Bodegas Hnos Pérez Pascuas: 45 años de historia, pasión y legado

Una visión pionera en el corazón de la Ribera del Duero

Escrito porViña Pedrosa

Viernes 04 de Julio de 2025

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"El legado de una vida" no es solo un lema. Es la síntesis de cuatro décadas y media de esfuerzo, de amor por la tierra y de un sueño familiar que nació en Pedrosa de Duero (Burgos) y hoy se proyecta al mundo a través de vinos que son símbolo de identidad, excelencia y permanencia.

Una visión pionera en el corazón de la Ribera del Duero

En 1980, cuando la Denominación de Origen Ribera del Duero ni siquiera existía, los hermanos Pérez Pascuas decidieron apostar por el viñedo como forma de vida. En una época en que muchos arrancaban cepas para plantar cereal, ellos veían en aquellas tierras algo mucho más profundo: la posibilidad de crear grandes vinos con alma.

Todo comenzó con Mauro Pérez, quien legó a sus hijos 17 hectáreas de viñedo en vaso. Sin embargo, su verdadero legado fue intangible: respeto por la tierra, trabajo constante, humildad y compromiso. Con esos valores, los hermanos fundaron Bodegas Hnos. Pérez Pascuas, sentando las bases de un proyecto vitivinícola que ha crecido sin renunciar a su origen.

Hoy, 45 años después, la bodega es una de las grandes referencias de la Ribera del Duero y una de las fundadoras de la D.O. Cuenta con más de 130 hectáreas de viñedo propio —recientemente certificado como ecológico— y una producción anual de 600.000 botellas que viajan a más de 50 países. Todo ello sin perder la esencia familiar y el respeto absoluto por la Tinta del País, variedad con la que elaboran sus tintos de guarda.

Una celebración con historia, arte y emoción

El pasado viernes 20 de junio, la bodega celebró su 45º aniversario con un emotivo acto en sus instalaciones de Pedrosa de Duero. Bajo el lema "El legado de una vida", más de 400 invitados —entre ellos el presidente de la Junta de Castilla y León, D. Alfonso Fernández Mañueco, la Consejera de Agricultura, Dª María González Corral, el arzobispo de Burgos, D. Mario Iceta, el presidente de la Diputación de Burgos, D. Borja Suárez, figuras del mundo del vino y prensa, distribuidores, importadores y amigos de la familia — compartieron una jornada inolvidable.

La celebración incluyó visitas a viñedos y bodega, espectáculos de música y danza, y un homenaje con la presencia de los hermanos fundadores y la segunda generación familiar. El punto culminante fue la presentación de una edición especial: Viña Pedrosa Gran Reserva 2019 "45 Aniversario", una producción limitada de 2.000 botellas nacida de viñas de más de 60 años y envejecida 24 meses en roble francés y americano. La añada, calificada como Excelente, destaca por su equilibrio, frescura y carácter frutal.

Este vino conmemorativo es mucho más que una etiqueta: es una declaración de identidad. Representa todo lo que la bodega ha defendido durante estos 45 años: autenticidad, arraigo y pasión.

El arte como expresión del legado

La celebración también tuvo un espacio para el arte. El escultor burgalés Cristino Díez, profundamente vinculado a la tierra, creó una obra conmemorativa que dialoga simbólicamente con el vino desde el concepto de permanencia. Porque el vino y el arte, como el legado, trascienden el tiempo y hablan de lo esencial.

En ese mismo sentido, la bodega ha querido establecer una conexión emocional con el yacimiento de Atapuerca, símbolo de los orígenes humanos. Una unión intencionada que refuerza la idea de que el verdadero legado nace de aquello que permanece, de lo que emociona y se transmite generación tras generación.

Raíces firmes, mirada al futuro

A lo largo de estos 45 años, la familia Pérez Pascuas ha demostrado que se puede crecer sin perder las raíces. "Fundamos la bodega con la ilusión de quedarnos en nuestro pueblo y vivir de lo que amábamos. Muchos se iban a buscar un futuro fuera, pero nosotros apostamos por quedarnos, por la calidad y por el vino", recuerdan Adolfo y Manuel Pérez Pascuas.

Hoy, esa misma fidelidad a los principios iniciales guía a la segunda generación. Con la sostenibilidad como compromiso, la innovación como herramienta y la tierra como aliada, la bodega mira al futuro sin olvidar de dónde viene.

"Queremos que las próximas generaciones sientan el mismo orgullo que nosotros al mirar atrás. Que el vino siga siendo motivo de encuentro, de celebración y de vida. Porque los verdaderos legados no solo se heredan. Se comparten."

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