El vino de Nueva Zelanda factura 2.100 millones de dólares en exportaciones en el último año

Estados Unidos, Reino Unido y Australia absorben más del 70% de las exportaciones totales.

Lunes 29 de Septiembre de 2025

Compártelo

Leído › 1090 veces

New Zealand Wine Industry Faces Export Slowdown and Domestic Decline Amid Global Uncertainty

El sector vitivinícola de Nueva Zelanda ha presentado su informe anual, en el que se analiza la situación actual y las perspectivas de futuro para una industria que ha experimentado tres décadas de crecimiento internacional impulsado por el consumidor. El país ha consolidado una reputación sólida por sus vinos diferenciados, de alta calidad y producidos bajo criterios de sostenibilidad. Esta imagen ha permitido que las exportaciones superen los 2.000 millones de dólares neozelandeses anuales y ha motivado inversiones en 42.000 hectáreas de viñedos, instalaciones modernas y marcas reconocidas.

Sin embargo, el informe señala que tanto productores como bodegas afrontan un periodo de incertidumbre. El 90% de las ventas del sector corresponde a exportaciones, lo que lo hace especialmente sensible a la evolución económica internacional y a la debilidad de los mercados en destinos clave. En los últimos doce meses, las exportaciones crecieron un 5% en volumen, pero el valor total descendió ligeramente, situándose en 2.100 millones de dólares neozelandeses (unos 1.200 millones de dólares estadounidenses). El principal destino sigue siendo Estados Unidos, con ventas por valor de 762 millones de dólares neozelandeses, aunque esta cifra supone una caída del 3% respecto al año anterior.

El informe también recoge el impacto de nuevas medidas regulatorias, como el aumento de aranceles en Estados Unidos desde abril y agosto, así como impuestos adicionales en Reino Unido. Aunque todavía no se puede medir con precisión el efecto de estos cambios en los datos de exportación, la preocupación es evidente entre los operadores del sector.

En contraste con la ralentización en mercados tradicionales como Estados Unidos, Reino Unido y Australia (que absorben más del 70% de las exportaciones), se observa un crecimiento importante en destinos emergentes. Las ventas a China aumentaron un 47%, alcanzando los 56 millones de dólares neozelandeses, mientras que Corea del Sur experimentó un incremento del 92%, hasta los 44 millones. En conjunto, las exportaciones a mercados secundarios crecieron un 17% y rozan ya los 600 millones.

A pesar del entorno económico complicado y la caída generalizada del consumo mundial de vino —que se encuentra en mínimos históricos—, la categoría “New Zealand Wine” mantiene una posición preferente en los principales mercados internacionales. El valor estimado de las ventas minoristas en el extranjero asciende a 4.900 millones de dólares neozelandeses.

En el mercado interno, Nueva Zelanda es el cuarto mayor destino para sus propios vinos. Sin embargo, el consumo per cápita está en su nivel más bajo en tres décadas y las ventas totales han descendido hasta los 40 millones de litros anuales. Este descenso se atribuye tanto a factores económicos como a cambios generacionales y nuevos hábitos de compra.

Por otro lado, el enoturismo sigue creciendo: el 27% de los visitantes extranjeros acude a alguna bodega para realizar catas y estas experiencias reciben una valoración superior a la media turística general. Este fenómeno aporta beneficios directos a las regiones productoras y al sector hostelero.

La vendimia de 2025 estuvo marcada por condiciones meteorológicas favorables —días cálidos y secos seguidos de noches frescas— que permitieron una cosecha abundante y de calidad. No obstante, ante la incertidumbre sobre la demanda futura, muchas bodegas optaron por limitar la recogida y una parte significativa de la uva quedó sin recolectar por primera vez en años recientes.

En materia medioambiental, el programa Sustainable Winegrowing New Zealand (SWNZ) cumple treinta años con una cobertura del 98% del viñedo nacional certificado bajo criterios sostenibles. Más del 90% del vino producido cuenta con esta certificación. Entre las iniciativas recientes figuran la hoja de ruta para alcanzar emisiones netas cero en 2050 y la introducción obligatoria de planes de bioseguridad para todos los viñedos certificados.

El informe subraya también la importancia del vino ecológico: actualmente hay 116 bodegas con al menos una etiqueta orgánica y un aumento del 13% en dos años. Sin embargo, existe preocupación entre estos productores por la nueva legislación sobre tecnologías genéticas, ya que podría suponer riesgos reputacionales y costes adicionales para garantizar la ausencia de organismos modificados genéticamente.

En cuanto a investigación e innovación, el Bragato Research Institute (BRI) ha renovado su estrategia quinquenal para alinear sus prioridades con las necesidades reales del sector. Entre los proyectos más relevantes figuran el desarrollo de nuevos clones adaptados al cambio climático o sistemas innovadores para mejorar la eficiencia hídrica y energética.

El sector emplea a unas 7.000 personas a tiempo completo y cuenta con programas específicos para fomentar el talento joven y promover la igualdad dentro del sector vitivinícola.

En términos financieros, los ingresos operativos alcanzaron los 22,3 millones de dólares neozelandeses durante el último ejercicio fiscal cerrado en junio. La mayor parte procede del pago obligatorio por parte de productores y bodegas (levies), junto con fondos externos destinados principalmente a investigación e innovación.

Por último, desde Nueva Zelanda Winegrowers se insiste en que mantener la reputación internacional pasa por seguir produciendo vinos diferenciados, sostenibles y fieles al origen. La organización trabaja activamente con autoridades nacionales e internacionales para asegurar condiciones comerciales favorables y apoyar tanto a grandes empresas como a pequeños productores ante un escenario internacional convulso.

¿Te gustó el artículo? Compártelo

Leído › 1090 veces

Tendencias

Más Tendencias