La innovación en bebidas alcohólicas disminuye un 20% según informe IWSR

La evolución de los lanzamientos de nuevos productos en el sector de bebidas alcohólicas

Jueves 07 de Noviembre de 2024

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La innovación en el sector de bebidas alcohólicas ha mostrado tener un impacto económico variable dependiendo de la categoría, de acuerdo con los datos recientes de IWSR. La evolución de los lanzamientos de nuevos productos (NPD, por sus siglas en inglés) experimentó un auge durante la pandemia, pero ha registrado una caída constante en los últimos tres años, volviendo a niveles similares a los de 2018. La cantidad total de innovaciones lanzadas en 2023 fue un 20% inferior al pico de 2020.

IWSR destaca que el ritmo y la naturaleza de la innovación difieren notablemente entre las categorías de bebidas, lo que también impacta los ingresos generados. Por ejemplo, el sector de los destilados es el más activo en cuanto a lanzamientos, con más de la mitad de todas las innovaciones de productos alcohólicos en 2023. En contraste, el ritmo de innovación en la categoría de la cerveza es significativamente más bajo, representando menos del 10% de los lanzamientos en comparación con los destilados.

En cuanto a la innovación en el sector del vino ha avanzado de manera más lenta y cuidadosa que en otras bebidas alcohólicas, como los destilados. Durante la pandemia, hubo un auge en lanzamientos de nuevos productos, pero el ritmo ha disminuido desde entonces, volviendo a niveles de 2018. El vino, con un perfil de consumidor que valora la tradición sufre más ante los cambios rápidos. Sin embargo, sí hay avances en sostenibilidad, como los vinos orgánicos y bajos en alcohol. Las bodegas de vino son empresas altamente especializadas en buscar un equilibrio entre la tradición y atraer a jóvenes consumidores, adaptándose a nuevas tendencias sin comprometer su esencia y calidad.

Según Luke Tegner, Director de Consultoría en IWSR, las diferencias en la frecuencia de innovación entre categorías como la cerveza y los destilados se deben a los distintos modelos económicos de estas industrias. La producción cervecera implica altos costes fijos de elaboración y distribución, lo que requiere volúmenes muy elevados para obtener un rendimiento aceptable de cada innovación. Las grandes cerveceras suelen lanzar pocos productos nuevos, pero en volúmenes considerables, y han conseguido generar el mayor valor total a partir de un número reducido de lanzamientos de gran éxito a lo largo de la última década.

El impacto inicial de las innovaciones en sectores consolidados como la cerveza tiende a ser moderado, contribuyendo a menos del 5% del valor total de ventas al por menor en un año, pero generando beneficios sostenidos a largo plazo. En cambio, los destilados, liderados por categorías como el whisky escocés, presentan un ritmo mucho más alto de innovación. En los últimos diez años, el whisky escocés ha sido especialmente activo, impulsando nuevas expresiones y atrayendo a consumidores ya comprometidos, particularmente en el sector de las ventas al por menor en viajes. También se ha observado una notable actividad en el whisky estadounidense, con un enfoque en las innovaciones de sabor.

El tequila es otra categoría que ha capitalizado las nuevas tendencias, experimentando con sabores y acabados de barrica no tradicionales como cristalino o barriles de roble francés. El gin, que anteriormente dominaba el mercado con innovaciones, ha reducido su ritmo a medida que la categoría ha perdido parte de su popularidad. Por su parte, el vodka continúa experimentando con sabores nuevos, aunque estas innovaciones suelen ser transitorias, ya que reemplazan variantes más antiguas sin necesariamente ampliar la categoría.

El valor que generan las innovaciones también varía según su capacidad para captar la atención inicial del consumidor. Las categorías como las sidras y las bebidas listas para beber (RTDs, por sus siglas en inglés) han mostrado un fuerte impacto inicial. Durante la pandemia, las RTDs alcanzaron un punto en que casi el 20% de su valor anual provenía de nuevos productos. No obstante, el número de lanzamientos de RTDs ha disminuido un 66% desde el máximo de 2021, y las ventas en Estados Unidos se han estancado desde 2022.

Este estancamiento recuerda a la evolución del mercado estadounidense de la cerveza artesanal, que experimentó un crecimiento explosivo seguido por una desaceleración incluso cuando las innovaciones continuaban en aumento. Los expertos señalan que los consumidores valoran la novedad, pero también buscan estabilidad y reconocimiento de marca. Marten Lodewijks, presidente de la división estadounidense de IWSR, advierte que un exceso de innovación sin un enfoque claro puede confundir a los consumidores. Las estrategias deben equilibrar la creación de productos nuevos con el desarrollo de una identidad de marca sólida.

Los problemas económicos actuales también influyen en el comportamiento de los consumidores, quienes, en épocas de incertidumbre, prefieren optar por productos conocidos en lugar de arriesgarse con novedades. Las marcas de RTD, conscientes de esto, mantienen productos clave como puntos de referencia mientras lanzan nuevas variantes de forma incremental. En mercados como Brasil, la falta de innovación llevó a una desaceleración, pero la inversión renovada en productos nuevos en 2023 ayudó a recuperar el impulso.

Los expertos de IWSR recomiendan que las estrategias de innovación sean cuidadosamente planificadas y alineadas con la demanda de los consumidores y de la cadena de suministro. Identifican tres casos principales: categorías que necesitan una innovación constante para impulsar las ventas (como los whiskies de alta gama), aquellas donde las barreras son altas y la competencia es fuerte (RTDs y cerveza), y sectores donde la innovación es menos relevante (como el vino). La clave, según Tegner, es invertir de manera selectiva y enfocada, para asegurar que la innovación aporte valor real y duradero.

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