Jueves 18 de Diciembre de 2025
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Este jueves, 18 de diciembre, un grupo de viticultores de la Gironda se ha concentrado frente a la Cité du Vin en Burdeos. La protesta, convocada por los Jeunes Agriculteurs de Gironde (JA33), ha tenido lugar a las 17 horas y ha sido presentada como unas “exequias de la agricultura francesa”. El motivo principal es la organización, esa misma tarde, de una cata de vinos ucranianos en el museo, lo que los manifestantes consideran una falta de sensibilidad hacia la situación que atraviesa el sector vitivinícola local.
El comunicado difundido por JA33 explica que la acción se realiza en apoyo a las movilizaciones que tienen lugar este mismo día en Bruselas y en otras zonas del país. Los agricultores protestan contra el acuerdo comercial con Mercosur y la gestión de la crisis sanitaria provocada por la Dermatose Nodulaire Contagieuse (DNC). Según los organizadores, la promoción de vinos extranjeros en un territorio que sufre graves problemas económicos supone “un verdadero desprecio” hacia los viticultores locales, que denuncian precios bajos y ayudas insuficientes para afrontar la crisis.
La protesta de este jueves sigue a otra acción similar llevada a cabo por la Coordination Rurale de Gironde (CR33) durante la noche del 11 al 12 de diciembre, cuando se vertió una carga de residuos agrícolas frente a la Cité du Vin. Ambas organizaciones critican que el plan nacional para arrancar viñedos, dotado con 130 millones de euros, resulta insuficiente. Además, consideran que las ayudas europeas para destilación de vino, actualmente en discusión en Bruselas y estimadas entre 30 y 40 millones de euros, no cubren las necesidades del sector, que reclama el doble.
El Consejo Interprofesional del Vino de Burdeos (CIVB) también ha abordado el asunto en su última asamblea general. Su presidente, Bernard Farges, recibió este lunes 15 de diciembre a representantes de CR33 que acudieron con otra carga simbólica. Farges lamentó estas acciones y recordó que la Cité du Vin recibe cada año unos 400.000 visitantes interesados en el vino. Explicó que el museo no se limita al vino local porque su modelo jurídico y financiero exige una visión más amplia. Sin embargo, subrayó que entre el 80% y el 90% de los vinos presentados y degustados allí son bordeleses.
Farges confirmó que habrá una presentación dedicada a los vinos ucranianos antes de fin de año. Argumentó que abrirse a otros países es necesario para mantener el interés del público y promover la cultura del vino en general. Añadió que los turistas que visitan Burdeos suelen estar bien informados sobre el producto local. Jean-Marie Garde, presidente de la Federación de Grandes Vinos de Borgoña (FGVB), apoyó esta visión y señaló que limitarse solo a los vinos regionales puede reducir el atractivo turístico. Puso como ejemplo las ciudades del vino en Borgoña, donde solo se presentan vinos locales y no logran atraer tanto público como Burdeos.
La Cité du Vin está gestionada por la Fundación para la Cultura y las Civilizaciones del Vino. Desde esta entidad explican que su misión es difundir y compartir el patrimonio universal del vino con el mayor número posible de personas. El museo presenta el vino como parte del patrimonio cultural mundial e incluye referencias a viñedos internacionales en sus actividades culturales. Según sus responsables, esto convierte al museo en un caso único: es el único centro dedicado al vino en todo el mundo que no se limita a los productos regionales.
A pesar de esta apertura internacional, desde la Cité du Vin insisten en que los vinos bordeleses ocupan un lugar preferente dentro del museo. Dos módulos completos de su exposición permanente están dedicados exclusivamente a Burdeos y su viñedo. Más de la mitad de las botellas abiertas para degustaciones anuales proceden también de esta región: unas 25.000 botellas al año entre las actividades del Belvedere y los talleres temáticos. Cada año se organizan más de 600 talleres donde siempre figura al menos un vino bordelés; uno de ellos, “Bordeaux 360°”, trata exclusivamente sobre el terruño local y se celebra más de 250 veces al año con unos 6.200 participantes.
De cara al décimo aniversario del museo, abierto desde 2016, está prevista para el próximo mes de abril la reapertura del recorrido sensorial Via Sensoria, dedicado íntegramente a Burdeos e incluyendo cuatro degustaciones centradas en esta región.
La protesta pone sobre la mesa las tensiones existentes entre quienes defienden una mayor protección para los productores locales y quienes apuestan por una visión más abierta e internacional para atraer visitantes e impulsar la cultura vitivinícola. Mientras tanto, los viticultores siguen reclamando medidas más eficaces para afrontar sus problemas económicos actuales.
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