El Madeira, un lujo que siempre sorprende a quien tiene el privilegio de probarlo

El vino de las islas del Atlántico tiene una historia única. Se trata de uno de los 'néctares' más singulares y exquisitos del planeta

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El Madeira, vino

Madeira forma parte del grupo de vinos más emblemáticos de Portugal. Los británicos fueron los responsables de su difusión, por lo que es muy conocido en Europa y América, especialmente a partir del siglo XVI tras las colonias europeas y sus cortes.

Con todo, estuvo presente en varios episodios de la historia mundial. Fue con un tostado de Madeira el vino con el que se declaró la independencia de Estados Unidos, el 4 de julio 1776 (se dice que fue el vino preferido de Thomas Jefferson).

Existen otras historias curiosas, como la de Jorge de Clarence (Duque de Clarence y hermano de Eduardo IV de Inglaterra), que en 1478 fue condenado a muerte y ejecutado "privadamente", al parecer existe una teoría que dice que le ofrecieron elegir la forma de morir y eligió ser ahogado en vino, en concreto en un tonel de Madeira Malvasia, pero esto no ha podido ser contrastado y se trata de una leyenda.

También se dice que Napoleón Bonaparte habría pasado por Madeira y adquirió una barrica de la célebre vendimia de 1792, antes de ser arrestado y exiliado a la isla de Santa Elena, en 1815. Tras su muerte, el productor John Blandy, fundador de la popular marca de vinos de Madeira, descubrió que no se había bebido el vino, por lo que se apresuró, compró la barrica y embotelló el vino en 1840.

Y sí, si hablamos de historía y de personales ilustres no podíamos dejar de lado a Winston Churchill, político británico considerado uno de los grandes pensadores de la humanidad, quien tras unas vacaciones en Madeira en 1950, se hizo devoto de este vino portugués.

La isla de Madeira

La isla de Madeira, es una de las islas del archipiélago homónimo situado en el Océano Atlántico, al oeste de la costa africana y norte de las islas Canarias, y que constituye conjuntamente con Porto Santo, las Islas Desertas y las Islas Salvajes, la Región Autónoma de Madeira, en Portugal.

Funchal es la principal ciudad y puerto en la costa sur de la isla. Se encuentra a unos 660 km de la costa africana, 980 km de Lisboa, y 400 km de Canarias.

Con una superficie de 750 km², el cultivo de la vid en esta isla tropical se remonta a la época de su descubrimiento, en 1419, siendo el príncipe Henry quien orde el envío y plantación de las primeras cepas entre las que incluyen la tinta 'Negramoll' ( o Tinta Negra Mole, como la denominan en Madeira), la más cultivada, seguida de Sercial (blanca), Boal (blanca), Verdelho (blanca) y Malvasia (blanca), estos cuatro últimos producen vinos de alta calidad, dependiendo de las condiciones del clima y la composición del suelo.

El vino de Madeira

Madeira es un vino generoso cuya elaboración se compone de múltiples operaciones o fases. El envejecimiento se realiza normalmente mediante un método denominado 'estufagem' (estufa) que consiste en calentar el vino durante varios meses, a temperaturas de alrededor de 50 °C, a través de invernaderos o bien mediante el calor del sol producidos por circulación de agua caliente.

El objetivo de esto es conseguir que el vino se conserve mejor y durante más tiempo, debido a que originalmente debían realizar largos trayectos en barco hasta llegar a Reino Unido, uno de los principales lugares donde era consumido.

Sin buscarlo, este procedimiento de conservación otorgó el característico sabor de los madeiras ya que, debido al calor, parte del azúcar residual del vino se caramelizaba concediendo los característicos y agradables aromas y sabores a Tofe y tostados de estos vinos.

Este proceso, que no es originario de Madeira ya que es conocido desde la época de los griegos y romanos, se popularizó en la isla a debido a las grandes expediciones marítimas de los portugueses. La importante necesidad de abastecer de vino a los barcos que iban del Atlántico al Nuevo Mundo y las Indias, hizo que el vino de Madeira obtuviera fama rápidamente en toda Europa inicialmente, y al resto del mundo después.

Existen dos tipos originales de vinos Madeira: secos, de variedades Sercial y el Verdelho, y dulces, de variedades Boal y Malvasía.

En la actualidad las mejoras en los métodos de elaboración permiten fragmentar más la tipología de vinos: seco, semiseco, semidulce y dulce. Pero en cualquier caso, es un vino que, desde el dulce al seco, desde los más jóvenes a los más añejos, siempre sorprenden a los que tienen el privilegio de probarlos.

En los últimos años, con el auge de estos vinos, se han iniciado también producciones de vinos de Madeira de mesa, o el primer vino espumoso de Madeira.

De una u otra forma, estos vinos son una experiencia única que no deben ser pasados por alto por cualquier persona que visite la isla o quiera saber más acerca de la viticultura portuguesa.

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