El sector del vino en el Sudeste Asiático: (II) Indonesia

Indonesia proyecta un mercado del vino de 1.206 millones de dólares en 2030 pese a las restricciones

Antonio Viñal

Viernes 26 de Septiembre de 2025

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indonesia wine

Hace unos días, cuando le comenté a un amigo español mi intención de publicar un artículo sobre el sector del vino en Indonesia, me manifestó sus reservas acerca de la potencialidad de este mercado, por tratarse de un país mayoritariamente musulmán en el que la ley islámica ("Sharia") prohibe o restringe la venta, la distribución y el consumo de alcohol, sobre todo en pequeños establecimientos. Al poco tiempo, sin embargo, otro amigo, francés en este caso, me expresó la opinión contraria, al hacer hincapié no en la población musulmana, sino en la que no lo es, entre 50 y 55 millones de personas, que tiene una visión tolerante hacia el alcohol, lo que hace que, gracias a esta tolerancia, el comercio del vino sea un filón prometedor ("un filon prometteur")  al que no hay que perder de vista ("à ne pas négliger"). Un filón que, sostenido por la demanda creciente de esa población no musulmana, además de por otros dos colectivos, los expatriados y los turistas, garantiza una potencial expansión del mercado, de ahí la conveniencia de tenerlo como objetivo.

La potencial expansión de este mercado viene en gran medida reflejada en las proyecciones de algunos indicadores que resultan altamente ilustrativos: así, en primer lugar, por su valor, que se espera que en 2030 alcance la nada despreciable cifra de 1.206,51 millones de dólares, con una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR), entre 2023 y 2030, del 14,47%; en segundo lugar, por su volumen, que se cree que    supere los 59,17 millones de litros en 2030 (Inkwood Research), con una tasa de crecimiento del 14,32% en el período anteriormente citado; y, en tercer lugar, por  sus importaciones, que si en 2023 sumaron la cifra de 16,5 millones de dólares, en 2030 se confía en duplicarla, siendo, en este contexto, Australia, Italia, Francia, Estados Unidos, Chile, Nueva Zelanda y Portugal los principales países exportadores, fruto de un ejercicio de paciencia y perseverancia en lo individual y de un trabajo conjunto con importadores y distribuidores locales en lo colectivo.

Actores

A los inversores extranjeros no les está permitido abrir bodegas o industrias vitivinícolas en Indonesia, lo cual les obliga, a la hora de exportar sus vinos a este mercado, a tener que recurrir  a importadores o distribuidores locales. Estos, para poder importar, distribuir y vender esos vinos, deben contar, en el primer caso, con el Número de Identificación Empresarial y la Licencia de Importación, que servirá como Número de Identificación de Importación General ("Angka Pengenal Importir Umum" -API-U); y, en el segundo, con un Certificado de Registro ("Surat Tanda Pendaftaran" - STP), que sólo podrán solicitar una vez que el acuerdo de distribución haya sido debidamente legalizado o apostillado. Este acuerdo, bilingüe, tanto en idioma local -Bahasa Indonesia- como en idioma extranjero, debe contener las cláusulas comerciales generales propias de este tipo de acuerdos, pero también dos que son esenciales en caso de que surja una controversia y que en ocasiones se pasan por alto, la legislación aplicable y la jurisdicción competente, ordinaria o arbitral.

Además de estos actores, hay otros que son igualmente importantes, y que complementan la función de los primeros, como es el canal "on-trade", restaurantes, hoteles y bares, fundamentalmente, y el canal "off-trade", hipermercados, supermercados y tiendas especializadas, a los que hay añadir un tercero, el e-commerce (comercio electrónico), cuyo crecimiento es progresivo en estos últimos años, hasta el punto que prevé alcanzar unas ventas superiores a 300.000 botellas en 2028. Al contrario de lo que sucede en Aceh, en donde la influencia musulmana, al ser predominante, limita el consumo, en otras zonas, como Bali y Lombok, grandes centros de atracción turistica, o Jakarta, gran centro de atracción empresarial, se permite sin traba alguna, siendo los grupos de ingresos altos y medios, con una mayor exposición a estilos de vida internacionales y una edad media de 25 a 34 años, los principales consumidores, lo que sin duda amplía las oportunidades para los exportadores españoles.

Regulaciones

Al igual que en otros países, el vino importado en Indonesia está sujeto a aranceles e impuestos. Los primeros consisten en un derecho de importación ad valorem del 90%, calculado sobre el valor CIF, aplicable a todas las categorías de vino, ya sea embotellado o a granel, aún cuando en el marco de las negociaciones entre la Unión Europea e Indonesia relativas al tratado de libre comercio se ha planteado una vuelta al sistema vigente en 2015, de unos aranceles fijos de 55.000 rupias indonesias (€ 3,20) por litro. Además, el vino importado está sujeto a distintos tipos de impuestos, como el impuesto sobre el valor añadido (IVA), en concreto a su  tipo general del 11%%, de acuerdo con lo previsto en el Reglamento del Ministerio de Finanzas 4/2025, de 3 de marzo; o a ciertos impuestos especiales, como el regulado por otro Reglamento del Ministerio de Finanzas, el PMK 160/2023, de 28 de diciembre, en virtud del cual al vino importado cuyo contenido de alcohol oscile entre el 5% y el 20% se le impone un gravamen de 53.000 rupias indonesias (€ 2,71) por litro.

Oportunidades

A pesar de barreras desproporcionadas, de complejos procedimientos de obtención de licencias y de            severas restricciones a la inversión, lo cierto es que, como ha puesto de relieve recientemente el Comité Européen des Entreprises Vin, las exportaciones europeas de vino a Indonesia han mostrado un crecimiento constante tanto en volumen (2019-2024: de 2,1 a 3,6 millones de litros) como en valor ( 2019-2024: de 2,2 a 5,1 millones de euros) a lo largo de estos últimos cinco años, reflejo de una demanda creciente entre consumidores acomodados  y de un sector hotelero en plena expansión. Si bien es cierto que España está todavía por debajo de países como Italia, Francia o Portugal, no lo es menos que, como me recordaba hace un poco un amigo indonesio, importador registrado de vinos españoles, éstos, por calidad y precio, están en condiciones de competir con los demás vinos europeos, e incluso de superarlos, a poco que las empresas españolas hagan un esfuerzo que les proporcione mayor visibilidad en el mercado.

Perspectivas

Uno de los problemas que afecta a la exportación de nuestros vinos a Indonesia, común a los restantes países europeos, por cierto, es la protección de los vinos con denominación de origen, una protección formalmente exigida por la Organización Mundial de Comercio y por el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (TRIPS, en inglés; ADPIC, en español). Aún cuando Indonesia ha tratado de respetar ambos textos, recurriendo para ello a la Ley 20/2016, de 25 de noviembre, sobre Marcas y Denominaciones de Origen, así como a una guía sobre el particular, que indica los pasos que hay que seguir para presentar el libro de registro(Buku Persyaratan), todavía le queda camino que recorrer para asegurar la protección requerida. Una vez que se conozca en detalle el texto  del tratado de libre comercio firmado el 23 de septiembre, en Bali, entre la Unión Europea e Indonesia, habrá que volver sobre ello, para ver cómo queda regulada esta cuestión, junto con otras no menos importantes, como la progresiva reducción de aranceles y  la reducción de impuestos especiales.

Antonio Viñal
Socio - Director de Antonio Viñal & Co. Abogados (AVCO)
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