Treasury Wine Estates prevé una caída del 40% en beneficios y recorta costes tras mínimos históricos en bolsa

La empresa australiana Treasury Wine Estates (TWE), una de las mayores productoras de vino del mundo y propietaria de marcas como Penfolds, Lindemans y Beringer, ha anunciado este lunes un plan de transformación que incluye recortes de costes y una revisión de su cartera de productos. La decisión llega tras un periodo complicado para la compañía, que ha visto cómo sus acciones caían a su nivel más bajo en once años, situándose en 4,98 dólares australianos al cierre de la sesión bursátil.

El nuevo consejero delegado, Sam Fischer, que asumió el cargo en octubre, explicó que la empresa atraviesa un momento difícil en dos de sus principales mercados: Estados Unidos y China. Según Fischer, la debilidad en la demanda en ambos países afectará al rendimiento del negocio a corto plazo. El directivo subrayó que mantener la fortaleza de las marcas y la salud de los canales de venta es una prioridad para el equipo directivo y el consejo de administración.

No es la primera vez este año que TWE informa sobre problemas en estos mercados. A principios de diciembre, la compañía ya había anunciado una depreciación de activos en Estados Unidos por al menos 687 millones de dólares australianos. En octubre, retiró sus previsiones de beneficios para el ejercicio fiscal 2026 debido a la incertidumbre sobre el futuro de Penfolds en China y sobre el negocio en América.

El programa presentado por Fischer, denominado TWE Ascent, se centrará en tres áreas: evolución del portafolio, cambios en el modelo operativo y optimización de costes. El objetivo es lograr ahorros anuales de 100 millones de dólares australianos durante los próximos tres ejercicios fiscales. La empresa ya ha comenzado a reducir los inventarios que mantienen sus clientes en Estados Unidos y China, ante unas expectativas más bajas de crecimiento en las ventas.

En el mercado estadounidense, TWE ha detectado un descenso del 2% en las ventas de vinos considerados “de lujo” (con un precio mínimo de 20 dólares por botella) durante las últimas 26 semanas. Las ventas totales del grupo en América han caído un 4,6% en lo que va de año. Además, la empresa está restringiendo los envíos a China que puedan favorecer las importaciones paralelas, con el fin de proteger la marca Penfolds frente a posibles falsificaciones o ventas no autorizadas.

En cuanto a su política financiera, TWE ha cancelado un programa previsto para recomprar acciones por valor de 200 millones de dólares australianos y está revisando tanto el pago de dividendos como posibles ventas de activos no estratégicos. La compañía también está reconsiderando futuras inversiones.

Las previsiones para el primer semestre fiscal apuntan a unos beneficios antes de impuestos e intereses (EBITS) entre 225 y 235 millones de dólares australianos, lo que supone una caída del 40% respecto al año anterior y un 30% menos de lo esperado por los analistas. Las ventas en Estados Unidos han sido especialmente bajas, situándose muy por debajo de las previsiones iniciales.

En China, aunque las ventas del vino Penfolds aumentaron un 21% entre agosto y octubre, TWE espera ahora un crecimiento menor al previsto inicialmente debido a una reducción en los grandes banquetes corporativos. La empresa planea reducir los inventarios mantenidos por distribuidores chinos en unas 400.000 cajas durante los próximos dos años.

En otras regiones como Australia, Europa y Oriente Medio, el negocio sigue comportándose según lo previsto. Sin embargo, los aranceles estadounidenses sobre vinos australianos y neozelandeses podrían afectar negativamente a los resultados del grupo por unos 10 millones de dólares estadounidenses.

El plan presentado por Fischer busca simplificar la estructura operativa y reforzar la capacidad ejecutiva del grupo para adaptarse a un entorno internacional más complejo y exigente. La dirección confía en que estas medidas permitan sentar las bases para un crecimiento rentable y sostenible a largo plazo.