados entre la UE y los cinco países del Mercosur: Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia. Si ambas partes lo ratifican, el acuerdo abarcaría un mercado de 780 millones de personas y representaría una cuarta parte del producto interior bruto mundial.
Aunque los negociadores alcanzaron un consenso sobre el texto hace un año, el acuerdo necesita ahora la aprobación de los 27 Estados miembros de la UE y del Parlamento Europeo. Estaba previsto que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa, firmaran el acuerdo en Brasil el 20 de diciembre. Sin embargo, las protestas de agricultores y la oposición de varios países amenazan con retrasar o incluso bloquear la firma.
El primer ministro francés, Sébastien Lecornu, declaró este domingo que el acuerdo actual es “inaceptable” para Francia y que no se dan las condiciones para que los jefes de Estado y de Gobierno voten este jueves sobre su autorización. Francia ha solicitado posponer la votación, lo que podría aplazar cualquier decisión hasta 2026 o más allá. Lecornu reconoció las medidas recientes propuestas por la Comisión Europea para proteger a los agricultores e incrementar las inspecciones sobre importaciones agrícolas, pero afirmó que no son suficientes para satisfacer las preocupaciones francesas.
Otros países como Polonia, Austria y Países Bajos comparten las inquietudes francesas. Temen que los exportadores del Mercosur puedan ofrecer productos a precios inferiores debido a normativas laborales y sanitarias menos estrictas, especialmente en lo relativo al uso de pesticidas prohibidos en la UE. Francia ha intentado sin éxito que el Mercosur acepte regulaciones equivalentes a las europeas.
Alicia Gracia-Herrero, investigadora del Instituto Bruegel en Bruselas, explicó que este desacuerdo pone de manifiesto los límites de la capacidad política y geopolítica de la UE. Según Gracia-Herrero, si la UE no logra cerrar este acuerdo tras tantos años de negociación, su credibilidad ante otros socios comerciales como Indonesia o India podría verse afectada.
La Comisión Europea insiste en la importancia estratégica del acuerdo con Mercosur. Olof Gill, portavoz comunitario, señaló que Bruselas quiere firmar antes de fin de año porque está en juego la credibilidad internacional del bloque. Gill subrayó que unir dos grandes bloques comerciales permitiría afrontar juntos cuestiones como el cambio climático o la seguridad económica.
El sector agrícola ocupa un lugar central en la economía y política europea. En 2024, la UE exportó productos agrícolas por valor de 235.400 millones de euros. Muchos agricultores rechazan el acuerdo con Mercosur por temor a una mayor competencia y posibles daños medioambientales. Sin embargo, sus defensores argumentan que supondría un ahorro anual de unos 4.260 millones de dólares en aranceles para las empresas europeas y facilitaría las ventas internacionales.
Para responder a las preocupaciones del sector agrícola europeo, Bruselas ha propuesto nuevas medidas protectoras. El año pasado se comprometió a reducir trámites burocráticos para los agricultores y a distribuir mejor los subsidios agrícolas anuales, que ascienden a 50.000 millones de euros. En octubre se crearon mecanismos para investigar si los precios de importación desde Mercosur caen al menos un 10% por debajo de los precios europeos; en caso grave podrían suspenderse temporalmente los aranceles preferenciales. Además, en diciembre se propuso reforzar los controles fronterizos para asegurar que los productos importados no contienen pesticidas prohibidos en Europa.
Estas iniciativas no han calmado las preocupaciones francesas ni las protestas del sector agrícola. Los sindicatos agrarios han convocado nuevas manifestaciones en Bruselas coincidiendo con la reunión del Consejo Europeo este jueves. En meses anteriores, agricultores han bloqueado varias capitales europeas con tractores como parte de una campaña apoyada por partidos políticos contrarios al acuerdo.
La situación sigue abierta mientras continúan las negociaciones políticas y sociales tanto dentro como fuera de Bruselas.
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