Carlos Aguila Muñoz
Jueves 09 de Enero de 2025
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El informe "Paisajes del olivar en España: Impacto de los viajes a través de Airbnb en las regiones productoras de aceite de oliva" destaca el potencial transformador del oleoturismo para revitalizar comunidades rurales, diversificar economías locales y promover la sostenibilidad, recordemos que España es líder mundial en producción de aceite de oliva y aceituna de mesa. La producción de aceite de oliva es clave para la agricultura española. No solo por su impacto económico, sino también por su relevancia cultural y social. España cultiva más de 2,75 millones de hectáreas de olivos, lo que representa el 45% del aceite de oliva mundial, contribuyendo así a la preservación de importantes paisajes culturales y biodiversidad vegetal de muchas regiones españolas.
La producción de aceite de oliva se localiza en Andalucía con el 80% del total, donde Jaén es la principal provincia productora con aproximadamente el 37% del total, seguida de Castilla La Mancha con el 8% y de Extremadura con el 4% del total nacional. Según datos de la Fundación Patrimonio Comunal Olivarero, se estima que la cadena de valor del olivar y el aceite de oliva genera alrededor de 200,000 empleos directos en España. El Ministerio cifra en 350.000 agricultores los que se dedican al cultivo del olivar, 15.000 empleos en la industria y genera más de 32 millones de jornales por campaña. Además del empleo directo en la agricultura y el procesamiento, el turismo relacionado con el aceite de oliva, como las estancia en zonas y localidades del paisaje del olivar, las visitas a almazaras y los festivales gastronómicos, también contribuye a la creación de empleo en las regiones productoras.
Airbnb permite a los turistas encontrar nuevos destinos, muchos de ellos sin oferta de alojamiento tradicional, lo que ayuda a esas localidades y a sus pequeños comercios a beneficiarse directamente del turismo. En 2023, los huéspedes que encontraron alojamiento a través de Airbnb viajaron a más de 100.000 ciudades y pueblos alrededor del mundo, convirtiéndolo en el año más disperso en la plataforma. En España, fueron alrededor de 150 los pueblos (el 99% situados en zonas rurales) que acogieron a su primer huésped en 20234, y ya son más de 5.000 las localidades que están representadas en la plataforma.
Este informe también ofrece valiosas lecciones para el enoturismo, un segmento ya consolidado pero con áreas de mejora significativas, especialmente en términos de inclusión comunitaria, innovación en experiencias y sostenibilidad.
Los olivares españoles, con su impacto paisajístico y cultural, representan un modelo replicable para el enoturismo. Los olivares, declarados por la UNESCO como patrimonio potencial, son testigos de una simbiosis entre naturaleza y cultura. Las bodegas también cuentan con un patrimonio similar: viñedos que no solo producen uvas, sino también historias, tradiciones y paisajes. Así como el "Oleoturismo" convierte almazaras en espacios educativos y de degustación, el enoturismo puede ampliar su oferta más allá de las visitas tradicionales para incluir talleres de viticultura, experiencias inmersivas y festivales que celebren la conexión entre vino, gastronomía y territorio.
El informe de Airbnb demuestra que la tecnología puede ser un aliado poderoso para llevar turistas a destinos menos conocidos, aumentando el número de visitantes en más de 150 pueblos rurales en 2023. Este modelo de "dispersión" es una estrategia clave para evitar la saturación en regiones vitivinícolas icónicas como La Rioja o el Priorat, fomentando visitas a zonas emergentes como Ribeira Sacra o Utiel-Requena.
La plataforma también resalta el impacto económico directo para anfitriones locales, con ingresos anuales promedio de 3.100 € por alojamiento. Este enfoque podría replicarse en el enoturismo, incentivando a las comunidades locales a participar activamente como anfitriones, guías o proveedores de servicios, generando ingresos sostenibles y aumentando el compromiso local.
El "Oleoturismo" ha encontrado éxito al conectar al visitante con la esencia del olivar: desde apadrinar un árbol hasta participar en la recolección y recibir aceite como recuerdo tangible. En el enoturismo, esta filosofía podría traducirse en programas como "adopta una cepa", permitiendo a los turistas regresar a la misma bodega para ver la evolución de su viñedo adoptado, vendimiar sus propias uvas y recibir una edición limitada de "su" vino.
Además, la incorporación de tecnologías inmersivas podría enriquecer las experiencias: tours virtuales por viñedos históricos, catas guiadas por hologramas de enólogos reconocidos o aplicaciones que vinculen el maridaje del vino con restaurantes cercanos·
El informe enfatiza cómo el turismo puede ser una herramienta para la conservación medioambiental, ejemplificado por iniciativas como Apadrinaunolivo.org, que ha recuperado 100,000 olivos centenarios y atraído turistas comprometidos con la sostenibilidad. En el enoturismo, existen oportunidades similares: promover la viticultura ecológica, educar sobre las ventajas del vino de kilómetro 0 y alentar a los visitantes a participar en proyectos de conservación del paisaje vitícola.
El gasto promedio de los turistas en zonas de oleoturismo (123 millones de euros en 2023 según Airbnb) demuestra que estas iniciativas son rentables y benefician a las comunidades locales. Aplicado al enoturismo, esto podría implicar colaboraciones con pequeñas bodegas, restaurantes y artesanos locales para garantizar que los beneficios económicos se distribuyan de manera equitativa.
El "Oleoturismo" ha demostrado ser una herramienta eficaz para frenar el despoblamiento rural. Destinos como Oliete, en Teruel, han logrado revitalizar su comunidad gracias a proyectos innovadores. En el enoturismo, se podría replicar esta estrategia incentivando a jóvenes emprendedores a establecer negocios en torno al vino y la hospitalidad rural, desde alojamientos boutique hasta experiencias de agroturismo.
El éxito del oleoturismo en España, reflejado en este informe, ofrece un valioso punto de referencia para la evolución del enoturismo. Al integrar tecnología, sostenibilidad e inclusión comunitaria, las regiones vitivinícolas pueden consolidarse como destinos líderes en el turismo rural. El futuro del enoturismo no solo radica en ofrecer experiencias memorables, sino también en construir una conexión profunda y transformadora entre los visitantes y el territorio.
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(PDF)Informe Airbnb Paisajes del olivar en España |
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