Bodega Familia Torres, biodiversidad y viticultura regenerativa como eje fundamental para el viñedo y el planeta

Familia Torres es la historia de cinco generaciones de viticultores involucrados con la pasión por la cultura del vino, una...

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Martes 17 de Mayo de 2022

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Familia Torres es la historia de cinco generaciones de viticultores involucrados con la pasión por la cultura del vino, una bodega familiar situada en Vilafranca del Penedés, fundada en 1870 por los hermanos Jaime y Miguel Torres, actualmente es la bodega con mayor extensión de viñedos de su propiedad en la Denominación de Origen Penedés. En Chile cuenta con la bodega Miguel Torres Chile y en California, Estados Unidos, Marimar Torres fundó en 1986 Marimar State.

Este año los llevo de viaje por la ancestral región del Penedés y sus bodegas más emblemáticas. Comencé mi visita por una de las mejores bodegas de España, Bodega Familia Torres, trabajandores de la vid desde el siglo pasado, con un legado de mucha pasión, respeto por la tierra, manteniendo la tradición familiar y apostando siempre por la innovación y el cuidado del medio ambiente.

Conocer Familia Torres era mi objetivo, me interesó catar sus vinos en bodega y vivenciar su trabajo insitu, una bodega tan preocupada y ocupada en la sustentabilidad y comprometida realmente con el futuro de la vid y el terroir. Llegué con mucha expectativa por conversar con ellos, charlar con el enólogo, y recorrer terroirs, planificación que había sido demorada, y que retrasó nuestros planes, postergándolos y dandoles más fuerza a nuestros verdaderos deseos.

Celebrar la vida, cuidar la tierra y transmitir el legado, son los valores de Familia Torres, además del carácter innovador que ha caracterizado a la bodega, en su extensa trayectoria en el cuidado de la tierra no solo para obtener mejores vinos sino también para contribuir a minimizar los efectos del cambio climático.

Actualmente están enfocados a pleno en la elaboración de vinos de pequeñas producciones, procedentes de viñedos particularmente singulares, poniendo en valor la recuperación de variedades ancestrales, y asi también contribuyendo al cambio climatico, desde 2008, uno de sus ejes de actuación mediante acciones de adaptación y mitigación para reducir las emisiones de CO2.

Los comienzos

La actividad viticultora de la Familia Torres se remonta al siglo XVI, el hito que determina su papel en la historia del vino de Cataluña y España es la fundación de la bodega, en 1870, por parte de los hermanos Jaime y Miguel Torres Vendrell, junto a la estación ferroviaria de Vilafranca del Penedès (Barcelona). A
partir de ahí, cada generación ha afrontado con éxito los retos que el contexto histórico y social le imponían y ha contribuido al desarrollo del negocio, con la firme voluntad de mantener la propiedad en manos de la familia y convertirse en un referente del vino español en el mundo.

Emigrado a Cuba en 1860, Jaime Torres Vendrell (1843-1904) hizo fortuna en la isla gracias al comercio
marítimo y otras iniciativas empresariales antes de regresar a Cataluña para asociarse con Miguel
(1832-1910), su hermano viticultor, y establecer una bodega en Vilafranca desde la que exportar vinos,
primero a Cuba, y después a todo el continente americano. Así, en 1870 nacía «Casa Torres y
Compañía, cosechero y exportadora de vino» y al cabo de pocos años iniciaba su expansión.
En 1928, Juan Torres Casals (1865 – 1932), representante de la segunda generación, empezó a producir brandis añejos criados en roble, suaves y aromáticos, a partir de una selección de los mejores vinos blancos del Penedès, sentando las bases de una larga tradición consagrada al arte de la destilación.
Otra de sus contribuciones fue el registro, en 1907, de la marca Coronas, emblema histórico entre los vinos de la familia.

