Suecia permite por primera vez la venta directa de alcohol en destilerías, cervecerías y bodegas bajo estrictas condiciones

La medida busca impulsar el turismo rural y a pequeños productores sin debilitar el control estatal sobre el consumo de alcohol

Martes 03 de Junio de 2025

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Sweden eases alcohol sales for local producers with strict limits after more than a century of tight regulation

El 1 de junio marca un cambio en la política de alcohol en Suecia. Por primera vez en más de cien años, las destilerías, cervecerías y bodegas del país pueden vender directamente a los visitantes. La nueva ley permite que estos productores ofrezcan una botella por persona tras una visita guiada y pagada. En el caso de las destilerías, el límite es de una botella de 0,7 litros por visitante. Las cervecerías y bodegas pueden vender hasta tres litros por persona. El horario permitido para estas ventas es de 10 de la mañana a 8 de la tarde.

Anna Anerfält, directora ejecutiva de Norrtelje Bränneri, una pequeña destilería al norte de Estocolmo, explica que la reforma supone un avance modesto pero positivo para los productores locales. Sin embargo, subraya que la venta directa está sujeta a condiciones estrictas. Cada evento debe comenzar con una advertencia sobre los riesgos del consumo de alcohol. Además, el volumen máximo que puede adquirir cada visitante es reducido, lo que limita el impacto en las ventas totales.

El monopolio estatal Systembolaget ha controlado la venta minorista de alcohol en Suecia durante más de un siglo. Su función principal es proteger la salud pública y regular el acceso al alcohol. Las nuevas normas no eliminan este control, sino que introducen una excepción limitada para fomentar el turismo y apoyar a los pequeños productores. Un informe gubernamental publicado en 2021 estima que la medida podría aumentar las ventas nacionales de alcohol en unas 200.000 litros al año, lo que representa menos del 1% del volumen actual gestionado por Systembolaget.

La relación entre los suecos y el alcohol sigue marcada por la cautela. En 1922, el país votó por un margen estrecho contra la prohibición total del alcohol. Desde entonces, las autoridades han mantenido políticas restrictivas y han aplicado algunos de los impuestos más altos sobre bebidas alcohólicas en Europa. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, estas medidas han contribuido a mantener un consumo relativamente bajo en comparación con otros países europeos.

No todos ven con buenos ojos esta apertura parcial. Alexander Ojanne, responsable de asuntos sociales y seguridad pública del ayuntamiento de Estocolmo, advierte sobre posibles consecuencias negativas. Señala que un aumento en el consumo puede derivar en más problemas sociales y afirma que el objetivo sigue siendo reducir estos problemas tanto como sea posible.

En Estocolmo, las microcervecerías se enfrentan a restricciones adicionales. Solo pueden vender durante el horario habitual de Systembolaget, lo que excluye las tardes-noches, los sábados por la tarde y los domingos. Esta limitación afecta especialmente a quienes buscan aprovechar el flujo turístico durante los fines de semana.

La reforma también genera inquietud respecto a la posición de Suecia dentro de la Unión Europea. Cuando el país ingresó en 1995, obtuvo una excepción especial para mantener el monopolio estatal sobre la venta minorista de alcohol. Algunos grupos temen que esta apertura pueda poner en peligro esa excepción y provocar presiones desde Bruselas para liberalizar aún más el mercado sueco.

Lucas Nilsson, presidente del grupo IOGT-NTO dedicado a promover la moderación en el consumo de alcohol, expresa su preocupación por este punto. Considera que las ventas directas desde las granjas no son problemáticas por sí mismas, pero cree que pueden debilitar el monopolio estatal y abrir la puerta a cambios más amplios.

La nueva ley busca equilibrar varios intereses: apoyar al turismo rural y a los pequeños productores sin relajar los controles sobre el consumo de alcohol ni modificar sustancialmente el sistema vigente. El gobierno sueco mantiene su compromiso con la protección de la salud pública mientras responde a las demandas del sector turístico y agrícola local. La evolución futura dependerá tanto del impacto real sobre las ventas como del debate político dentro del país y con las instituciones europeas.

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