Trump se va a cargar el vino de Burdeos

Los exportadores de vino de Burdeos viven una situación de incertidumbre por la política arancelaria de Estados Unidos. Este país es el principal destino de los vinos bordeleses, con más de 400 millones de euros en ventas anuales, lo que supone el 20% del total, según datos de Philippe Tapie, presidente de Bordeaux Négoce. Le siguen China, con 300 millones, y Reino Unido, con 200 millones. El 20% de todo el vino francés se vende en Estados Unidos.

La preocupación se ha intensificado tras las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump durante una reunión en Escocia con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Trump afirmó que la Unión Europea no tendrá aranceles inferiores al 15% para sus exportaciones a Estados Unidos. En marzo, amenazó con imponer tasas del 200% sobre los alcoholes europeos como respuesta a un proyecto europeo para gravar el bourbon estadounidense. A principios de abril, anunció una posible subida del 20% sobre todos los productos europeos, aunque esta medida quedó suspendida. Actualmente, los aranceles están en el 10%, pero a finales de mayo Trump volvió a advertir sobre un aumento al 50%, para finalmente anunciar un incremento al 30% a partir del 1 de agosto, fecha límite para las negociaciones con la Unión Europea.

Philippe Tapie explica que gestionar esta situación es complicado porque las decisiones pueden cambiar en cualquier momento y no hay previsión posible. Señala que con tasas del 10% o incluso del 15% podrían buscar soluciones, pero si suben al 30%, muchas empresas no podrán continuar exportando. Añade que los exportadores están obligados a esperar ante una administración estadounidense imprevisible, mientras los stocks aumentan en los almacenes.

El transporte marítimo añade otra dificultad: enviar vino a Estados Unidos requiere al menos treinta días de viaje en barco y hasta sesenta si el destino es California. Tapie afirma que nunca había vivido una situación similar en sus treinta años de experiencia.

Twins Bordeaux, una de las principales casas de negociación bordelesa, también sufre las consecuencias de estos cambios constantes. El mercado estadounidense representa un tercio de su facturación anual, unos 30 millones de euros, según explica Sébastien Mosès, codirector y copropietario. La empresa suele enviar más de un millón de botellas al año a Estados Unidos. Desde enero han perdido cerca del 50% de su facturación respecto al año anterior. Mosès indica que han podido mantener cierta actividad porque tras la elección presidencial estadounidense del pasado noviembre anticiparon envíos y mandaron grandes cantidades a Estados Unidos a finales del año pasado. Sin embargo, reconoce que esta incertidumbre impide planificar una estrategia estable.

En marzo, Twins Bordeaux optó por enviar unas diez mil botellas por avión debido a la urgencia y el riesgo elevado. Solo pudieron hacerlo con vinos cuyo precio supera los 150 o 200 euros por botella, ya que el envío aéreo cuesta al menos dos veces y media más que el marítimo.

Otras empresas han optado por diversificar sus mercados antes del regreso de Trump a la presidencia. Es el caso de la casa Bouey, donde el mercado estadounidense representa menos del 10% de sus exportaciones. Jacques Bouey, director general, explicó en abril que llevan tiempo apostando por una distribución geográfica más amplia porque considera que las estrategias comerciales ya no pueden depender solo de uno o dos países.

El sector bordelés atraviesa además un periodo complicado por la caída del consumo y las dificultades generales para exportar. Esto ha provocado una sobreproducción y una bajada importante en el precio del vino a granel. A principios de 2023, un tercio de los cerca de cinco mil viticultores bordeleses declaraba estar en dificultades económicas. Philippe Tapie lamenta que se acumulan los problemas para el mayor viñedo con denominación de origen controlada (AOC) de Francia.