Dos fincas, una misma alma: Casa Sala y La Freixeneda de la familia Ferrer, tradición y innovación en el Penedès

Casa Sala encarna la tradición y la historia del cava catalán escrita en pupitres, corchos y botellas de largas crianzas. La Freixeneda es su contrapunto: contemporánea, exploratoria e innovadora.

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Sábado 05 de Julio de 2025

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A lo largo de generaciones, la familia Ferrer ha mantenido un vínculo profundo con sus fincas familiares en el Penedès y un firme compromiso con la elaboración de vinos, combinando métodos tradicionales con la experimentación. Este legado se manifiesta en dos proyectos personales del actual presidente, Pedro Ferrer Noguer, con identidad propia: Casa Sala, donde se producen espumosos de altísima gama mediante métodos tradicionales, y La Freixeneda, dedicada a vinos tranquilos con un enfoque innovador y experimental. Ambas bodegas forman parte de Ferrer Wines, un proyecto gestionado por la familia Ferrer, donde tradición e innovación conviven en armonía.

Casa Sala

La historia de Casa Sala se remonta a Sant Sadurní d'Anoia en el siglo XIX y hoy se ha convertido en una bodega-museo y centro de producción artesanal de espumosos de larga crianza.

Aquí se elaboran tres etiquetas icónicas de Cava Brut Nature: Can Sala (con 144 meses de crianza), Vinyes de Can Sala (con 120 meses de crianza) y Vinyes de Can Sala Rosé (con 36 meses de crianza). El Can Sala se estrenó en el mercado con la añada de 2004 y se produce exclusivamente en añadas excepcionales, utilizando las variedades autóctonas Parellada y Xarel·lo, recolectadas a mano de viñedos con más de 60 años de edad. El cupaje es variado en cada añada; sin embargo, suele repartirse en partes iguales entre las dos variedades. Solo se producen unas 12.000 botellas y 300 magnums anuales de este icónico cava. Todo el proceso se realiza de forma manual, desde la vendimia hasta el degüelle.

Las uvas se cosechan a mano y se seleccionan minuciosamente. Se trasladan a la bodega en pequeñas cajas. En 2017, Can Sala fue distinguido como Cava de Paraje Calificado, una categoría que reconoce a aquellos cavas elaborados en parajes con condiciones edafológicas y microclimáticas únicas y que se someten a, al menos, 36 meses de crianza. Esta distinción subraya la singularidad del terroir de Can Sala y el compromiso de la bodega con la excelencia. En Can Sala se trabaja por gravedad y la elaboración solo se diferencia de la de hace un siglo en la introducción del frío controlado para las fermentaciones en unos depósitos de acero inoxidable móviles. Incluso se sigue utilizando una antigua prensa Coquard de madera de 1900, que provino de la Champaña y que adquirió Juan Sala Tubella, abuelo materno de Josep Ferrer.

El corcho natural se mantiene como tapón incluso durante la crianza, en lugar del clásico tapón corona, buscando mayor hermetismo y preservación del carácter del vino. La bodega guarda auténticas joyas: mantiene un stock limitado de botellas destinadas a coleccionistas y ocasiones muy especiales y botellas de 2004, 2005, 2008, añada esta última premiada como mejor espumoso del mundo por The Drinks Business.

Además de ese premio, el Can Sala ha conseguido muchos otros: se ha situado entre los 10 Best Sparkling Wines de Effervescents du Monde 2014, ha conseguido medallas de oro en el Mundus Vini 2012 de Neustadt (Alemania), en el Concurso Internacional Cinve 2014 de Valladolid y en el Bacchus 2015 de Madrid. Por último, el pasado 6 de febrero, en el marco de la feria Barcelona Wine Week, la Associació Vinícola Catalana (AVC) presentó la segunda edición del Catalan Wines Special Report 2025 y, en el marco del evento, se galardonaron los mejores cavas de Cataluña por Tom Hewson: el Can Sala 2013 ganó el premio como Mejor Cava.

El Can Sala 2013 es un cava extraordinario, con burbujas finísimas, complejo y con aromas de fruta fresca y levadura. En boca es fresco, con notas de bollería, una concentración equilibrada y una acidez muy agradable.

