O Rosal inicia la Vendimia

O Rosal inicia la Vendimia

Miércoles 17 de Septiembre de 2008

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A Dios rogando y con el mazo dando. El grueso de las dieciséis bodegas de la zona rosaleira de Rías Baixas iniciaron ayer la campaña de recolección con la vista puesta en el cielo, temerosos de que las lluvias puedan ponerlos en jaque.

Los viticultores capearon las inclemencias meteorológicas de agosto y consiguieron apartar las plantaciones de los temidos ataques de mildiu que el año pasado afectaron seriamente a algunos proveedores, especialmente a los pequeños. Ahora, la gran amenaza sería la aparición de lluvias que pudieran desatar botritis y dañar la uva. «Necesitamos tiempo seco y temperaturas altas para que terminen de madurar las uvas que restan y se equilibrien azúcares y ácidos», explicó ayer a pie de campo Alejo Fernández, responsable de calidad de Lagar de Fornelos.

El pistoletazo de salida en esta bodega, una de las mayores de la zona, se dio a las ocho de la mañana. A esa hora y con una densa niebla que cubría todo el valle, ochenta trabajadores, tijera en mano, comenzaban a cortar los primeros racimos de las 77 hectáreas que el grupo La Rioja Alta posee en O Rosal. Las perspectivas son bastante optimistas y se prevé un crecimiento de un diez por ciento, «porque nació más uva y se estropeó menos», avanzó el técnico. Según esta primera estimación, en la subzona rosaleira se recolectarán, de aquí a fin de mes, unos 2,75 millones de kilos de uva. Una cifra similar a la de otros años aunque alejada del récord que la Denominación consiguió en el 2006, cuando entraron cerca de cuatro millones de kilos en las bodegas. La calidad es ya de antemano «muy buena» y, la graduación de los primeros mostos oscila entre los 12,8 y los 13 grados. La principal novedad de la presente campaña será que la recolecta se realizará paulatinamente. Las inclemecias de agosto retrasaron un poco la maduración de algunos frutos, por lo que, aunque la campaña de vendimia se prolongue durante los próximos diez diez, algunas bodegas, como Lagar de Fornelos, descansará los fines de semana para permitir que se complete el proceso. Será «discontinua y desigual». avanzaban, siempre y cuando el tiempo lo permita.

De esta forma, en el caso de Lagar de Fornelos, se recolectará una media de 35.000 kilos al día. El primero de los camiones refrigerados, cargado con doce toneladas de uva, entraba en la bodega tras cuatro horas de intenso trabajo, a las doce del mediodía. Un año más se pusieron en marcha las despalilladoras para, una vez pesado el producto, separar la madera de la uva y pasarla a la estrujadora y a la prensa, en donde se extrae el mosto que, posteriormente, se almacena en enormes depósitos de acero inoxidable. Tras una noche a diez grados que posibilita separar los sedimentos, esta mañana se trasegarán los primeros mostos de la campaña y se trasladarán a las nuevas cubas en las que, con un exhaustivo control de la temperatura, se llevará a cabo la fermentación, en la que se definen las cualidades organolépticas (aroma y sabor) de los caldos. Dentro de un mes, un nuevo trasiego, previo a los últimos procesos de filtración y homogeneización antes del embotellado.

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