Roberto Beiro
Lunes 14 de Agosto de 2023
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La industria del vino de Australia, con una historia enriquecida en viticultura y un sinfín de reconocidas regiones vinícolas, sigue siendo una fuerza dominante en el mercado internacional del vino. Así, el país, que nos tiene acostumbrados a fuertes cambios en sus estrategias en comercio internacional en los últimos años, ha experimentado nuevos cambios significativos en el arranque de este año 2023, que merecen un análisis detallado.
Además de los esfuerzos diplomáticos del Gobierno del país por hacer las paces con China, que podrían suponer el fin de los aranceles al vino impuestos por el gigante asiático, tal y como vimos en Vinetur, recientemente el país ha iniciado una nueva estrategia comercial basada en volumen, pero declive en ingresos. Algo de los que sabemos mucho en España y que no nos ha llevado por el buen camino.
Durante los tres primeros meses del 2023, Australia ha exportado un 2,1% más de vino en términos de volumen, lo que suma un total de 145 millones de litros, con datos del OEMV. Esta cifra es especialmente destacable, ya que es la más alta registrada desde 2020. Sin embargo, si comparamos estos números con los primeros trimestres de años anteriores, es evidente que ha habido una disminución sustancial desde el apogeo de las exportaciones de vino australiano.
A pesar del aumento en volumen, los ingresos generados por estas exportaciones muestran una imagen diferente. Australia ha registrado un declive del 4,4% en sus ganancias, sumando un total de 418 millones de AUD. Este decremento puede atribuirse a que el precio medio por litro ha descendido en un significativo 6,4%, situándose ahora en 2,88 AUD/litro, lo que representa una reducción de 30 céntimos.
Una tendencia que destaca en los patrones recientes de exportación es el giro de Australia desde las exportaciones de vino embotellado hacia el vino a granel. Este cambio es considerable y es indicativo de la evolución de las dinámicas y estrategias del mercado. Las exportaciones a granel han consolidado su posición como la principal categoría de exportación, con un crecimiento de 11,7 millones de litros, es decir, un aumento del 14,9% respecto a cifras anteriores. En contraposición, las exportaciones de vino embotellado han disminuido, reduciéndose en 10 millones de litros o experimentando una caída del 18,6%.
Este cambio podría sugerir que los productores de vino australianos están respondiendo a las tendencias del mercado global. El vino a granel ofrece más flexibilidad en términos de marca, mezcla y embalaje para los importadores. También podría ser una respuesta estratégica para mantener la competitividad en los precios, especialmente cuando el precio medio por litro está siendo presionado a la baja.
Los datos recientes ofrecen una perspectiva fascinante sobre la posible dirección futura de la industria vinícola australiana. El creciente dominio de las exportaciones a granel podría indicar una adaptabilidad a las necesidades cambiantes del mercado y un esfuerzo por mantener la competitividad de los vinos australianos en el escenario global. No obstante, también plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo y los márgenes de beneficio, en particular teniendo en cuenta la reducción de los ingresos a pesar del incremento en volumen.
A medida que el mundo sigue recuperándose y redefiniendo sus patrones de consumo después de la pandemia, los productores, distribuidores y comercializadores de vino australiano deben mantener una vigilancia constante tanto en volumen como en valor. Aunque adaptarse a las demandas del mercado es esencial, preservar la reputación y calidad del vino australiano será de igual importancia.
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