La Freixeneda

A 40 kilómetros hacia el interior, en Sant Quintí de Mediona, se encuentra La Freixeneda, una finca que data al menos del siglo XVII. Documentos de 1616 confirman la presencia de los primeros Ferrer como administradores de estas tierras, encargados por el Señor del Castillo de Mediona de gestionar cultivos y cobrar tributos. Ese vínculo histórico convirtió a La Freixeneda en una propiedad estratégica para la familia. La casa, rodeada de fresnos, dio nombre al apodo familiar "el Freixenet", que luego Pere Ferrer Bosch transformaría en marca registrada. Pero no fue hasta principios de los años 2000 que la finca regresó formalmente al patrimonio de la familia, cuando Josep Ferrer la adquirió a sus primos para completar el círculo de herencia materna y paterna. Igual que Can Sala, la finca La Freixeneda es una bodega-museo, ya que la bodega se construyó con criterios arquitectónicos respetuosos con la masía original, integrando espacios modernos de elaboración y zonas de degustación con vistas al viñedo.

A diferencia de Casa Sala, La Freixeneda no produce cava. En cambio, se ha especializado en vinos tranquilos elaborados con métodos poco convencionales, de producción muy limitada y gran valor expresivo. Aquí nacen vinos con uvas deshidratadas de estilo Valpolicella y vinos con fermentación en depósito de granito. El uso de granito es muy peculiar y hay pocas bodegas que usen depósitos de este material en España: la Familia Torres, en la bodega gallega Torre Penelas, ubicada en el municipio de Portas (Pontevedra), en el Valle de Salnés, con el vino "Blanco Granito" procedente de Albariño; también en Rías Baixas, la Bodega Santiago Roma con el vino de Albariño "Pedranai"; y, por último, el viticultor, enólogo y profesor de enología de la Universidad de La Rioja, Juan Carlos Sancha, con el vino de Garnacha de cepas centenarias llamado "Peña el Gato Granito".

El granito es un material neutro, poco poroso y de microoxigenación lenta, capaz de potenciar los aromas varietales y proporcionar textura sin interferencias. Además, las condiciones climáticas de la finca —mayor altitud, menor temperatura, brisa constante— permiten una acidez natural más marcada, ideal para vinos de guarda.

Los vinos de La Freixeneda forman parte de la Denominación de Origen Cataluña, que admite más libertad técnica y ha permitido experimentar con crianzas alternativas, uvas no autorizadas en la DO Penedès y técnicas como la congelación selectiva de la uva. Esto posiciona a la finca como un laboratorio enológico, donde la creatividad convive con el respeto al origen. Los depósitos de fermentación de acero inoxidable, por ejemplo, integran en la parte superior una prensa para que el mosto fluya directamente al depósito.

Entre los vinos, el Gloria Noguer es el vino monovarietal de Garnacha que se somete a crianza en depósito de granito. El resultado es un vino fresco que resalta de forma extraordinaria la fruta y los aromas varietales, con taninos muy suaves. Una verdadera joya vitivinícola.

El vino Josep Ferrer, que lleva su nombre por ser el primer vino diseñado por él, es un vino de estilo entre un Amarone y un vino de hielo, procedente de uvas Cabernet Sauvignon y Garnacha de viñedos de 50 años. La vinificación se realiza con un 60% de la Cabernet deshidratada y la Garnacha congelada con granos enteros. El vino se somete a 4 años de crianza en barrica de roble esloveno de 1.200 litros. El tapón no es de corcho, sino de cristal, con distintas ventajas, entre ellas la extrema estabilidad del vino una vez embotellado, por ser el tapón hermético y evitar así el envejecimiento adicional del vino. La producción es de unas 6.000 botellas.

Por último, Ferrer Wines elabora una trilogía de monovarietales de pinot noir, xarel·lo y macabeo. Sus nombres y etiquetas están inspirados en las ilustraciones que hizo Gustave Doré para La Divina Comedia de Dante.

  • El Costers de L'Ànima, procedente de pinot noir, se somete a crianza en barrica nueva de roble francés de 1.000 litros durante 12 meses.
  • El Camí de Sagraments, procede de xarel·lo, con fermentación en acero inoxidable con sus lías y luego crianza en ánforas de arcilla durante 12 meses.
  • El Cau dels Penitents, procede de macabeo, con fermentación y crianza en barrica de acacia de 500 litros.

https://ferrerwines.com/

Un artículo de Maurizio Limiti
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