Fueron emprendedores en tiempos de guerra, su hijo y sucesor, Miguel Torres Carbó (1909 – 1991), debió afrontar el período más dramático en la historia de esta saga de bodegueros, cuando, en 1939, a pocos meses de finalizar la Guerra Civil española, la bodega familiar fue destruida durante los bombardeos que tenían como objetivo la vecina estación de tren de Vilafranca del Penedès. Torres Carbó no solo consiguió reconstruir las instalaciones en poco tiempo, sino que tuvo la certera decisión de comenzar a embotellar vinos que le permitió consolidar la marca Torres y expandirse por todo el mundo, y Miguel Agustín Torres Riera (1941), su hijo, se incorporó luego al negocio familiar en 1962 tras formarse en viticultura y enología en Francia para, desde una posición innovadora y atrevida, hacer de los vinos de Familia Torres un paradigma de calidad, respeto por la tierra y vanguardia enológica.

En 1928, Juan Torres Casals empezó a elaborar brandis añejos criados en roble, suaves y aromáticos, a partir de una selección de los mejores vinos
blancos del Penedès (Barcelona). Esta fue la principal aportación de la segunda generación, que han mantenido viva sus sucesores, desarrollando una gama de brandis de prestigio internacional coronada por Jaime I y el exclusivo Reserva del Mamut.

A mediados de los años sesenta, introdujo variedades francesas que dieron origen a vinos
como Mas La Plana (DO Penedès), el cabernet sauvignon que se impuso en las Olimpiadas
del Vino de París en 1979 con su primera añada, o Milmanda (DO Conca de Barberà),
considerado uno de los mejores chardonnays españoles. También introdujo sus conocimietos en el control de temperaturas durante la fermentación de los mostos y la crianza de los vinos en pequeñas barricas de roble durante períodos limitados, siguiendo el modelo bordelés.

Más allá del Penedès
En 1979, Familia Torres inició su proyecto en Chile, asentando la bodega Miguel Torres en el Valle de Curicó y convirtiéndose en la primera bodega extranjera en establecerse en el país andino. Tres años más tarde, la familia adquirió terrenos en Russian River, en el valle de Sonoma (California, EE.UU.),
donde en 1986 Marimar Torres (1945), hermana de Miguel A. Torres, plantó sus primeras cepas de chardonnay y pinot noir y en 1992 construyó su propia bodega, Marimar Estate.

En 1994, Familia Torres sumó a su patrimonio la emblemática bodega Jean Leon, fundada
en 1963 por el aventurero y restaurador del mismo nombre –nacido en Santander como
Ángel Ceferino Carrión (1928-1996)– y pionera en la introducción de variedades francesas en
la comarca del Penedès.
Bajo la dirección de Miguel A. Torres Riera, la bodega familiar creó algunos de sus vinos más
emblemáticos y concretó su expansión, con la implicación de la quinta generación, a otras
regiones vinícolas catalanas (Priorat y Costers del Segre), en la década de 1990, y del resto
de España (Ribera del Duero, Rioja, Rueda y Rías Baixas), en el nuevo milenio.

En el año 2012, Miguel Torres Maczassek (1974), tras dirigir la bodega chilena, tomó el testigo
de su padre, Miguel A. Torres Riera, asumiendo la dirección general de las bodegas de Familia Torres y compartiendo con su hermana Mireia Torres Maczassek (1969), directora de Innovación y Conocimiento, la responsabilidad de representar a la quinta generación en el liderazgo de esta bodega centenaria.

Sus proyectos vitivinícolas más recientes incluyen Mas de la Rosa (DOQ Priorat), Purgatori (DO Costers del Segre) y Forcada (DO Penedès), el primer vino monovarietal de Familia Torres elaborado con una variedad ancestral recuperada del olvido, sumamente interesante

Los efectos que el calentamiento global tiene en el viñedo obligan a Familia Torres no solo a adaptarse buscando variedades más resistentes y nuevos escenarios, sino a intensificar su compromiso ambiental con la implementación, a partir del 2008, de un ambicioso programa para reducir la huella de
carbono de la bodega mediante el uso de energías renovables, eficiencia energética y movilidad sostenible, entre otras medidas.

