Martes 26 de Agosto de 2025
Leído › 723 veces

Palma, la capital de Mallorca, recibe cada año a miles de visitantes que buscan conocer su historia, su gastronomía y su vida cultural. La ciudad combina el mar Mediterráneo con un casco antiguo lleno de edificios históricos y calles estrechas. Quienes llegan por primera vez encuentran una ciudad que apuesta por el deporte al aire libre, la tradición y la innovación en su cocina, y una agenda cultural muy variada.
Uno de los lugares más visitados es la Catedral de Santa María, conocida como La Seu. Este edificio gótico se reconoce fácilmente en el perfil urbano de Palma. Su rosetón principal, formado por más de mil piezas de vidrio, es uno de los mayores del mundo en este estilo arquitectónico. El baldaquino y el mural cerámico de Miquel Barceló también forman parte del recorrido habitual. Entre mayo y octubre, las terrazas de la catedral abren al público. Subir los más de doscientos escalones permite ver la ciudad y el mar desde una altura poco habitual para los visitantes.
La gastronomía local tiene en la ensaimada uno de sus productos más conocidos. Este dulce, con forma espiral y cubierto de azúcar glas, tiene una historia que se remonta a la comunidad judía mallorquina. En su origen se elaboraba para celebrar el fin de año, aunque con el tiempo se sustituyó el aceite por manteca de cerdo. Actualmente, la ensaimada cuenta con denominación de origen y existen cerca de veinticinco establecimientos certificados en Palma donde se puede probar.
El arte también ocupa un lugar importante en Palma. Joan Miró eligió Mallorca para instalar sus estudios, el Taller Sert y Son Boter, que hoy se conservan tal como los dejó el artista. Ambos espacios están declarados Bienes de Interés Cultural y permiten conocer cómo trabajaba Miró. Este año, varias instituciones culturales como La Llotja, Fundació Miró Mallorca, Es Baluard Museu y Casal Solleric han organizado una exposición conjunta bajo el nombre Paysage Miró. La muestra reúne más de cien obras entre pinturas, esculturas, documentos y objetos personales del artista.
Los mercados municipales son otro punto clave para quienes quieren conocer la vida diaria en Palma. El mercado de Santa Catalina es uno de los más visitados tanto por residentes como por turistas. Se encuentra integrado en su barrio y mantiene puestos tradicionales junto a otros más modernos. Su cercanía a la Lonja hace que sea habitual encontrar pescado fresco, aunque también hay carnicerías y otros productos locales. Los sábados es habitual ver a grupos probando vinos y quesos en un ambiente animado.
Palma ofrece así una combinación de patrimonio histórico, gastronomía tradicional y contemporánea, arte moderno y vida local que permite a cualquier visitante tener una visión amplia de lo que significa esta ciudad mediterránea.
Leído › 723 veces