Gusto a luz: El enemigo oculto del vino

Cómo identificar y prevenir una de las alteraciones más insidiosas del vino

Vilma Delgado

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Los amantes del vino a menudo buscan experiencias sensoriales únicas y placenteras. Sin embargo, no todo lo que reluce es oro, o en este caso, no todo lo que brilla es un indicativo de calidad. Uno de los problemas menos conocidos pero significativamente dañinos en la industria vitivinícola es el denominado "gusto a luz", un defecto que puede arruinar un buen vino.

¿Qué es el gusto a luz y por qué ocurre?

El gusto a luz es una alteración organoléptica, afectando tanto al sabor como al aroma y color del vino. Este defecto es el resultado de una reacción fotoquímica que ocurre cuando ciertos compuestos presentes en el vino, especialmente la riboflavina (vitamina B2) y el aminoácido metionina, son expuestos a la luz. Esta exposición provoca una serie de reacciones que generan compuestos con olores y sabores desagradables.

Vinos vulnerables al gusto a luz

Los vinos más susceptibles a desarrollar este defecto son los blancos, rosados y espumosos. Estos vinos suelen ser embotellados en recipientes transparentes para resaltar su atractivo color, lo que paradójicamente los hace más propensos al daño por luz. Las botellas de vidrio de colores más oscuros, como el verde o ámbar, ofrecen una mayor protección frente a este problema.

Reconocer el gusto a luz es clave para evitar una mala experiencia de degustación. Visualmente, los vinos afectados pueden mostrar una pérdida de color, adquiriendo tonos amarillos oscuros o ámbar. En cuanto al aroma, se detectan olores que recuerdan a coles hervidas, lana mojada, cebolla o ajo, perdiendo la frescura y frutalidad características.

Prevención y soluciones

Para prevenir el gusto a luz, los enólogos y productores pueden adoptar varias estrategias:

  • Elección de botellas: Utilizar botellas de vidrio verde o de colores oscuros es una de las medidas más efectivas. Estas botellas absorben y bloquean las longitudes de onda dañinas de la luz.
  • Tecnología de iluminación: Reemplazar las luces halógenas por luces LED, que no emiten rayos UV y generan menos calor, es otra solución práctica. Además, los LEDs ofrecen un mejor control de la longitud de onda y son más eficientes energéticamente.
  • Selección de levaduras: Optar por levaduras que producen bajas concentraciones de riboflavina durante la fermentación alcohólica puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar el gusto a luz.
  • Protección adicional: En situaciones donde el uso de botellas transparentes es preferido por razones estéticas o de marketing, se pueden emplear films protectores para minimizar la exposición del vino a la luz.

El gusto a luz es un problema que, aunque no recibe la atención que merece, puede tener un impacto significativo en la calidad del vino. La concienciación sobre este defecto y la implementación de medidas preventivas son cruciales para asegurar que los consumidores disfruten de vinos en su mejor expresión.

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