Pericles y la venta de vino

Enumerar cómo encarar la situación es muy fácil. Ponerse manos a la obra es lo difícil.

Escrito por

Lunes 21 de Octubre de 2024

Compártelo

Leído › 1608 veces

Pericles convenció a sus electores de que debían sostener una guerra de resistencia contra las hordas invasoras de los de la Liga del Peloponeso, confiado en sus inexpugnables murallas hasta el Pireo, y en la superioridad de su flota. Perdieron, y el mundo no ha sido igual desde entonces. Las guerras son donde se masacran muchos que no se conocen, siguiendo los designios de unos pocos que se conocen muy bien. Siempre es una cuestión de ideas, y la estrategia de "aguantar y resistir hasta que escampe" suele ser desacertada en la batalla aunque no lo vea el más preclaro. Tal y como ocurrió con Pericles. Esto es así en cualquier guerra. También en la guerra comercial

El mundo que habitamos hoy 2.450 años después de la Guerra del Peloponeso, está cambiando de forma vertiginosa llenándonos de incertidumbres y temores. No es el momento de reflexionar por qué, ni de las implicaciones que tiene sobre nuestra forma de vida. El hecho es que el mundo ya no es igual que cuando empezamos a leer estas líneas. El mundo del comercio del vino tampoco

¿Cómo sobrevivir y vender vino en este mercado global, cambiante, impredecible, de casi competencia perfecta?

Comencemos por lo que, modestamente, creo que no es una buena idea para salir de la vorágine de este "océano rojo" del que hablan Kim y Mauborgne, donde se ahogan hoy productores y comercializadoras en una guerra comercial suicida sin fin: bajar los precios, hacer promociones, abaratar la calidad, regalar abrebotellas, copas, decantadores o décimos de lotería, imprimir cartas al restaurante, alargar plazos de pago, insistir, regalar nuestro vino... Nuestro vino es una excelencia maravillosa real, en botella; lo otro son ideas, equivocadas

Enumerar cómo encarar la situación es muy fácil. Ponerse manos a la obra es lo difícil. Así que, siendo muy cómoda la posición de quien escribe, prosigamos por lo que, modestamente, creo que es buena idea hacer: trabajar, pensar, e innovar. Fácil de decir

Trabajar: dedicación, vocación, formación continuada, generosidad en el esfuerzo... en definitiva, trabajar en libertad

Pensar: reflexión, conocimiento, aprovechamiento de nuestro intelecto... el cerebro humano lo hemos desarrollado durante cientos de miles de años con un solo objetivo: sobrevivir. Parece que lo ha hecho bien hasta hoy. Siempre se ha tratado de encarar la carestía, la pobreza, el hambre, el frío, la enfermedad, la guerra, los tiranos... Aquí estamos hablando ahora de vender vino; satisfactorio, desafiante

Innovar: porque hoy lo esencial es el vector por el que llegamos al consumidor y la tecnología pone infinitos canales nuevos cada día a nuestra disposición entre los que elegir

Todo esto requiere ser capaces de asumir distintos tipos de riesgos y creo que eso no está a disposición de nuestra voluntad. Por eso quizá, la estrategia de "aguantar y resistir hasta que escampe" puede ser frecuente aunque sea desacertada; como pasó con Pericles.

Un artículo de CODIPRAL©
¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 1608 veces