Fincas históricas, cuna de vinos emblemáticos
El tesoro más preciado de Familia Torres son sus fincas históricas, enclaves privilegiados cuyas
excepcionales condiciones geoclimáticas permiten que la uva alcance su máxima
expresión y dan lugar a vinos con una personalidad definida y estilo hedonista. Estas fincas
están localizadas en las comarcas del Penedès, Conca de Barberà, Priorat y Costers del
Segre y son el origen de los vinos más emblemáticos de la familia.

MAS LA PLANA, CASTELL DE LA BLEDA
En el año 2016, Familia Torres sumó a su patrimonio el Castell de la Bleda, finca catalogada 'Bien
de interés nacional, erigida sobre los vestigios de un castillo medieval y cuyo pasado vitícola se remonta al periodo íbero. Las condiciones excepcionales de sus 16 hectáreas han permitido reintroducir con éxito lavariedad ancestral recuperada moneu, autóctona del Penedès, y consagrar íntegramente esta
finca a su cultivo

LES ARNES
Localizada en las tierras altas del Penedès, a 400 metros de altitud, y presidida por una ermita
románica del siglo XII, esta pequeña finca de 4 hectáreas se asienta en suelos desarrollados a
partir de pizarras del Siluriense (Paleozoico), únicos en toda la comarca. Oscuros, profundos y
pedregosos, drenan rápidamente y resultan idóneos para el cultivo de las variedades cabernet
sauvignon, merlot y cabernet franc, que desde la añada 1997 dan lugar a uno de los tintos más
exclusivos de la familia, Reserva Real.
FRANSOLA
En Santa María de Miralles, la altitud del viñedo a 550 metros sobre el nivel del mar y las
características de los suelos –arcillo-calcáreos, profundos, con un drenaje moderado y alta
capacidad de retención de agua alta– ofrecen las condiciones óptimas para cosechar las
variedades sauvignon blanc y riesling. De esta finca de 25 hectáreas nacen los blancos Fransola
y Waltraud, que destacan por su perfil fragante y gran elegancia. Aquí también se desarrolla bien
la forcada, una de las pocas variedades blancas ancestrales recuperadas por Familia Torres, de
la que ya se elabora una limitada producción destinada a la alta restauración.

Conca de Barberà MILMANDA
Esta finca, dominada por el castillo medieval de Milmanda y vecina del Monasterio de Poblet,
está consagrada a la viticultura desde el siglo XIII, cuando los monjes del Císter introdujeron en
esta zona el cultivo de la vid. Cuenta con un microclima excepcional, modulado por las
montañas de Prades, que frenan la influencia del mar e impregnan de cierta tendencia
continental el clima mediterráneo de la zona, y se extiende sobre suelos arcillo-calcáreos
profundos, ricos en limos, con un drenaje moderado y alta capacidad de retención de agua,
ocupando una superficie de 75 hectáreas. Estas condiciones climáticas y geológicas permiten
que la variedad chardonnay desarrolle aquí toda su tipicidad, dando lugar a blancos de gran
riqueza aromática, volumen generoso y sensual paso por boca: Milmanda y Sons de Prades.

MURALLES

Las murallas del Monasterio de Poblet delimitan una tierra extraordinaria donde Familia Torres
realizó durante años un minucioso trabajo de selección de variedades autóctonas, para
encontrar las que mejor se adaptaban a sus suelos profundos y pedregosos formados por capas
de gravas de pizarras y granitos paleozoicos, que favorecen un drenaje rápido, provocando
cierto estrés hídrico en la planta. De las 32 hectáreas de esta finca histórica, se destina una
selección a Grans Muralles, un tinto único, de marcada identidad y primer exponente del
proyecto de recuperación de variedades ancestrales al incorporar, en su cupaje, las cepas
querol y garró.

