El ajoblanco andaluz mantiene su protagonismo en otoño con un toque de vinagre de Jerez al Moscatel

La receta tradicional se renueva sin perder su esencia y sigue presente en mesas malagueñas durante los días templados

Sábado 27 de Septiembre de 2025

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El ajoblanco andaluz mantiene su protagonismo en otoño con un toque de vinagre de Jerez al Moscatel

El ajoblanco es una de las sopas frías más conocidas de la cocina andaluza, especialmente en la provincia de Málaga. Aunque el otoño ya ha comenzado, las temperaturas suaves permiten que este plato siga presente en muchas mesas. El ajoblanco se prepara con ingredientes sencillos: almendras, ajo, pan, aceite de oliva virgen extra, agua y sal. En esta versión, se añade Vinagre de Jerez al Moscatel, que aporta un matiz diferente y refuerza el sabor de la almendra.

La receta tradicional incluye uvas moscatel como guarnición. El uso del Vinagre de Jerez al Moscatel ayuda a equilibrar la densidad de la crema y aporta frescura sin perder cremosidad. Para preparar este plato para siete personas se necesitan 250 gramos de almendras, seis almendras fileteadas para decorar, dos dientes de ajo, 150 gramos de miga de pan, 70 gramos de aceite de oliva virgen extra, 25 gramos de Vinagre de Jerez al Moscatel, 700 mililitros de agua, un racimo de uvas moscatel o blancas y diez gramos de sal.

El proceso comienza triturando las almendras hasta obtener una textura fina. Después se añaden los dientes de ajo, la sal y la miga de pan y se tritura durante unos segundos más. A continuación se incorpora el agua, el aceite y el vinagre y se vuelve a triturar hasta conseguir una mezcla homogénea. Es importante comprobar el punto de sal y ajustar la consistencia con más agua si fuera necesario.

La crema resultante debe reposar varias horas en el frigorífico antes de servirse. El ajoblanco se presenta frío en cuencos individuales y se decora con las almendras laminadas, unas gotas adicionales de aceite y las uvas. En algunas localidades también es habitual añadir trozos o bolas de melón como acompañamiento.

El ajoblanco es un ejemplo claro del recetario popular andaluz que aprovecha productos locales y técnicas sencillas para ofrecer platos frescos y nutritivos. La incorporación del Vinagre de Jerez al Moscatel responde a la búsqueda constante por parte de cocineros y aficionados por dar nuevos matices a recetas tradicionales sin perder su esencia original. Esta sopa fría sigue siendo una opción apreciada tanto en restaurantes como en hogares durante los días templados del inicio del otoño.

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