El vino sin alcohol no es mosto

Algunas personas, probablemente desinformadas, insisten en redes en decir que el vino sin alcohol es lo mismo que el mosto, y no tienen nada, nada, que ver.

En mi opinión, el malentendido entre el "mosto" y "vino sin alcohol" es una confusión frecuente que responde tanto a una falta de conocimiento técnico como a una simplificación mental.

El mosto es el zumo o jugo natural obtenido de la uva. Este líquido es rico en azúcares y no ha sufrido fermentación alcohólica, por lo que no contiene alcohol. El mosto tiene un sabor dulce, debido a que los azúcares de la fruta están intactos.

Por otro lado, el vino sin alcohol es un producto en el que sí ha tenido lugar la fermentación, pero que, tras finalizar este proceso, se ha sometido a una técnica de desalcoholización. Dicho método permite reducir o eliminar el contenido de alcohol, manteniendo la estructura y las propiedades organolépticas del vino, en la medida de lo posible. Dicho de otro modo, es un vino al que se le ha eliminado todo el alcohol.

Aunque el proceso exacto de desalcoholización varía —puede realizarse mediante destilación al vacío, ósmosis inversa o técnicas de filtración—, el resultado es un producto con el sabor, los aromas y la textura que recuerdan a un vino, pero sin el efecto en boca del alcohol.

Además, mientras el mosto es un producto con mucho azúcar, el vino sin alcohol está prácticamente libre de azúcar.

He intentado entender la razón por la que algunos llaman erróneamente "mosto" al vino sin alcohol, y creo que puede deberse a que, en ambos casos, se perciben como alternativas suaves en boca y sin contenido alcohólico, y debido a que muchos consumidores no tienen conocimientos sobre este sector, piensan que es lo mismo.

Sin embargo, el vino desalcoholizado se asocia más a la experiencia del vino real, mientras que el mosto es simplemente jugo de uva sin transformar. Esta confusión no solo es una cuestión semántica sino también educativa, y suele corregirse con una mejor comprensión de los procesos de elaboración y la degustación de ambos productos.

Por lo tanto, referirse al vino sin alcohol como "mosto" es incorrecto. Quienes lo hacen probablemente desconocen las complejidades del proceso de desalcoholización y las diferencias fundamentales entre los dos. El mosto nunca ha pasado por una fase de fermentación, mientras que el vino sin alcohol ha sido creado con técnicas específicas para conservar las características de un vino, excluyendo el etanol.