Priorat MAS DE LA ROSA
A las más de 75 hectáreas de viñedo en propiedad repartido entre El Lloar y Porrera, Familia Torres
ha sumado la pequeña viña de 1,9 hectáreas de más de 80 años Mas de la Rosa, que da origen
al vino más exclusivo de cuantos elabora la familia. Un viñedo recóndito y de gran belleza, cuyas
cepas crecen con dificultad en las escarpadas laderas de llicorella (pizarra) y se distribuyen en
suelos poco profundos, con drenaje rápido y escasa capacidad de retención de agua. Esta
particularidad geológica de los suelos del Priorat, el carácter de las variedades tradicionales
(garnacha tinta y cariñena) y el respeto por la autenticidad y la tradición vinícola de esta
histórica comarca definen el perfil de los tintos que elabora Familia Torres en esta región: Mas de
la Rosa, Perpetual, Salmos y Secret del Priorat.

Costers del Segre PURGATORI

A finales de los años noventa, Familia Torres reintrodujo el cultivo de la vid en esta finca de Les Garrigues, entre Juneda y Borges Blanques, preservando los olivos centenarios con los que produce una edición limitada de aceite de oliva virgen extra Eterno. Purgatori es una de las fincas más cualitativas de la familia, que atesora magníficas condiciones para el cultivo de la vid. La disposición de las 200 hectáreas de viñedo a tres alturas diferentes, su clima continental, el contraste térmico entre día y noche y las características de los suelos –predominantemente limosos, pobres y profundos, bien drenados y con un alto contenido de carbonato cálcico– favorecen la maduración lenta y regular de variedades autóctonas, lo que sin duda determina la calidad de Purgatori, el primer vino elaborado por Familia Torres en esta histórica comarca leridana.

SANT MIQUEL DE TREMP

En el Prepirineo, Familia Torres adquirió a finales de los años noventa esta finca localizada en elPallars Jussà, en las cotas más altas del viñedo leridano (950 m de altitud), que hoy resulta idóneapara contrarrestar los efectos del cambio climático. Con suelos de naturaleza caliza, bien drenados y de elevada permeabilidad, se caracteriza por su marcado clima continental, con una notable amplitud térmica, unas condiciones que permiten mantener la frescura y equilibrio en los vinos. A las variedades plantadas inicialmente en esta finca se ha sumado recientemente de manera experimental la pirene, variedad ancestral recuperada que requiere un largo y sosegado periodo de maduración.

En España, aparte de la región del Penedès, también cuenta con viñedos en la D.O. Conca de Barberá, D.O.Q. Priorat, D.O. Costers del Segre, D.O. Toro, D.O. Jumilla, D.O.C. Rioja, D.O. Ribera del Duero, D.O. Rueda, y en D.O. Rías Baixas.

Patrimonio vinícola, las bodegas de la Familia Torres En Cataluña, el principal epicentro para la vinificación y crianza de los vinos de Familia Torres es el Celler Waltraud, en Pacs del Penedès, construido en el año 2008 por el arquitecto Javier Barba, referente en arquitectura bioclimática, y llamado así en honor a Waltraud Maczassek, esposa de Miguel A.Torres. Aquí se elaboran los vinos de Familia Torres procedentes de las fincas históricas más preciadas de la familia en las regiones del Penedès y Conca de Barberà, atrapadas entre el mar y la montaña y con larga raigambre vinícola.

En el corazón del Priorat, la familia cuenta, también desde 2008, con una moderna bodega funcional diseñada por el arquitecto Miquel Espinet, ubicada en El Lloar: Familia Torres Priorat. Aunque la relación de la Familia Torres con el Priorat se remonta a principios del siglo XX –cuando se comerciaba con vinos de esta legendaria tierra vinícola–, su compromiso con esta región se fortaleció a partir de 1996 con la adquisición de 75 hectáreas en los municipios de Porrera y El Lloar y la construcción de terrazas para la plantación de viñedos.

