Bodegas Elosegi entra en concurso de acreedores con deudas de 6,3 millones tras cuatro años de pérdidas

Bodegas Elosegi, una de las empresas vinícolas más antiguas de Gipuzkoa, ha solicitado el concurso voluntario de acreedores tras acumular pérdidas durante los últimos cuatro años. El Juzgado Mercantil número 1 de Donostia tramita el procedimiento y ha nombrado como administrador concursal a José Ignacio Iturbe-Ormaeche Muñoz. La situación afecta también a la filial Vinos Elosegi, que tiene una dimensión menor dentro del grupo.

El balance presentado por la compañía muestra un activo de 5,7 millones de euros frente a unas deudas que alcanzan los 6,3 millones. Esta diferencia negativa de 0,6 millones en el patrimonio social es consecuencia directa de unas pérdidas acumuladas que suman 3,2 millones en los últimos años. En la última década, Bodegas Elosegi ha cerrado siete ejercicios con resultados negativos y solo tres con beneficios.

La empresa fue fundada en 1883 por José Antonio Elosegui, quien comenzó elaborando vino para los clientes del balneario de Gabiria. Actualmente, las instalaciones se encuentran en Olaberria y la gama de productos incluye vino tinto, blanco y rosado. El consejo de administración está presidido por Mikel Elosegui Vallejo, que también ejerce como consejero delegado. Le acompañan como vocales Jean François Blamont y José Manuel Elosegui Izaguirre. La plantilla está formada por 22 trabajadores.

Según explica Mikel Elosegui, la dirección ha diseñado un plan para superar la situación. La estrategia consiste en centrar la actividad en productos con mayor valor añadido y dejar de producir para marcas de distribución (MDD). El objetivo es mejorar los márgenes y recuperar la viabilidad económica del grupo.

Bodegas Elosegi ha buscado nuevas oportunidades en el exterior y ha participado en el programa de iniciación a la exportación del Icex. Además, ha recibido apoyo financiero a través de fondos europeos Feder para impulsar su actividad internacional.

La empresa cuenta con una larga trayectoria en el sector vinícola vasco y ha adaptado su oferta a lo largo del tiempo para responder a las demandas del mercado. La decisión de solicitar el concurso voluntario llega tras varios años marcados por dificultades económicas y cambios en los hábitos de consumo. La dirección confía en que el nuevo enfoque permita garantizar la continuidad del proyecto empresarial y mantener los puestos de trabajo actuales.