Variedad en estado puro, vinos que quedan en el recuerdo

Los vinos de la D.O Binissalem vuelven cada vez más su mirada a las uvas autóctonas para producir monovarietales de fuerte personalidad

Carmen Fernández

Jueves 10 de Julio de 2014

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Carácter y variedad. La tierra que da la vida a los vinos de la D.O Binissalem está anclada a este cultivo desde la época romana y al ADN de sus habitantes. Por su climatología, características del suelo y configuración del terreno, el cultivo de la vid ha estado inevitablemente vinculado a la economía de los municipios de Santa María del Camí, Consell, Binissalem, Santa Eugenia y Sancelles, territorios que conforman la actual Denominación de Origen. La vid y el vino han estado vinculados así al pasado más esplendoroso de la comarca pero sus viticultores quieren que también sea el futuro. Por ello en 1990 se aprobaba la creación de la D.O Binissalem con el objetivo de redescubrir al mundo los vinos de Binissalem. Y el trabajo desarrollado por esta pequeña denominación de origen ha sido ingente.

Las 14 bodegas y 500 viticultores que conforman esta denominación de origen, que en la pasada cosecha vendimió algo más de tres toneladas de uva, están inmersas en la creación de vinos que mantengan el equilibrio entre la tradición y la modernización en las conducciones y en los métodos de elaboración. También se han incorporado variedades foráneas como la Syrah, Cabernet Sauvignon o Tempranillo, que ya están completamente adaptadas, para conseguir elaborar vinos que encajen en la demanda del mercado. De hecho muchos de los vinos amparados por la D.O Binissalem están elaborados con coupages de variedades autóctonas y foráneas ya que las uvas propias de esta tierra presentan aún bastantes problemas en cuanto a producción y vinificación.

Sin embargo son cada vez más los viticultores y bodegas que apuestan por sus variedades autóctonas, algunas de ellas en proceso de recuperación. Una apuesta que se traduce en la elaboración de vinos diferentes, originales. Vinos que quedan en el recuerdo. Así, el Callet y el Manto Negro, en el caso de las variedades tintas, y el Moll o Premsal Blanc en el de las blancas dan lugar a vinos cada vez más pulidos y afinados, mejor elaborados y que destacan por sus notas frescas y equilibrados. Y sin bien al principio los vinos de estas tierras eran en su mayoría coupages, encontramos cada vez más monovarietales de Manto Negro o de Premsal, como el Supernova de Ca'n Verdura. Elaboraciones que están ganando terreno con vinos tan sugerentes como el Encobeït del Celler Sebastiá Pastor, elaborado 100% con viñedos viejos de Mantonegro para conseguir un vino expresivo, con una nariz persistente, sensaciones minerales y frutas muy maduras que no deja indiferente. En esta línea también encontramos el Ses Nines, del Celler Tianna Negre, perfecta conjugación de una modernista bodega que apuesta firmemente por la recuperación de las variedades autóctonas, con viñedos de más de 35 años de Mantonegro y con sus trabajos de recuperación del Giró Ros, una variedad casi extinta.

Trabajo e ilusión para obtener elaboraciones mimadas en las que la modernización no ha hecho perder de vista los cuidados adecuados del terreno, sin los que sería imposible obtener la uva en su punto de maduración y equilibrio adecuados. De hecho algunas de las bodegas han apostado fuertemente por una viticultura ecológica, respetuosa con la tradición y con la normativa que establece el Consell Balear de la Producción Ecológica, como es el caso de la de Antonio Nadal o la de Jose Luis Ferrer, que también elabora espumosos, vinos dulces y ecológicos.

Wine Days

Precisamente este respecto por el producto es lo que les ha hecho a viticultores y bodegas volver la vista hacia el enoturismo, como un nuevo motor económico especialmente adecuado para impulsar la visita al interior de la isla. Y en este sentido se enmarca los Wine Days, que se impulsaron por vez primera el pasado mes de mayo para ofrecer durante nueve días experiencias con las que sumergir al visitante en las tradiciones, la historia y el legado riquísimo que ofrece Mallorca. Pasear por el empedrado de Binissalem, recorrer sus bodegas y ver la conducción de sus viñas, descubrir su sabrosa gastronomía, con sus sopas, frit mallorquín y, por supuesto, sus aceites, almendras y sabrosas y picantes butifarras son algunas de las propuestas concebidas para el visitante. "Wine Days nace porque tenemos un vino muy bueno, reconocido ya internacionalmente, y creemos que tiene ya una fuerza suficiente para tirar de un proyecto que no sería posible si no mantenemos una altísima calidad en este producto", explica la presidenta del Consejo Regulador, Lourdes Picó. "El apoyo que hemos tenido en todos los municipios implicados, junto con los bodegueros, viticultores y tejido empresarial de la comarca ha sido total", decía. Todos se han implicado en Wine Days para elaborar un proyecto completo con el que presentar una propuesta atractiva para el visitante y con el que asegurar el futuro de esta comarca en donde el vino es algo más que un sector económico. Es historia, cultura, una forma de vivir y un sentimiento.

Carmen Fernández
Licenciada en CC de la Información y especializada en enogastronomía y turismo
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