En Lleida, en el corazón de la subzona de Les Garrigues –caracterizada por su clima riguroso- Familia Torres inauguró en 2018 el Celler Purgatori, destinado a la elaboración del vino homónimo. Edificada con criterios de eficiencia energética, la bodega está integrada en la histórica masía construida por la Abadía de Montserrat, en 1770, y preserva la antigua cava en la que los monjes elaboraban sus vinos, manteniendo viva su leyenda.

La Familia Torres también cuenta con otras bodegas en propiedad, que se amparan bajo una identidad propia y diferenciada: Vardon Kennett, en Santa Margarida d'Agulladolç (Penedès), consagrada a la elaboración de Esplendor, el único espumoso que elabora la familia en Cataluña con el
método tradicional; Jean Leon, bodega boutique ubicada en Torrelavit (Penedès) y dirigida por Mireia Torres; Pago del Cielo en la D.O. Ribera del Duero (Fompedraza, Valladolid); La Carbonera en la D.O.C. Rioja (Labastida, Álava); Bodega Magarín en la D.O. Rueda (Villafranca del Duero,
Valladolid) y Pazo Torre Penelas en la D.O. Rías Baixas (Portas, Pontevedra).

INNOVACIÓN E INVESTIGACIÓN
Familia Torres reafirma su apuesta innata por la innovación, implementando sistemáticamente nuevas prácticas y mejoras tecnológicas en sus procesos productivos, desarrollando proyectos de investigación tanto en el ámbito de la viticultura como de la enología y fomentando la creatividad y conocimiento en todas las áreas de su actividad.

Desde 1980 la bodega está enfocada en la recuperación de variedades ancestrales, con la intención de descubrir cepas sobrevivientes a la filoxera que había devastado el viñedo europeo a finales del siglo XIX. Hoy, la quinta generación está impulsando este proyecto con fuerza con la ambición de elaborar vinos únicos a partir de variedades olvidadas que sean capaces de emocionar, son realmente joyas enológicas que destacan por su resistencia a la sequía y las altas temperaturas, lo que las hace especialmente interesantes en el escenario climático actual.

TORRES & EARTH, ANTE LA EMERGENCIA CLIMÁTICA, han implementado históricamente prácticas respetuosas con el medio ambiente y cuentan con gran parte de sus viñedos certificados como ecológicos, y en 2008, redobló su compromiso ambiental e impulsó el programa Torres & Earth para reducir su huella de carbono y adaptarse al nuevo escenario climático, implantando energías renovables, mejorando la eficiencia energética, optimizando los recursos hídricos y fomentando el uso de vehículos ecoeficientes, entre otras iniciativas para reducir sus emisiones. También las compensa con sus recursos propios mediante proyectos de reforestación y la viticultura regenerativa.

VITICULTURA REGENERATIVA, UN CAMBIO DE PARADIGMA
La quinta generación de Familia Torres está impulsando actualmente la transformación de sus viñedos ecológicos hacia un modelo regenerativo desde el convencimiento de que es el único modelo que puede contribuir a frenar el cambio climático, al tiempo que recupera la fertilidad natural
del suelo, frena la erosión y fomenta la biodiversidad

La viticultura regenerativa es, en definitiva, un modelo centrado en recuperar la vida en los suelos imitando la naturaleza. Cuanto más vivos son los suelos, más capacidad tienen de capturar el CO2 atmosférico y más pueden contribuir a frenar el aumento de las temperaturas. A su vez, la
acumulación de carbono orgánico en el suelo de los viñedos ayudará a mejorar la salud de estos suelos, incrementará su resiliencia a la erosión y su capacidad para hacer frente a la sequía ya que retendrán mejor el agua, y favorecerá la biodiversidad, creando un ecosistema equilibrado y
beneficioso para el viñedo y el planeta.

FUNDACIÓN FAMILIA TORRES
Familia Torres concreta su compromiso social a través de su fundación, que se articula en cinco áreas de actuación: la ayuda a la infancia; el empoderamiento de la mujer; la mejora en la salud de colectivos con necesidades y en riesgo de exclusión; el fomento de la cultura y la ayuda humanitaria en desastres naturales, presidida actualmente por Mireia Torres, colaborando con organizaciones públicas y privadas en más de 400 proyectos de cooperación en todo el mundo.

