Brodis reinventa el aperitivo en Malasaña con platos para compartir y vinos poco convencionales

El restaurante Brodis, situado en el barrio madrileño de Malasaña, ha presentado una propuesta especial para celebrar el Día Mundial del Aperitivo, que se conmemora el 19 de septiembre. El local, conocido por su enfoque original en la cocina de inspiración kebab y su selección de vinos poco habituales, busca que el aperitivo se convierta en una experiencia diaria y no solo en una costumbre reservada para los domingos.

Brodis ha diseñado una carta de entrantes pensada para compartir y acompañar con vinos seleccionados por su singularidad. Entre las opciones se encuentran bravas elaboradas con gnocchi, que combinan una textura crujiente en el exterior y suave en el interior, servidas con salsas caseras. También figuran empanadillas de ternera kebab al estilo argentino, preparadas con masa casera y especias; croquetas de pollo asado con salsa London Curry; y brócoli frito acompañado de salsa de sésamo, cacio e pepe y cebolla frita.

La propuesta de Brodis pone el acento en maridar estos platos con vinos que ellos mismos denominan “frikis”, es decir, referencias poco convencionales elegidas por su capacidad para sorprender a los clientes. El equipo del restaurante explica que su intención es invitar a los vecinos y visitantes a disfrutar del aperitivo como un momento para desconectar y socializar, sin necesidad de sentarse a comer o cenar. Según señalan desde Brodis, la experiencia del aperitivo puede ir más allá de la tradicional caña con aceitunas e incluir combinaciones como una empanadilla de ternera kebab junto a un vino blanco natural procedente de una microbodega.

Esta iniciativa coincide con la vuelta a la rutina tras el verano y busca reforzar la idea del aperitivo como un plan atractivo para reencontrarse con el barrio. El Grupo Le Cocó, responsable del restaurante, apuesta por ofrecer una visión diferente del kebab, centrada en la calidad del producto, el ambiente y la combinación con vinos singulares, sin perder la esencia original del plato.

Brodis abre sus puertas tanto entre semana como los fines de semana y propone alargar la hora del vermut con platos pensados para compartir y descubrir nuevas formas de disfrutar del vino. Con esta propuesta, el restaurante pretende consolidar su posición como un lugar donde el aperitivo adquiere un nuevo significado dentro de la oferta gastronómica madrileña.