El salario real de los trabajadores vitivinícolas argentinos cayó pese a un aumento del 12% en 2025

FOEVA alerta sobre pérdida de empleo, controles debilitados y fragmentación en el sector tras un año considerado crítico

Martes 09 de Diciembre de 2025

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La Federación de Obreros y Empleados Vitivinícolas y Afines (FOEVA) presentó este martes un balance crítico sobre la situación del sector en Argentina durante 2025. Según el sindicato, el año terminó como uno de los más difíciles para la vitivinicultura del país, marcado por negociaciones salariales complejas, cambios regulatorios y un mercado con realidades productivas muy diferentes.

Daniel Romero, secretario de Prensa de FOEVA, explicó que el año estuvo lleno de trabajo y que las expectativas solo se cumplieron en parte. Señaló que hubo avances en algunos aspectos institucionales, pero que persiste la imposibilidad de recuperar el salario perdido tras la devaluación de 2024. De cara a 2026, la organización sindical remarcó que su prioridad es recuperar el salario real, defender la transparencia en toda la cadena vitivinícola y mantener el empleo en un sector considerado clave para la economía y la identidad nacional.

El balance presentado por FOEVA identifica tres hechos principales que marcaron al sector durante el año. El primero fue la negociación paritaria, que estuvo atravesada por límites salariales impuestos por el Gobierno. Romero indicó que estos topes no guardaban relación con la inflación ni con el coste de la canasta básica. La negociación se complicó aún más debido a la fragmentación de los actores involucrados: diez cámaras representaron a las bodegas y nueve a los viñedos. El acuerdo salarial recién se alcanzó en octubre, con un aumento del 12% para bodega y del 9,9% para viña. Romero consideró que este cierre fue un avance dentro de un escenario muy restrictivo, pero insuficiente para recomponer el poder adquisitivo.

El segundo hecho relevante fue la vendimia de 2025, que mostró diferencias marcadas entre viña y bodega. En los viñedos se registró una caída histórica en el rendimiento, desaparición de pequeños productores y presión por la entrada de uva importada. Esto generó una situación difícil para los trabajadores del campo: menos producción, menos empleo y remuneraciones que no reflejaron el esfuerzo realizado durante la cosecha. En las bodegas también se vivió un panorama complicado debido a la baja en el consumo interno y en las ventas. Empresas como La Riojana, Norton, Fecovita y varias bodegas de San Juan redujeron personal o no lograron sostenerse. Además, la incorporación rápida de nuevas tecnologías exigió adaptar tareas y desarrollar nuevas competencias, lo que tuvo efectos directos sobre el empleo.

El tercer punto señalado por FOEVA fue la reforma del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), implementada mediante la Resolución 37/2025 en noviembre. Esta medida eliminó controles presenciales en viñedos, cosechas, elaboración y fraccionamiento; ahora el organismo solo audita el vino ya embotellado. Según Romero, esto pone en riesgo la trazabilidad del producto porque deja sin control etapas clave del proceso productivo. Desde FOEVA advierten que esta decisión fragmenta el sistema de control, favorece prácticas informales, debilita la fiscalización laboral y puede afectar tanto la calidad del producto como su imagen en mercados internacionales.

A pesar de este escenario adverso, FOEVA informó sobre avances internos logrados durante 2025 para mejorar las condiciones de sus afiliados. Entre ellos figuran mejoras en los kits entregados a trabajadores, incremento del subsidio por sepelio e incorporación del fondo de retiro como nuevo beneficio. También se reforzó el acompañamiento a sindicatos de base en inspecciones y reclamos laborales. Se realizaron obras para mejorar inmuebles pertenecientes a la Federación y se optimizó el servicio de buffet y restaurante para ofrecer paquetes accesibles a todos los trabajadores vitivinícolas.

Romero subrayó que estas acciones permitieron acompañar a los trabajadores durante un año difícil, incluso cuando los salarios no lograron recuperarse plenamente. Para FOEVA, 2025 puso a prueba al sector desde varios frentes: laboral, productivo, regulatorio y social. El sindicato reconoce los avances alcanzados pero advierte que persisten tensiones estructurales importantes. De cara al próximo año, consideran fundamental recuperar el salario real, recomponer la estructura productiva y defender tanto la calidad como la trazabilidad del vino argentino.

El compromiso expresado por FOEVA es garantizar condiciones laborales dignas, proteger el empleo y mantener un sistema transparente para todos los actores involucrados en la cadena vitivinícola argentina.

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