La Unión Europea crea un sello para los viñedos que actúan como cortafuegos

El distintivo reconoce el papel de viñedos y cultivos en la prevención y control del fuego en el campo

Martes 16 de Septiembre de 2025

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La Unión Europea crea un sello para productos agrícolas que frenan incendios forestales

La Unión Europea ha aprobado la creación de dos nuevos distintivos para certificar a bodegas y productores agrarios que mantienen sus tierras como barrera natural frente a incendios forestales. Los sellos, llamados Fire Wine Resilient Landscape y Fire Product Resilient Landscape, han sido impulsados desde Catalunya por el Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya (CTFC), con sede en Solsona. El objetivo es reconocer el papel de los paisajes agrícolas en la prevención y control de incendios, así como concienciar a los consumidores sobre la importancia de proteger el campo.

La decisión llega tras varios incendios recientes en Europa donde las viñas han servido como freno al avance del fuego. En julio, las cepas ayudaron a contener un incendio en el departamento francés del Aube. En agosto, los viñedos limitaron los daños del fuego en Valdeorras, Ourense. En Galicia, el balance de hectáreas calcinadas este año asciende a 110.000.

El proyecto Vinyes de Foc, desarrollado por el CTFC, ha sido la base para la creación de estos distintivos europeos. Según explica Soazig Darnay, investigadora del centro, durante cuatro años se realizaron más de cien visitas a bodegas de España, Italia, Portugal y Francia para definir los requisitos que deben cumplir los viñedos que quieran obtener el sello. El distintivo se otorgará a explotaciones situadas junto a bosques o entre masas forestales y zonas habitadas.

La primera bodega que recibirá el sello europeo será una firma catalana de la Denominación de Origen Pla de Bages, situada en una zona rodeada de bosque. En los próximos meses se sumarán una veintena más y cinco agrupaciones de productores de Catalunya, Galicia, Canarias y Castilla y León. Los contratos tendrán una duración de cinco años. Durante ese tiempo, los viticultores deberán mantener los cultivos activos, reducir la vegetación inflamable en las áreas cercanas al bosque al final de la primavera, labrar cuando lo indiquen las autoridades o los bomberos y cuidar los caminos rurales.

El Pla de Bages cuenta con 17 bodegas que mantienen espacios agrícolas abiertos en un entorno dominado por el bosque. Su función es importante para facilitar la labor contra los incendios forestales. Iniciativas similares ya existen en otros sectores agrarios. El programa Ramats de Foc, impulsado por la Fundació Pau Costa con apoyo institucional, integra a un centenar de ganaderos cuyos rebaños limpian zonas estratégicas para reducir el riesgo de incendios.

Los promotores del nuevo sello consideran que hasta ahora no se ha reconocido suficientemente el beneficio ambiental que aportan agricultores y ganaderos al mantener el paisaje rural. Señalan que estos profesionales sufren restricciones y penalizaciones por ser considerados posibles causantes de incendios, pero su trabajo previene daños mayores al actuar como cortafuegos naturales.

El sector agrario atraviesa un momento complicado debido al envejecimiento de la población rural y la caída de ventas. Además, los daños provocados por fauna salvaje contribuyen al abandono del campo en algunas zonas. Por ello, desde el CTFC insisten en la necesidad de apoyar a quienes mantienen cultivos o ganadería extensiva y dar visibilidad a su labor.

En Francia ya existen acuerdos entre administraciones locales y denominaciones de origen para plantar viñas cortafuegos desde los años noventa. Sin embargo, las dificultades económicas y sociales amenazan la continuidad del modelo agrícola tradicional.

El nuevo sello europeo busca que productos como vino, aceite, fruta u hortalizas puedan diferenciarse en el mercado por su valor ambiental añadido. Se espera que esto se traduzca en mejores precios o más ventas para quienes apuestan por este tipo de gestión sostenible del territorio. También se pretende lograr mayor apoyo institucional e incentivos para estos productores.

El CTFC acompañará a quienes deseen cambiar su modelo productivo hacia prácticas más sostenibles o adaptadas a las nuevas exigencias ambientales. La iniciativa pretende aglutinar a productores para tener una voz común ante las administraciones y sensibilizar a la sociedad sobre la importancia del mantenimiento del paisaje rural como herramienta frente al avance del fuego.

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