Fin de semana de relax y vino en Finca La Estacada

Un proyecto vitivinícola fundado en 2001 que hoy suma hotel, restaurante y enoturismo

Ana Gómez

Lunes 29 de Diciembre de 2025

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A veces necesitas parar y darte un capricho. Eso fue exactamente lo que buscaba cuando elegí pasar un fin de semana en Finca La Estacada.

Ubicada en Tarancón (Cuenca), a menos de una hora y media de Madrid, esta finca es mucho más que un hotel con encanto: tiene su propia bodega, un spa completísimo y un restaurante con menús temáticos.

Todas las habitaciones del hotel tienen nombre de variedades de uva, y a nosotros nos tocó la Gewürtztaminer. Desde la ventana se veían los viñedos y la piscina. En verano debe ser una pasada disfrutar de esa piscina mientras contemplas el paisaje.

Como curiosidad: el baño tenía una ducha amplísima con gel, champú y crema corporal elaborados con vino.

Paseo entre viñedos y tarde de spa

Después de instalarnos, salimos a dar un paseo por los viñedos. Al volver, nos esperaban 90 minutos de circuito de spa que se me pasaron volando. El spa es muy completo: piscina climatizada dinámica, pileta fría (que reconozco que me costó entrar), sauna finlandesa, baño turco, duchas termales y aromáticas, jacuzzi y mi parte favorita: el flotarium. Es como flotar en el Mar Muerto, sin esfuerzo, solo relajación absoluta. Cerraba los ojos y me sentía como en una nube.

Entre sala de cromoterapia, sauna y la fuente de hielo (que te despierta de golpe), el cuerpo termina completamente renovado. Además, ofrecen zumos naturales y agua fresca para hidratarte. Un detalle que se agradece mucho.

Además, tienen un menú de masajes corporales muy original, algunos inspirados en los signos del zodiaco. Como por ejemplo el masaje Piscis: bienestar físico y mental para cuerpo y mente con aroma de naranja.

Cena "Sabor a vendimia"

Con el cuerpo relajado nos sentamos a cenar en el restaurante de la finca, donde probamos el menú "Sabor a Vendimia", un homenaje a la cocina de la tierra. Este incluía:

  • Tartar de salmón con perlas de ajo negro.
  • Brioche de morteruelo con mayonesa de pepinillo.
  • Merluza al vapor con parmentier de patata morada y emulsión de azafrán.
  • Taco de cordero laqueado con miel y romero sobre meloso de trigo.
  • Tarta de queso manchego con helado de fresa y miel de romero.

Todo acompañado por vinos de la bodega: Finca La Estacada Chardonnay-Sauvignon Blanc y Finca La Estacada 12 meses en barrica. La combinación que más me impactó fue el maridaje del vino blanco con el morteruelo. Espectacular.

Despertar con vistas a los viñedos

La mañana siguiente amaneció luminosa. Levantarme, abrir la ventana y encontrarme de nuevo con los viñedos fue una postal perfecta. Bajamos a desayunar al restaurante y nos esperaba un buffet generoso: panes artesanos, frutas frescas, embutidos de la zona, bizcochos caseros, huevos revueltos...Nos tomamos nuestro tiempo, sin prisas.

Visita con humor con Sergio Fernández

Después del desayuno, tocaba visita a la bodega. Y no fue una visita cualquiera. La hicimos con Sergio Fernández, que dirige las "Visitas con Humor" de la Finca. ¡Y vaya si nos reímos! Nos contó la historia de la familia Cantarero Rodríguez, que fundó la bodega en 2001, y cómo ese sueño se convirtió en un proyecto que abarca 278 hectáreas de viñedo.

El recorrido comenzó al lado de los viñedos, donde nos habló sobre los tiempos de vendimia según la variedad: desde finales de agosto con la Sauvignon Blanc hasta finales de octubre con la Petit Verdot. Todo contado con humor. Visitamos la zona de los tanques de fermentación, la sala de embotellado y la nave de crianza subterránea, con sus 3.000 barricas de roble.  Terminamos con una cata comentada de varios vinos de la finca, que por cierto, tienen una excelente relación calidad-precio.

Una escapada que repetiré

Cuando nos fuimos, al mediodía del domingo, tenía la sensación de haber estado fuera mucho más tiempo. La mezcla de relax, humor, vino y buena comida hace que el reloj se detenga.

Finca La Estacada no se siente como un hotel de cadena, es un sitio real, con gente que ama lo que hace, y eso se nota. Me fui con el cuerpo relajado, el paladar contento, y un par de botellas en la maleta. Y sobre todo, con muchas ganas de volver.

Si estás buscando una escapada de fin de semana diferente, donde puedas desconectar de verdad, mimarte un poco y brindar por la vida, apunta este nombre: Finca La Estacada.

Ana Gómez
Licenciada en bioquímica, sommelier y MBA en Marketing digital.
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