ENOTURISMO Y GASTRONOMÍA
La gastronomía mediterránea, para acompañar los grandes vinos en bodega no podía faltar, con el crecimiento del enoturismo y la vocación de difundir la cultura del vino, Familia Torres inauguró en 1992 el centro de visitas en su bodega de Pacs del Penedès, que figura en el ranking mundial de las 50 mejores bodegas para visitar, World's 50 Best Vineyards, en sus ediciones 2020 y 2021, elaborado por el grupo editorial William Reed, creador de las prestigiosas listas World's 50 Best Restaurants.

Actualmente, ofrece a visitantes de todo el mundo un selecto programa de experiencias que permiten explorar el vino en su entorno natural, a través de catas guiadas por expertos, talleres sensoriales, menús maridados y otras actividades que invitan a conocer mejor el universo vinícola y disfrutarlo con todos los sentidos.
Además de ofrecer experiencias en sus bodegas de Cataluña, Familia Torres también participa activamente en la promoción del enoturismo del Penedès, sumándose a iniciativas como La Carretera del Vi, ruta vinícola que incluye en su recorrido a trece bodegas situadas sobre el trazado de una
antigua vía de comercio romana que transcurre desde el interior de la comarca a la costa del Garraf, una experiencia imperdible !

RECUPERANDO VARIEDADES ANCESTRALES

Hace más de treinta años, la Familia Torres puso en marcha un proyecto apasionante y entrañable: la recuperación de variedades de uva ancestrales que se creían extinguidas debido a los estragos que causó la plaga de la filoxera a finales del s. XIX. Un proyecto que recupera el patrimonio vitícola de Catalunya y que hoy, gracias al impulso de la quinta generación, se encuentra en plena efervescencia, con más de 50 variedades descubiertas de las cuales 6 tienen gran interés enológico.

Para Miguel Torres Maczassek, miembro de la quinta generación: "la recuperación de
variedades ancestrales es una labor de arqueología del vino para recuperar un patrimonio. Volviendo al pasado y recuperando las variedades que utilizaban nuestros antepasados, podemos mirar hacia el futuro y encontrar esta autenticidad que dará lugar a vinos únicos, muy especiales e irreplicables en el resto del mundo".

A día de hoy, y después de más de treinta años, Familia Torres ha logrado rastrear y recuperar más de 50 variedades catalanas desconocidas que consiguieron sobrevivir a la filoxera y quedaron relegadas a viejas cepas casi olvidadas, sin identificar. De éstas, hay seis que tienen gran interés enológico –autorizadas por el Ministerio de Agricultura– con las que se está experimentando, la Garró, Querol, Moneu, Forcada, Gonfaus y PIrene.
Un denominador común de estas seis variedades ancestrales es su resistencia a las altas temperaturas y a la sequía, lo que las hace especialmente interesantes ante el cambio climático

Familia Torres es miembro de las Primum Familiae Vini, asociación que integra 12 de las familias centenarias elaboradoras de vino más prestigiosas de Europa y cofundadora de International Wineries for Climate Action, que impulsa la descarbonización del sector, y de la Asociación de Viticultura Regenerativa, que promueve un cambio de paradigma en los viñedos de España para frenar el cambio climático.

He recorrido varias bodegas en mi vida, Familia Torres fue muy especial. Un verdadero placer vivir la pasión con la que trabajan en la bodega, como una «gran Familia», catar sus grandes y particulares vinos de terroir junto al enólogo y directo de barricas, añadas aún sin embotellar, un verdadero privilegio y haberlos conocido fue muy enriquecedor para los sentidos. Una invitación enoturística para profesionales y amantes del vino, una experiencia muy recomendable e inolvidable.

Un artículo de Mariana Bergutz
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