El costo emocional y económico del título Master of Wine ¿merece la pena?

El duro camino al título más prestigioso del mundo del vino

Lunes 15 de Enero de 2024

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El mundo del vino ofrece un amplio abanico de retos y oportunidades para aquellos que buscan sobresalir en este campo. Uno de los desafíos más formidables es el de alcanzar el título de Master of Wine (MW), considerado como el máximo reconocimiento en el ámbito vitivinícola a nivel internacional. Este título no solo representa un logro excepcional en términos de conocimiento y habilidad, sino que también simboliza una dedicación y pasión extraordinarias por el vino. La ruta hacia la obtención de este prestigioso título es una que exige un compromiso absoluto, comparable al de un atleta de élite en su preparación para los Juegos Olímpicos.

Ricardo Herrera, uno de los aspirantes a alcanzar este reconocimiento, participó recientemente en un intensivo "Bootcamp para Masters of Wine" celebrado en Barcelona. Este evento marca el inicio de una etapa crítica en la preparación para el examen que se llevará a cabo en Londres el próximo mes de junio. Durante tres días, Herrera y otros once candidatos se sumergieron en un riguroso entrenamiento de cata a ciegas, supervisados por Álvaro Ribalta MW, en las instalaciones de Wine is Social. La tarea no era menor: cataron más de 150 vinos de diversas partes del mundo, incluyendo variedades como Chardonnay, Cabernet, Syrah, Merlot, Semillón, Sauvignon y Garnacha, procedentes de países como Francia, Estados Unidos, Italia,

Este proceso no solo representaba una oportunidad para afianzar sus habilidades sensoriales, sino también para familiarizarse con el formato del examen y aprender a manejar la presión del tiempo limitado.

El examen de Master of Wine es una prueba de resistencia tanto mental como física. Durante cuatro días, los aspirantes deben demostrar no solo su capacidad para identificar y describir vinos de manera precisa, sino también su profundo entendimiento de variedades, regiones, métodos de elaboración, y aspectos culturales y comerciales del vino. Las sesiones matutinas están dedicadas a la cata a ciegas de 12 vinos, mientras que las tardes se reservan para exámenes teóricos que abarcan temas como viticultura, enología, control de calidad y legislación vitivinícola.

El camino hacia el MW implica un sacrificio personal y profesional considerable. Herrera, quien se presenta por segunda vez al examen, refleja esta realidad con claridad. Más allá del desafío intelectual y sensorial, en la preparación se invierten años de estudio y práctica diaria, equilibrando sus vidas profesionales y personales con un exigente régimen de formación. El costo emocional y económico es significativo, con inversiones que pueden superar los 35.000 euros, sin garantía de éxito. Este proceso implica un sacrificio personal considerable, que puede llegar a afectar relaciones familiares y personales, como reconoce el propio Herrera.

El examen, una prueba de fuego

El examen de Master of Wine, que se celebra en Londres, es un verdadero desafío intelectual y sensorial. Durante cuatro días, los candidatos se someten a una serie de catas a ciegas y pruebas teóricas que abarcan aspectos tan diversos como viticultura, enología, control de calidad y legislación. Cada día, deben identificar y analizar 12 vinos diferentes, poniendo a prueba no solo su paladar, sino también su capacidad para argumentar y justificar sus conclusiones.

El papel de Wine is Social en este proceso formativo es clave. Esta entidad, que desde su fundación en 2013 se ha enfocado en promover el amor y el conocimiento del vino, proporciona un entorno ideal para la preparación de los futuros MW. Además de organizar eventos como el reciente bootcamp en Barcelona, Wine is Social ofrece apoyo continuo a los aspirantes, facilitando recursos, formación y un espacio para la práctica y el intercambio de conocimientos. Esta labor no solo refuerza la preparación individual de los candidatos, sino que también contribuye al fortalecimiento de la cultura vinícola en general.

En España, donde solo ocho profesionales han alcanzado la distinción de Master of Wine hasta la fecha, la presencia de más titulados MW podría significar un impulso considerable para el sector. Según Álvaro Ribalta, tener más MW en España no solo eleva el prestigio del vino español a nivel internacional, sino que también fomenta una mayor comprensión y aprecio por la enología entre consumidores y profesionales del sector.

A pesar de los desafíos, la pasión por el vino sigue siendo la principal motivación para los aspirantes a MW. Como explica Ricardo Herrera, la búsqueda del título es un viaje personal de descubrimiento y superación. Aunque el camino hacia el Master of Wine está plagado de obstáculos y sacrificios, para estos apasionados del vino, alcanzar este nivel de maestría representa el cumplimiento de un sueño y la afirmación de su amor por el vino.

La preparación para ser Master of Wine es, sin duda, una empresa ardua que demanda una dedicación excepcional y un compromiso inquebrantable. Sin embargo, para aquellos que se embarcan en este viaje, la recompensa va más allá del reconocimiento profesional; es un testimonio de su pasión por el vino y su deseo de profundizar y compartir su conocimiento sobre este fascinante mundo.

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