¿Por qué todo el mundo habla del vermut?

El vermut, a menudo relegado a un segundo plano en el mundo de las bebidas, está experimentando un resurgimiento que lo posiciona como el puente perfecto entre el vino y los cócteles. Este vino fortificado y aromatizado ha capturado la atención de expertos y aficionados de todo el planeta, quienes ven en él una versatilidad que lo hace ideal tanto para tomar solo como para mezclar en cócteles.

El vermut es una bebida histórica que combina vino con una infusión de hierbas y especias, donde la artemisia, conocida como ajenjo, es un ingrediente clave. Su nombre, de hecho, proviene del término alemán wermut, que significa ajenjo. Aunque su origen se remonta a la antigüedad, con registros de vinos fortificados y aromatizados desde China hasta Grecia, la versión moderna del vermut comenzó en el siglo XVIII en Turín, Italia, gracias a Antonio Benedetto Carpano. Su vermut dulce, elaborado con vino Moscato, fue tan popular que marcó el inicio de la producción comercial de este tipo de bebida en toda la región.

A lo largo del tiempo, el vermut se ha diversificado en varias categorías. Las principales son el vermut dulce y el seco, aunque también existen variantes como el blanco, rosado, ámbar y las versiones amargas como el chinato. Cada estilo tiene su propia personalidad, desde el robusto y amargo vermut dulce italiano hasta el más suave y frutal vermut español, elaborado a menudo con vinos de Jerez.

Hoy en día, la producción de vermut ha traspasado las tradicionales fronteras italianas y francesas, y se elabora con éxito en países como España, Estados Unidos, Australia y Japón. Cada región aporta su propio toque local, incorporando botánicos autóctonos y métodos de vinificación que reflejan el terroir de la zona. En España, por ejemplo, es común encontrar vermuts que utilizan vinos de Jerez, lo que les aporta un carácter único y reconocible. En Japón, se producen vermuts con base de sake y botánicos locales como el yuzu, lo que demuestra la capacidad del vermut para adaptarse y evolucionar según las tradiciones locales.

Una de las razones por las que el vermut está ganando popularidad es su capacidad para ser consumido de diversas maneras. Puede tomarse solo, con hielo y una rodaja de naranja o limón, o bien como ingrediente principal en una amplia gama de cócteles. Los clásicos como el Manhattan, el Martini o el Negroni encuentran en el vermut un complemento perfecto, elevando sus sabores y complejidad. Incluso cócteles menos conocidos como el Boulevardier o el Adonis dependen del vermut para su equilibrio y sabor distintivo.

La calidad del vermut ha mejorado notablemente en los últimos años, con productores que se esmeran en revivir recetas históricas o innovar con nuevas combinaciones de botánicos y vinos de alta calidad. Este esfuerzo ha dado como resultado vermuts que no solo son excelentes para mezclar, sino también para disfrutar solos. La clave, según los expertos, está en seleccionar vermuts de buena calidad, almacenarlos adecuadamente (preferiblemente en el frigorífico una vez abiertos) y experimentar con diferentes estilos y proporciones al mezclar cócteles.

La tradición de la hora del vermut, especialmente en España, ha contribuido a revitalizar esta bebida. Lo que solía ser una costumbre de fin de semana se ha convertido en una práctica diaria, donde amigos y familiares se reúnen para disfrutar de vermut acompañado de tapas y una buena conversación. Este ritual, que ha perdurado a lo largo de los siglos, es un testimonio del poder del vermut para reunir a las personas.

Así las cosas, el vermut es más que un simple ingrediente de cóctel. Es una bebida rica en historia, versátil en su uso y cada vez más apreciada tanto por expertos como por novatos. Con una amplia gama de estilos y sabores para explorar, el vermut está destinado a ocupar un lugar destacado en las barras de todo el mundo. Ya sea que se disfrute solo o en un cóctel cuidadosamente elaborado, el vermut ofrece una experiencia de sabor que conecta lo mejor del mundo del vino con la creatividad de la mixología.