Vilma Delgado
Jueves 30 de Diciembre de 2021
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¿Se puede beber alcohol con la vacuna de la covid? Más de una persona se ha hecho esta pregunta antes de recibir la correspondiente dosis. No es de extrañar que haya quien quiera celebrar que está vacunado tomando una copa de vino. Incluso hay quien piensa en beber algo antes del pinchazo para calmar los nervios. Veamos qué pasa al beber alcohol después de la vacuna y si existen riesgos asociados.
Esta pregunta no es baladí, ya que hay países, como Rusia o Guatemala, que están desaconsejando o prohibiendo el consumo de alcohol tanto antes como después de recibir la vacuna. En el caso de Rusia, la recomendación iba de dos semanas antes de la inoculación a 42 días después de recibir la vacuna.
De todas formas, no existen en la actualidad estudios que corroboren los posibles efectos adversos de beber alcohol tras recibir la vacuna de la covid. Tampoco está lo suficientemente estudiado si la ingesta de alcohol disminuye la eficacia de la vacuna.
¿Se puede beber alcohol con la vacuna Pfizer o con Moderna, Jannsen y AstraZeneca? Lo cierto es que no parece que tomar un vino o una cerveza reste eficacia, pero sí hay que ser sensatos. El consumo excesivo de alcohol puede provocar que algunas personas sufran síntomas mayores tras la administración de la vacuna. Los efectos secundarios más habituales son fiebre, cefaleas, cansancio, dolor muscular y escalofríos.
Lo que es importante es hacer un llamamiento a la prudencia y la moderación. Que no haya una correlación demostrada entre alcohol y vacunas no significa que haya que beber sin control. El consumo excesivo de alcohol influye en el organismo, actúa como depresor del sistema nervioso central y puede influir en nuestra respuesta inmunitaria. Por tanto, una copa de vino, solo una, al día, como recomienda la OMS no supone ningún riesgo, pero lo mejor es evitar todo consumo durante al menos una semana tras recibir la vacuna, si queremos una buena inmunización.
De hecho, la Sociedad Española de Inmunología sí que se ha pronunciado al respecto. Su recomendación es evitar beber alcohol después de la vacuna. Desde este organismo advierten de que el alcohol no es inmunosaludable y se debe evitar o reducir su consumo.
Lo que sí es cierto es que recibimos la vacuna por vía intramuscular y pasa directamente al torrente sanguíneo. Sin embargo el alcohol se metaboliza mediante diversas enzimas en el hígado. Por tanto, la vacuna y el alcohol no cruzan sus caminos, no estarían en contacto directo nunca, por explicarlo de forma gráfica, y por tanto no existiría riesgo de reacciones adversas por interacción.
Tomar una copa de vino o una cerveza, probablemente no interfiera en la vacunación. Pero, si tenemos en cuenta los efectos del alcohol, unida a la respuesta inmunitaria que provoca la vacuna, sí se puede afirmar que beber alcohol después de la vacuna puede provocar una exacerbación de los efectos secundarios. Es decir, que si después de la vacuna sufres efectos secundarios, como malestar o resfriado, estos pueden ser algo mayores.
También se puede producir el efecto contrario, es decir, que el alcohol enmascare estos efectos adversos, lo que también tiene sus riesgos.
La Organización Mundial de la Salud se ha pronunciado al respecto de consumir alcohol antes o después de recibir la vacuna. Deja claro que no existen interacciones entre la vacuna y otros alimentos y bebidas, aunque sobre el alcohol ofrece otra serie de recomendaciones.
En primer lugar, la OMS incide en que no hay estudios que establezcan una relación entre consumo de alcohol y pérdida de eficacia de las vacunas. Lo que sí se recomienda por precaución es aplazar el consumo de bebidas alcohólicas al menos hasta que se hayan pasado los efectos secundarios debidos a la administración de la vacuna.
La OMS advierte además de que el consumo de alcohol puede provocar una relajación de las medidas higiénico-sanitarias, ya que disminuye la percepción del riesgo. Con el consumo de alcohol es más fácil que no nos coloquemos la mascarilla correctamente, que no se mantenga la distancia social o que se adopten conductas de riesgo.
Las principales consecuencias de un consumo moderado no son demasiadas como hemos comprobado, ya que, en personas sanas son leves o inapreciables.
Además, no parece existir una correlación entre bebidas alcohólicas y eficacia de las diferentes vacunas contra la covid.
Estas recomendaciones cambian si hablamos de un consumo crónico o un consumo puntual abusivo.
El alcohol interfiere en la respuesta inmunitaria y tiene efectos inmunosupresores.
Por lo tanto, la recomendación general es que, aunque no haya interacciones entre alcohol y vacunas contra la covid, hay que evitar el consumo abusivo de alcohol y otros tóxicos como el tabaco. El consumo de estas sustancias hace a las personas más susceptibles de contraer diversas infecciones, no solo covid.
Podemos concluir que se puede beber alcohol con la vacuna sin que reste eficacia, pero lo más saludable y lo que recomiendan los sanitarios es evitar el consumo de bebidas alcohólicas al menos hasta que remitan los efectos secundarios de las vacunas contra la covid.
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