El frío es beneficioso para la vid

Cómo el clima gélido favorece a los viñedos

Lunes 25 de Diciembre de 2023

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Varias regiones de España, como Ribera del Duero, se encuentra actualmente inmersa en los rigores del invierno, una estación que juega un papel fundamental en el ciclo de vida de la vid. Con la llegada de las primeras escarchas, heladas y nieblas, surge la interrogante sobre cómo estas condiciones climáticas afectan a los viñedos de esta zona. Las experiencias acumuladas y los conocimientos técnicos en viticultura ofrecen una visión esclarecedora y mayoritariamente positiva sobre este fenómeno.

Los expertos en viticultura afirman que, en general, el frío invernal es beneficioso para las vides. Las bajas temperaturas ayudan a frenar el avance de enfermedades y patógenos, así como a eliminar insectos perjudiciales para las plantas. Esta fase de frío se considera esencial, siempre y cuando no se alcancen temperaturas extremadamente bajas, específicamente por debajo de los -10 grados centígrados, ya que podrían provocar daños irreparables en el viñedo.

Aunque las vides en general pueden soportar bien el frío, las plantas jóvenes son más susceptibles a temperaturas inferiores a -7 grados centígrados. Por otro lado, las vides maduras tienen una capacidad de resistencia mayor, lo que les permite soportar incluso temperaturas más bajas sin sufrir daños significativos.

Desde la perspectiva de manejo del viñedo, se subraya la importancia de evitar la poda durante los períodos más fríos. Las plantas, durante su estado de dormancia invernal, son menos susceptibles a los daños causados por el frío. Sin embargo, después de la poda, las vides se vuelven más vulnerables a las heladas. Por esta razón, muchos viticultores optan por retrasar la poda hasta que las condiciones sean más favorables, generalmente no antes de mediados de enero. Esta práctica no solo minimiza el riesgo de daños por heladas tempranas, sino que también contribuye a una mejor preparación de las vides para el ciclo de crecimiento venidero.

En lo que respecta al mantenimiento del viñedo durante el invierno, es fundamental realizar labores que vayan más allá de la poda. Estas actividades son clave para determinar la estructura futura de la planta y la cantidad de uva que se espera cosechar. Los expertos defienden que un invierno prolongado y frío es beneficioso, ya que retrasa la brotación de la vid y reduce el riesgo de daños por heladas tardías.

En definitiva, el invierno no es un adversario, sino un aliado esencial para el desarrollo saludable de sus viñedos. El conocimiento y la experiencia de los viticultores se traducen en una gestión eficaz y adaptada al clima, lo cual es fundamental para garantizar la calidad de los vinos que se producen.

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