¡La vida es bella y el vino es para viejos!

¿Los mayores de 50 años consumen vino porque es un producto que va con la edad o porque se trata de una generación acostumbrada a su consumo?

Rodolfo Castro Galiana

Jueves 04 de Abril de 2013

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En un diario de Madrid se publicó un publirreportaje el pasado 15 de marzo sobre un producto llamado “La vida es bella”, que comercializa la agencia de viajes de El Corte Inglés, y que consiste en adquirir un obsequio para que lo disfrute otra persona.

Bajo el titular “10 experiencias para 10 padres de edades diferentes” se indicaba, en víspera del Día del Padre, que ahora lo que está de moda es regalar momentos de ocio, de bienestar, de alegría: todo para sorprender. En ese publirreportaje se dividían los tipos de regalos por tramos de edades de progenitores.

Para los padres que rondan la treintena se recomienda la conducción extrema en avioneta o en motocicletas y automóviles de gran cilindrada, en circuito. Para los padres de entre 30 y 40 años se dedica el paquete adrenalina extrema, en versión parapente y windsurf. A los padres de entre 40 y 50 años se les oferta cuidarse por dentro y por fuera: tratamiento facial, relax y gastronomía.

Para los padres maduros, de más de 50 años, se recomienda hacer algo en compañía, por ejemplo, visitar una bodega o hacer turismo rural, y, a los de más de 60, que según el publirreportaje tienen más tiempo libre, se les ofrece alojamientos en paradores o escapadas enológicas.

De la lectura del publirreportaje se deduce que las bodegas y las Denominaciones de Origen tienen que resolver una pregunta que está latente en el escrito: ¿Los mayores de 50 años consumen vino porque es un producto que va con la edad o porque se trata de una generación acostumbrada a su consumo?

Permaneceremos atentos a la respuesta, pero, mientras llega, el sector haría bien en luchar contra el derrotismo, contra la mala comunicación y contra la creencia de que para disfrutar de un buen vino hay que saber y, además, pagar un alto precio y, además, tener cierta edad.

Es urgente lograr alguna victoria, porque no hay cosa que aturda más que la derrota certificada. Por eso fue tan trascendente que el emperador Hirohito se dirigiera por radio a su pueblo y que se publicara su foto junto al general MacArthur, en 1945, para dejar patente algo que todo el mundo sabía: que Japón había sido vencida en la II Guerra Mundial.

En Castro Galiana nos preguntamos cuándo hablaremos de edades, sólo en referencia a las añadas de los vinos.

Rodolfo Castro Galiana

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